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Debido al constante ajetreo por el que pasamos todos los días, resulta muy complicado hacer un alto y preguntarnos: ¿En realidad soy feliz en dónde estoy trabajando?

Difícilmente lo hacemos y si lo hemos hecho habría que saber en qué porcentaje somos felices, estoy seguro que pocos lo estarían al 100%, porque la felicidad es un sentimiento que depende en gran medida del estado emocional en el que se encuentran los individuos en un momento determinado.

La felicidad en materia laboral la podemos definir como un estado de gracia pleno entre el trabajador con la empresa para la que presta su servicio. Es decir el empleado pretende ciertas cosas de la empresa tanto a nivel salario, ambiente de trabajo, instalaciones, reconocimiento y aprendizaje entre otras y la compañía está cooperando para poder satisfacer las necesidades de sus empleados. Por supuesto estamos hablando de un mundo ideal que puede darse, pero en un alto porcentaje el empleado tiene que poner más de su parte que lo que la empresa haga para tener felices a todos, lo cual obviamente no sucederá.

Sin embargo es mejor ser feliz que infeliz en el lugar en donde estamos trabajando, porque las cosas saldrán mucho mejor si nuestro estado de ánimo es el adecuado, si nos divierte lo que hacemos y si le damos valor y sentido a todo lo que hacemos. A continuación mencionaré algunas de las señales que nos indicarán si estamos siendo felices en materia laboral:

1. El salario es bueno pero no lo es todo
Está claro que el satisfactor más importante a nivel laboral es el salario, por lo que si cumplimos los objetivos o nos llegan a contratar con un salario por encima de lo esperado, seguramente seremos felices, pero está demostrado que esta sensación de sentirnos contentos con un incremento de sueldo o tener el sueldo deseado no dura más de tres meses.

2. La relación con los compañeros es buena
Recordemos que la sana convivencia con los compañeros de trabajo es básica para empezar a construir buenas relaciones y los empleados le dan un enorme valor a ese sentido de pertenencia dentro del grupo con el que generalmente conviven en el día a día. No resulta nada complicado encontrar centros de trabajo donde la mayoría de la gente con la que estás trabajando es de tu edad, la carga de trabajo se aligera por el buen ambiente y sobre todo porque se generarán grandes lazos al exterior del centro de trabajo que pueden perdurar de manera indefinida.

3. Aprender a disfrutar ante tanta presión
Hay que ponerle buena cara a la chamba cuando sentimos que la presión nos está ahogando, cuando tenemos el agua hasta el cuello porque la carga de trabajo es demasiada o las fechas de entrega de reportes están muy cercanas y nos empieza a ganar el tiempo. De nada sirve alterarnos y empezar a emitir improperios por todos lados. Mejor vamos a disfrutar y tomar las cosas desde un punto de vista divertido en lugar de estar sufriendo todo el tiempo porque sentimos que somos los que más carga de trabajo tenemos en toda la empresa.

4. Trabajo con pasión
La gente que es feliz en su trabajo hace las cosas con pasión, con esa emoción de poder decir estoy haciendo algo para lo que estudié, es lo que quiero hacer y por lo tanto no existe otra actividad mejor que la que estoy desarrollando en este momento.

5. El ambiente de trabajo es excelente
Si el ambiente de trabajo en el que nos desarrollamos es excelente, nuestra actitud también cambiará, seremos más positivos y con toda seguridad la felicidad de los demás miembros de la organización se contagiará y se permeará por todos lados. Hay ocasiones en que uno termina sacrificando sueldo con tal de permanecer en un lugar donde solo hay vibra positiva, donde no hay mala leche y donde no hay cabida para la gente amargada que piensa que todos están en su contra.

6. Reconocen lo que hago
Otro síntoma de que somos felices en nuestro centro de trabajo, es cuando recibimos reconocimiento por nuestro trabajo, se nos toma en cuenta para expresar opiniones respecto a solución de problemas, también se nos reconoce a través de incentivos monetarios o en especie o también a veces es suficiente con una palmada en la espalda o con darnos las gracias por la extraordinaria labor que estamos desempeñando.

La empresas tienen que ser motores para promover valores y proporcionar satisfactores a los empleados, pero la tarea de encontrar la felicidad a nivel laboral no se la podemos dejar a la empresa, nosotros tenemos que colaborar con la actitud correcta que se requiera para poder alcanzarla, tiene que ser un acuerdo no escrito de mutua colaboración donde ambas partes resulten con beneficios, pues a la empresa le conviene tener empleados felices porque así se vuelven más productivos y los empleados felices serán más leales a la empresa y estarán orgullos de ser parte de la misma.

 

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