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En la actualidad hablamos del internet de las cosas, pero en un futuro cercano, en 2038 concretamente, hablaremos más bien del “internet de todas las cosas”. Así lo profetiza al menos un reciente estudio internacional de Zenithoptimedia y Performics.

Y el camino para llegar a ese “internet de todas las cosas” parece ser el marcado por los dispositivos móviles. En 2017 el 90% de los ciudadanos de Europa Occidental se conectará a la red a través de un dispositivo móvil. En la actualidad este porcentaje es de apenas el 68%.

Durante los próximos años, los dispositivos móviles cobrarán aún más protagonismo y se convertirán en el centro de nuestra manera de trabajar, de comunicarnos y de comprar.

No obstante, y si quieren meterse en el bolsillo al consumidor del futuro, las marcas deberán desechar las reglas que utilizan en la actualidad en el marketing móvil para inaugurar unas normas completamente nuevas en las que la personalización será la “reina”.

En el futuro habrá múltiples sensores instalados en todas partes (en casa, en el coche, en los medios de transporte público, en la oficina) que harán que el consumidor esté consumidor esté conectado en todo momento a internet con independencia del dispositivo que lleve encima. Por eso, el consumidor se hará más exigente y demandará a los “marketeros” mensajes verdaderamente relevantes que le lleguen además en el momento oportuno. Al fin y al cabo, las marcas tendrán a disposición muchísimos más datos personales para conectar con él.

Para preparar a los “marketeros” de cara al futuro que les aguarda, Zenithoptimedia y Performics recogen en su infrome una serie de tesis sobre el “internet de las todas las cosas” que nos espera en 2038:

1. Todos los dispositivos móviles conectados hablarán la misma lengua. Para las marcas esta nueva realidad significará que podrán convertirse en “parejas de hecho” del consumidor, al que deberán proporcionar información de valor sin meterse necesariamente en su esfera privada.

2. Los dispositivos móviles conocerán nuestros sentimientos. Los sensores biométricos harán esto posible. Ante este nuevo escenario, la marcas estarán en posición de entender mucho mejor a sus clientes y poder adelantarse a sus necesidades para satisfacerlas cuanto antes.

3. Los “gadgets” tecnológicos nos ayudarán a relacionarnos con el mundo con el mundo que nos rodea y a comprenderlo mejor. ¿Qué quiere decir esto para las marcas? Que deberán ofrecer servicios al consumidor que sean verdaderamente útiles y relevantes para él en el nuevo universo que le rodea.

4. Los dispositivos conectados dominarán las compras. No sólo compraremos más a través de internet sino que nuestras visitas a los puntos de ventas físicas estarán reforzadas por ofertas y recomendaciones que recibiremos directamente a través de nuestros dispositivos móviles. Gracias a esta nueva realidad, las marcas lo tendrán más fácil para ofrecer experiencias de compra verdaderamente personalizadas al cliente.

5. Los dispositivos conectados serán también excelentes navegadores. En el futuro los coches serán completamente colonizados por la tecnología, por lo que las marcas podrán “colarse” también en los automóviles para ofrecer al conductor ofertas de entretenimiento, información y servicios geolocalizados.

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