El objetivo está claro: no terminar odiando tu trabajo. Para ello, no solo cuenta tu actitud, también los factores externos que te rodean, señala Raquel Martín.
Existen diferentes motivos que te pueden llevar a odiar tu trabajo, aunque sea aquello por lo que llevas toda la vida luchando. Una situación negativa puede llevar a los empleados a querer dejar el empleo, o incluso a influenciar los resultados de la empresa.
Trabajar en un sitio que odias es una de las experiencias menos recomendables que existen. Así que te recomendamos que evites esa situación de todas las maneras posibles. Aquí te mostramos 5 motivos por los que puedes terminar odiando tu trabajo.
1. Mal ambiente. Si no se puede trabajar en equipo, jamás puedes contar con la ayuda de tu compañero, todos teméis al jefe o circunstancias parecidas. Puede que te hartes de estar todo el día “peleándote” y decidas buscar un lugar en el que desarrollar tus tareas en armonía. Sin personas tóxicas alrededor.
2. Ausencia de un buen líder. Si el jefe no se comporta como un líder, seguramente el trabajo del equipo sea una catástrofe. Siempre existe la posibilidad de que otra persona asuma el rol de líder y se saque el proyecto adelante, pero no es lo correcto. Debe existir un líder que se ocupe de sus obligaciones.
3. Rutina. Si tienes un trabajo demasiado rutinario en el que no te encuentras con desafíos cada cierto tiempo, lo más seguro es que termines aburriéndote. A veces es bueno que surjan complicaciones para ponerse a prueba a uno mismo. Si tu trabajo es demasiado “fácil” para ti, quizá debes aspirar a algo más.
4. No cobras lo suficiente para el trabajo que realizas. Si crees que tus resultados están mal pagados, no rendirás de la misma manera. Intenta comunicar tu desacuerdo a la persona encargada de tu sueldo para no terminar odiando tu trabajo por no estar bien pagado.
5. No te sientes valorado dentro de la empresa. No es solo cobrar un sueldo adecuado al esfuerzo que realizas, también es necesario sentirte recompensado con palabras de agradecimiento. La satisfacción laboral tiene mucho que ver con sentirse valorado en la compañía.
