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Las familias empresarias deberían darse cuenta que más allá de los resultados económicos es muy importante el bienestar y la felicidad del conjunto familiar, ya que esto es la clave para conservar e incrementar el patrimonio familiar a través de las generaciones.

Por Lucía Ceja, investigadora de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE Business School

 

El Family Office es un espacio dedicado a preservar e incrementar el patrimonio financiero, pero, al mismo tiempo y guiado por los valores familiares, puede cuidar del bienestar emocional de la familia, creando mecanismos para que cada miembro de ella desarrolle sus fortalezas personales y pueda llegar a tener una vida plena y feliz. En este sentido, compartir únicamente un patrimonio económico puede no ser razón suficiente para garantizar los lazos de unidad y compromiso entre generaciones. En cambio, si existen unos valores que dan sentido al patrimonio familiar y marcan las líneas directrices de la utilización de dicho patrimonio, la familia empresaria podrá conseguir mantenerse unida a lo largo del tiempo. Este artículo se centra en la importancia de fomentar el valor de la generosidad como una forma de construir una razón de ser para la continuidad de la empresa familiar.
Las familias empresarias deberían darse cuenta que más allá de los resultados económicos es muy importante el bienestar y la felicidad del conjunto familiar, ya que esto es la clave para conservar e incrementar el patrimonio familiar a través de las generaciones. En muchas ocasiones, el tamaño del patrimonio familiar no es directamente proporcional a los niveles de felicidad que experimentan los miembros de la familia empresaria. Basándose en innovadoras investigaciones, Seligman sostiene que el dinero no necesariamente compra la felicidad. Por ejemplo, el poder adquisitivo de las naciones ricas (como Estados Unidos, Francia y Japón) ha crecido más del doble en las últimas décadas, sin embargo, este incremento no ha ido acompañado de una mejora en la satisfacción de sus ciudadanos.

En la felicidad influye la importancia que le otorgamos al dinero, más que el dinero en sí mismo3.
En conjunto, estas investigaciones indican que quienes valoran el dinero como un fin, generalmente son menos felices y están menos satisfechos con sus ingresos y con su vida en general. En cambio, aquellas personas que valoran la riqueza económica como un medio que les permite desarrollarse como personas, ser generosas y solidarias, en general, disfrutan de niveles más altos de felicidad y bienestar psicológico. En el contexto de las empresas familiares, la existencia de unos valores que otorguen sentido al patrimonio familiar y marquen las líneas directrices de la utilización de dicho patrimonio resulta clave para conseguir la pervivencia a través de las generaciones.

El valor de la generosidad es característico de las empresas familiares, según muestra un estudio realizado recientemente por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE. El estudio empírico se basa en el examen comparativo de los valores fundacionales de las 100 mayores empresas de propiedad familiar del mundo y las 100 empresas más grandes de propiedad no familiar. La generosidad puede considerarse una virtud, ya que representa un hábito operativo bueno. El valor de la generosidad está orientado hacia las personas y representa una pieza clave para que el Family Office cumpla con la vertiente más humana de su misión: garantizar el bienestar y la felicidad del conjunto de la familia, así como fomentar el compromiso con el proyecto empresarial-familiar.

EL VALOR DE LA GENEROSIDAD
La generosidad está relacionada con el principio de otorgarle valor a otra persona5. Una persona generosa con los demás nunca está demasiado ocupada para ayudar a otra, disfruta realizando buenas obras en beneficio de los demás, incluso aunque no los conozca demasiado bien. La generosidad se pone de manifiesto en la interacción social positiva con otras personas (por ejemplo, ayudar a un amigo, a un familiar o a un desconocido).
La familia es un grupo social en el que el altruismo lleva a los padres a cuidar de sus hijos y anima a los miembros de la familia a cuidarse entres sí. El altruismo y la generosidad están estrechamente relacionados entre sí; de hecho, suelen utilizarse ambos términos indistintamente. En este sentido, el valor de la generosidad debería surgir de forma natural en una familia empresaria.
La empresa familiar Haci Omer Sabanci Holding AS, por ejemplo, define la generosidad como un valor corporativo clave: “Tratamos de jugar un papel en las organizaciones no gubernamentales, en los servicios y actividades para el beneficio de la sociedad y el público.” Ejemplos como este muestran que la generosidad parece ser un valor de comportamiento muy importante para las empresas familiares y, de hecho, se ha constatado que en Estados Unidos, Europa y también en Asia, las empresas familiares dedican una parte importante de su patrimonio a actividades filantrópicas6. La generosidad es, sin duda, un valor clave que puede ser muy positivo para las empresas familiares, ya que puede promover la unidad familiar y el compromiso con el proyecto empresa-familia.

Algunas consecuencias de la generosidad
De acuerdo con investigaciones psicológicas y psicosociales, ser generoso puede tener diversos efectos positivos. Además de los tangibles para la sociedad (es decir, económicos), los estudios sugieren que la conducta de ayuda (por ejemplo, el voluntariado) se asocia con el bienestar tanto físico como psicológico7. Asimismo, estudios recientes han descubierto que la generosidad se asocia con la longevidad. En otras palabras, los adultos que se dedican al servicio de la comunidad tienden a vivir más que aquellos que no participan en ningún tipo de actividad solidaria.

Las consecuencias de la generosidad de las familias empresarias se asocian con una sensación de bienestar y satisfacción y, además, estas acciones altruistas pueden tener un gran impacto en las comunidades en que operan. El valor de la generosidad puede dar a la familia empresaria un objetivo compartido y una razón para permanecer juntos en el proyecto empresarial, que va más allá del beneficio económico. Asimismo, dota al patrimonio familiar de un propósito que servirá para que sus miembros mejoren como personas y se aumente la conciencia social, sobre todo, entre los miembros más jóvenes.

Promover la generosidad en la familia empresaria
La empatía y el agradecimiento son elementos clave de esta virtud. Según Batson, la generosidad hacia los demás depende de la empatía emocional del individuo con la persona que necesita ayuda.
Por lo tanto, para las familias empresarias, una manera de fomentar y transmitir el valor de la generosidad podría ser enseñando a los miembros más jóvenes, desde temprana edad, a ser empáticos hacia otras personas. Aquí, el papel de las generaciones mayores es esencial, puesto que la mayoría de los aspectos de la conducta prosocial se aprenden durante la infancia y la adolescencia, a partir del ejemplo.
El concepto de los negocios sociales presentado por Muhammed Yunus puede ser un vehículo interesante para fomentar la empatía y por lo tanto el valor de la generosidad en la familia empresaria, puesto que conjuga la conciencia social y la gestión emprendedora. Un negocio social tiene la misma estructura que cualquier otra empresa, la diferencia reside en los objetivos. Al igual que el resto de empresas, emplea a trabajadores, produce bienes o servicios y los ofrece a precios acorde con su objetivo; pero el objetivo básico de este tipo de empresas (y el criterio por el cual deben ser evaluadas) reside en generar beneficios sociales para las comunidades donde realizan su actividad empresarial. Los inversores que apoyan los negocios sociales terminan recuperando el capital original invertido, y si la empresa genera beneficios, estos no se quedan en manos de los inversores, sino que se invierten nuevamente en el negocio. Los objetivos de las empresas sociales son las causas humanitarias, no los beneficios puramente económicos, y tienen el potencial para actuar como agentes de cambio positivo en la sociedad.

Para la familia empresaria este tipo de empresas puede suponer una oportunidad para tener un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente. Asimismo, proyectos de este tipo pueden actuar como excelentes vínculos de compromiso, cohesión y transmisión del valor de la generosidad a las siguientes generaciones.
La ventaja de este tipo de negocios reside en que son empresas en todos los sentidos y deben obtener rentabilidad de sus inversiones, pero siempre recordando su objetivo: los beneficios sociales. Para la familia empresaria, este tipo de negocios puede ser una fuente importante de desarrollo emprendedor y de compromiso de las siguientes generaciones, puesto que exige creatividad y trabajo en equipo y permite que los miembros más jóvenes de la familia vivan el valor de la generosidad a la vez que desarrollan su capacidad emprendedora y de innovación. En este sentido, el Family Office puede ser una vía excelente para la promoción de empresas sociales, puesto que pueden establecerse mecanismos que garanticen la dedicación estructurada de recursos, garantizando así el éxito del proyecto social.
Del mismo modo, el concepto de la gratitud puede resultar beneficioso para la promoción de la generosidad dentro de las familias empresarias. La “gratitud” se puede definir como un sentimiento de agradecimiento y alegría en respuesta a la recepción de un regalo, si el regalo es un beneficio tangible o un momento agradable que evoca una situación determinada. Las personas agradecidas ante las circunstancias de su vida, generalmente se adaptan mejor a su entorno y tienden a interpretar positivamente sus experiencias cotidianas. Asimismo, la gratitud estimula el espíritu de generosidad e inhibe los comportamientos interpersonales destructivos13. En el ámbito de la familia, las expresiones de gratitud son clave para el éxito de las relaciones intrafamiliares.
En una familia empresaria, la gratitud puede tener múltiples efectos beneficiosos. Por ejemplo, una dinámica familiar basada en la gratitud proporciona recursos emocionales importantes para promover la transformación de emociones negativas en emociones positivas. La capacidad de reemplazar las emociones destructivas por agradecimiento y aceptación es clave para garantizar la armonía entre generaciones y el bienestar del conjunto familiar.

La gratitud puede ayudar a los miembros de la siguiente generación a ser conscientes del don que han recibido en forma de patrimonio y a apreciar el esfuerzo de las generaciones precedentes, que han protegido y mejorado la empresa familiar en su beneficio. Por ejemplo, el sencillo ejercicio de mantener un diario de gratitud donde se anoten todos aquellos aspectos por los cuales nos sentimos agradecidos puede tener un efecto muy positivo tanto a nivel individual como familiar. Es importante destacar que cada empresa familiar es única, y que no existen “estándares” para promover el sentimiento de gratitud, pero este sencillo ejercicio puede ayudar a que los integrantes de la familia empresaria sean conscientes de lo que reciben todos los días y se sientan agradecidos y privilegiados de todo lo que tienen. Por lo tanto, con el fin de promover un espíritu de generosidad dentro de cada generación, es importante que desde las acciones del Family Office se fomente un sentido de aprecio y agradecimiento por las generaciones precedentes, que han protegido y mejorado el negocio familiar.
En definitiva, fomentar el valor de la generosidad a través del Family Office puede ofrecer recursos muy útiles para hacer frente de forma exitosa a dos de los principales retos que han de afrontar las personas encargadas de preservar el patrimonio familiar: la buena gestión económica del patrimonio y cuidar del bienestar emocional de la familia. La generosidad puede iluminar el sentido y propósito del patrimonio familiar, que van más allá del puro beneficio económico para trascender a lo largo del tiempo.