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Si usted es un trabajador especializado nacido en un país latinoamericano, probablemente tenga menor opción de obtener una visa laboral en los Estados Unidos que un asiático con similares aptitudes.

Lo anterior es válido tanto si se trata de un ingeniero de sistemas, un cocinero o un obrero de la construcción. Para llegar a esta y otras conclusiones, los investigadores Emilio J. Castilla, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Ben A. Rissing de la Universidad de Brown, se dieron a la tarea de revisar cerca de 200 mil visas otorgadas por el Servicio de Inmigración de Estados Unidos, entre 2008 y 2011.

El cupo anual autorizado para visas de tipo laboral es de 140 mil, en sus cinco categorías, bajo el código EB que abarca profesionales especializados, inversionistas e inmigrantes especiales o prioritarios, cubriendo casi mil ocupaciones.

Un 40 por ciento de las aplicaciones aprobadas estaba relacionado con el campo de los computadores y matemáticas; un 31 por ciento con tecnologías de la información (IT), un 15 por ciento con economía; un 12 por ciento con industria manufacturera, un 8 por ciento con el sector educativo y un 7 por ciento con el área financiera.

India acaparó el 41 por ciento del total de visas analizadas, con un rango de aprobación del 92 por ciento. En la misma línea, la región de Asia fue la más favorecida con un volumen del 66 por ciento; le siguió América Latina, con un 15 por ciento; Europa, con un 8.2 por ciento; Canadá, con un 4,9 por ciento; Medio Oriente, con un 3,1 por ciento, y África con un 1,8 por ciento. No obstante, al comparar los niveles de aprobación, se comprobó un sesgo que perjudica claramente a los latinos.

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