Juntar a un grupo de personas más o menos homogéneo en una habitación siempre crea lazos y conversaciones abiertas. Así sucede también con los que montan sus empresas desde cero,
en un speech, nos dirían lo duro pero reconfortante que es, entre 4 paredes María García Aguado de Forbes Magazine España recoge 5 datos que no se dicen al público anhelante de consejos positivos.
1. Ser fundador supone soledad. Fundar una empresa lleva mucho trabajo, volcarse en el proyecto supone aparcar otros más personales por lo que suele ser un camino solitario. Además, el fundador es por añadidura el jefe, y si hay algo de lo que se hable en la sala del café es de la gestión de los jefes aunque nunca con ellos.
2. Está plagado de dudas. El fundador no sabe si su negocio irá bien pero tiene que proyectar seguridad, por lo que la duda es doble: ¿irá bien mi proyecto?, ¿perciben mi aparente seguridad de éxito?
3. Le puede llevar a la quiebra. Es el primero en poner dinero y el último en recibir el pago. El pago sucede a largo plazo pero el medio está lleno de dificultades y altibajos económicos. Y la gran duda, ¿llegaré a recuperar lo invertido?
4. Los fracasos le atormentan. Y no sólo el error en sí, sino el hecho de perder dinero, tiempo y esfuerzo. Recuperarse es un acto de valentía y esfuerzo porque supone seguir con esa carga y con el miedo a que suceda de nuevo.
5. Es una labor ineludible. Y es que los éxitos no pesan, pero el hundimiento del barco inevitablemente se lleva al capitán. Si se hunde la empresa se hunde el fundador con ella mientras el resto de tripulantes huye, por muy solo y muy difícil que vea el temporal, no puede dejarlo.
En los consejos de los startup abundan los tecnicismos, las recomendaciones económicas, los análisis de mercado… pero ¿y los sentimientos? Son la base de todo pero se habla poco de ellos. Y es que la tarea del fundador no es fácil, pero tener un equipo que le haga sentir acompañado y respaldado en el viaje hace que estos 5 puntos den menos miedo.
