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No es una sorpresa que en la lista predominen los estadounidenses. Ellos tienen el sistema fiscal más promotor de la filantropía en el mundo.
Por Bencho Sanchez – Cerro, analista de INCompany

En el mundo anglosajón es frecuente que muchas personas, una vez que alcanzan una fortuna considerable, se conviertan en filántropos. George Soros, Warren Buffet y, sobre todo, Bill Gates, el hombre más rico del mundo con 81,4 mil millones de dólares según Forbes, son recientes ejemplos de ello. Gates, con 39 años, creó la Bill and Melinda Gates Fundation, en la que involucró también a su padre, y antes de cumplir los 50 dejó la gestión de Microsoft para dedicarse de lleno a promover y financiar, con la astronómica cifra de 3.000 millones de dólares anuales, programas de educación, salud y desarrollo, vacunación contra la polio, lucha contra la malaria y el sida y a estimular innovaciones en la agricultura en América y Africa.

“Nuestro presupuesto parece enorme, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta la cantidad de proyectos que apoyamos. Bill y yo estamos convencidos de que nuestra labor solo es efectiva si impulsa cosas nuevas. Nosotros invertimos en proyectos que los gobiernos no pueden permitirse, como el desarrollo de una vacuna contra la malaria. Sabemos que, de seis proyectos que financiemos, cinco fracasarán. Pero uno de ellos será un éxito. Cuando una madre te dice que su hijo está vivo porque hemos podido ayudarlo… te sientes de maravilla”, dijo recientemente Melinda Gates.

No es una sorpresa que en la lista predominen los estadounidenses. Ellos tienen el sistema fiscal más promotor de la filantropía en el mundo. Tampoco es extraño que Gates y Warren Buffet, el segundo hombre más ricos del mundo, encabecen la lista. Ellos son los protagonistas de una revolución filantrópica que ha tomado lugar en el último lustro. A ellos se debe la convocatoria a The Living Pledge, que busca comprometer a los hombres más ricos de Estados Unidos a donar la mitad de su fortuna.

The Giving Pledge – “la Promesa de Dar” en español – es una campaña filantrópica cuyo objetivo es “invitar a las personas y familias más adineradas de América a que se comprometan a donar la mayor parte de su fortuna con fines filantrópicos.” En agosto de 2010, 40 multimillonarios estadounidenses se adherieron a la campaña y se comprometieron a ceder al menos el 50% de sus fortunas con fines benéficos. Entre aquellos que se han adherido se encuentran Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York y fundador de la egencia que lleva su nombre, Tom Steyer, Ted Turner y Barry Diller. Además, Larry Ellison, fundador de Oracle Corporation, Sanford I. Weill antiguo director ejecutivo de Citigroup, Pierre Omidyar fundador de eBay y el cineasta George Lucas participan en la campaña, junto a los conocidos Barron Hilton y a David Rockefeller.

La donación puede hacerse efectiva en vida o en el momento de la defunción. La campaña es una promesa moral más que un contrato legal.

La iniciativa marcha viento en popa. Reune “hasta ahora a 127 multimillonarios, no solo de los Estados Unidos, sino de todo el mundo. Tenemos algunos de Gran Bretaña, de Suiza, de Australia y de la India. Y Bill está tratando ahora con gente de China”, dijo en julio de esta año Melinda Gates.
La lista actualmente también incluye a Mark Zuckerberg, de Facebook y Gordon Moore, de Intel Corp.

Tal como explicó Gates, cada quien puede elegir la forma como donará su dinero. Puede ser estableciendo fundaciones que adopten estrategias para resolver problemas específicos o también se puede elegir hacer “regalos” personales a organizaciones que ya existen.
Mark Zuckerberg, por ejemplo, realizó su primera donación a un proyecto de educación en Nueva Jersey y se ha comprometido a donar casi 500 millones de dólares a una fundación en Silicon Valley.

Gordon Moore, de Intel, eligió establecer una fundación centrada en asuntos científicos ambientales y sanitarios; el presidente de Progressive Corp, Peter Lewis, declaró que ayudará causas a menudo “olvidadas”, como thinktanks progresistas y periodismo de investigación. Y se dedicaría también a mejorar lo que son las “desastrosas leyes” sobre el uso de la marihuana.

Lewis desea ampliar el acceso a la droga para mejorar el dolor y la náusea causadas por otras enfermedades. El filántropo, de 78 años, declaró que él mismo había utilizado marihuana después de que se le amputó la pierna.

Los compromisos de los individuos o familias que se unen a The Giving Pledge pueden verse en cartas abiertas publicadas en el website de la organización, donde cada uno explica sus razones para donar y los motivos de su filantropía. “El objetivo es mejorar la visibilidad de la filantropía y las cosas grandiosas que esta puede lograr”, declaró en su momento Bill Gates al diario Wall Street Journal.

El crítico

Pero Carlos Slim, el tercer hombre más rico del mundo, cuya fortuna según Forbes asciende 72.000 millones de dólares, ha criticado reiteradamente estos esfuerzos filantrópicos.

Cuando se anunció la campaña de Gates y Buffett declaró, en una entrevista con la cadena CNBC, que regalar dinero “no resuelve ningún problema”.

“Preferiría que Bill Gates creara una Microsoft o que Steve Jobs creara una Apple”, dijo. Y agregó que regalar fortunas personales “es una idea interesante”, pero que no resuelve ningún problema.

Aún así, Slim no es tan ajeno a las donaciones. Aunque no se ha comprometido con la campaña de Gates y Buffett, el mexicano es el quinto mayor filántropo del mundo, según la revista Forbes. La publicación afirma que ha donado 4.000 millones millones de dólares. La suma ha sido destinada a su fundación, cuyos programas se centran principalmente en desarrollo digital, educación y salud. También realizó una donación a la Fundación Gates de 150 millones de dólares para programas de nutrición y prevención de enfermedades en América Central.

Pero los críticos insisten en que, siendo uno de los hombres más ricos del planeta, quizás podría dar un poco más. Sus 4.000 millones de dólares todavía están muy por debajo de los 38.000 millones que dona el mayor filántropo del mundo, Bill Gates.

Padres ricos, hijos “pobres”

“El padre que deja a su hijo una enorme riqueza, generalmente, adormece el talento y la energía de éste”. Es lo que opinaba Andrew Carnegie, el hombre que amasó, según Forbes, la segunda mayor fortuna de la historia. Este famoso empresario industrial del siglo XIX destacó por su enorme filantropía y llevó al Olimpo de las citas una de sus máximas sobre la riqueza: “El hombre que muere rico muere desgraciado”. Carnegie llegó a amasar una inmensa fortuna, pero la mayor parte de su riqueza la repartió entre bibliotecas, escuelas y hospitales. Su única hija, Margaret Carnegie Miller, recibió menos del 10% de la fortuna de su padre.

Carnagie estableció las máximas de la filantropía moderna y fue uno de los primeros grandes millonarios que se negó por principios a dar en herencia toda su fortuna.

Gates y Buffet han empujado a otros millonarios a donar su fortuna en vez de legarla a sus familias. Warren Buffet, la tercera persona más rica del mundo, también ha dejado claro que sus vástagos no heredarán la mayor parte de su fortuna. El 85% de los 44.000 millones de dólares que se estima tiene en cartera irán a parar a la caridad, la mayor parte, precisamente, a la fundación de Gates.

Buffet, que es bastante explícito a la hora de expresar sus ideas, ha etiquetado a aquellos que nacen ricos como “miembros del club del esperma afortunado”. Un club numeroso, al que están invitados la mayor parte de hijos de millonarios, entre los que Buffet y Gates son la excepción que confirma la regla. “Una persona muy rica”, dijo Buffet, “debe dejar a sus hijos lo suficiente para hacer algo, pero no lo bastante para hacer nada”. Lo “suficiente” que ha hecho que sus hijos sean también grandes empresarios. El primogénito, Howard de 57 años, se ha dedicado siempre a la agricultura y, aunque explota los terrenos de su padre, este le cobra el alquiler. Su actividad en el sector primario no le ha impedido ser, desde 2010, uno de los grandes directivos de Coca-Cola.

Aunque no recibirá ninguna herencia, su padre le designó hace dos meses como sucesor al cargo de sus negocios. En su opinión ya ha demostrado su valía, aunque lo que más le guste sea montar en tractor.

En el caso de la familia Gates, por ejemplo, aunque la suma que recibirán los tres hijos puede resultar pequeña en términos porcentuales, es gigante para el común de los mortales. Se estima que cada heredero recibirá unos 10 millones de dólares.

La más grande transferencia

Ese castigo a los “hijos del fideicomiso” -chicos malcriados con más dinero que sentido común- es por temor a que hagan elecciones equivocadas o lleven vidas improductivas si cuentan con acceso a una enorme herencia.

Las familias acaudaladas siempre tuvieron este problema. Pero ese mismo drama ahora toca también, en menor escala, a los millones de hijos del Baby Boom, que en los próximos 30 años dejarán a su descendientes más de 30 mil millones de dólares, la mayor transferencia de bienes de la historia de Estados Unidos, según la firma consultora Accenture.

Lo que solía ser un problema familiar privado se convirtió en una discusión pública sobre la riqueza, los privilegios y la responsabilidad personal. ¿Quién se queda con el pozo? ¿Deberían ser los herederos? ¿O les irá mejor sin él?

“Tal vez sea el problema que más nos atormenta”, dice al Washington Post un multimillonario que se hizo desde abajo. El empresario y su mujer, que tienen cientos de millones de dólares, crecieron modestamente en familias de clase media y quisieron elaborar un plan financiero que tomara en cuenta el bienestar de sus hijos sin malcriarlos, en caso de que la pareja muriera de improviso. “Nos horrorizaba lo que podía pasar si tomaban control de mucho dinero siendo muy jóvenes”, dijo este millonario a Roxanne Roberts de The Washington Post.

Inspirándose en el ejemplo de Buffett, crearon un fondo para cada uno de sus hijos, actualmente en edad universitaria. Cada uno de ellos tiene 2,5 millones de dólares controlados por un albacea, quien sólo puede liberar dinero para educación, cuidado de la salud o el inicio de un negocio.

Jamie Johnson estuvo toda su vida entre los muy, muy ricos. En el año 2000, al cumplir 21 años, el heredero de Johnson & Johnson recibió una inmensa suma de dinero -algunos estiman que la cifra ronda los 600 millones de dólares- de un fideicomiso familiar. Cada uno de sus cinco hermanos y hermanas recibieron una cantidad igual, sin restricciones para su uso. Su documental de 2003, Born Rich (nacido rico) es un estudio del dinero de su familia y de otros amigos superricos.

“Cuando la gente inmensamente rica dice que no les va a dejar el dinero a sus hijos, no suele ser cierto”, dice Johnson. Aunque los hijos no tengan acceso inmediato al efectivo, tienen la mejor educación, las mejores casas, los mejores contactos y las mejores oportunidades. “Son todas cosas que sólo las familias ricas pueden hacer. Son formas diferentes de transferir la riqueza y las influencias.”

La maldición del dinero

Que sea bueno o malo que los “hijos del fideicomiso” tengan tanto dinero depende de la educación familiar que tuvieron los chicos, de sus personalidades y de qué tan bien saben lidiar con las presiones de una inmensa fortuna y el miedo a ser desheredados.

Tomemos por ejemplo a los Vanderbilt. Cuando murió, en 1925, Reginald Vanderbilt se había gastado más de siete millones de dólares (unos 94 millones en la actualidad) de la fortuna que había amasado su abuelo con los trenes y los barcos. Pero todavía quedaba un fideicomiso de cinco millones para sus dos hijas. Una de esas hijas, Gloria Vanderbilt, amasó su propia fortuna de 20 millones con sus diseños de ropa y decoración.
Gloria le dijo a su hijo, Anderson Cooper, que no piensa dejarle un centavo. “Mamá me dejó muy claro que no hay fideicomiso para mí”, le dijo a Howard Stern hace unos meses. Y Anderson lo acepta: el dinero no ganado, dijo, es una maldición.

Tradicionalmente, los ricos les dejaban su dinero a sus hijos y nietos, y esperaban lo mejor. Los hijos del Baby Boom, dice el director ejecutivo de Accenture, Bob Gach, viven hasta mayor edad y hacen esfuerzos por equilibrar las necesidades de su propio retiro y sus inclinaciones benéficas con el bienestar de sus hijos.

En 2012, Accenture divulgó un influyente informe sobre los alrededor de 12 mil millones de dólares que los hijos de los Baby Boomers están heredando actualmente de sus padres, y de los 30 mil millones estimados que les dejarán a sus herederos y a las organizaciones de ayuda. Se trata de los más afortunados: no los toca la recesión y siguen provechosamente empleados o se han jubilado con jugosos ahorros.

Las fundaciones de los multimillonarios.

La Fundación Bill y Melinda Gates (B&MGF o la Fundación Gates) es la organización privada de caridad más grande del mundo y su sede está en la ciudad de Seattle, Washington. En 1994, fue creada como la Fundación William H. Gates y fue renombrada en 1999 como la Fundación Bill y Melinda Gates. Está dirigida por Bill Gates, Melinda Gates y Warren Buffett y codirigida por el padre de Bill Gates, William H. Gates Sr., y Jeff Raikes. En mayo de 2006 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

En diciembre de 2009 tenía un capital de 34.500 millones de dólares según datos de la propia fundación. En junio de 2010, Bill Gates y Warren Buffett inician la campaña The Giving Pledge para conseguir que los hombres más ricos de los Estados Unidos donen al menos el 50% de su fortuna en vida o como herencia, filantrópicamente.

Existen una gran cantidad de fundaciones importantes y a continuación describimos solo algunas de ellas.

Fundación Carlos Slim

La Fundación Carlos Slim A.C. es un organismo fundado en la ciudad de México en 1986 bajo el nombre Asociación Carso A.C. y en el año 2008 toma su nombre actual . Sus proyectos principales están relacionados con la educación, la salud, la justicia y el desarrollo personal y colectivo tanto en México como en América Latina.

Es una organización privada creada por el multimillonario mexicano Carlos Slim, se encuentra ubicada en la ciudad de México, y se calcula que ha brindado ayuda a más de 4 millones de personas en toda América Latina. Entre los objetivos de la fundación se encuentran la otorgación de becas educativas a personas de escasos recursos, además de promover actividades escolares, culturales, comerciales para pequeños emprendedores, entre otras muchas cosas.

Fundación Amancio Ortega

En 2001 se crea la Fundación Amancio Ortega, institución privada sin ánimo de lucro que pretende promover todo tipo de actividades en el campo de la investigación, la educación y la ciencia. A través de esta fundación, en octubre de 2012, se donó 20 millones de euros a Cáritas, que es la mayor donación que ha recibido la ONG en su historia.

La fundación es administrada y coordinada por su fundador Amancio y expresa que sus principios básicos son la solidaridad, el compromiso, la autenticidad, la comprensión, la laboriosidad y la fidelidad.

Fundación Conrad N. Hilton

La Fundación The Conrad N. Hilton es una fundación familiar establecida en 1944 por el fundador de la famosa cadena de Hoteles Hilton. Otorgan fondos a organizaciones que trabajen a favor de la población vulnerable en el mundo. Trabaja con el fin de mejorar la vida de las personas menos favorecidas y desprotegidas en todo el mundo y posee más de 2.000 mil millones de dólares como patrimonio. Tiene entre sus objetivos principales el ayudar a los niños africanos infectados con el VIH, otorgándole educación gratuita; apoyar a jóvenes mayores en hogares estables; contribuir con la construcción de viviendas para las personas sin techos o asegurar agua potable a los pobladores del África.

Fundación Affinity

Es una organización sin fines de lucro creada por la multimillonaria Leona Helmsley, conocida por ser una importarte empresaria del sector hotelero. La fundación fue creada con el fin de poder promover el papel de los animales de compañía en la sociedad, ayudando económicamente a las fundaciones de protección de animales que carezcan de recursos para poder mantenerse, con el fin de poder mejorar la calidad de vida de los animales que viven en sus instalaciones. La fundación también imparte programas pedagógicos sobre la protección y cuidado de animales, brindan consejos para poder evitar su abandono y también ofrecen terapias para las personas con animales.

Fuentes: La Nacion, BBC, Wikipedia, The Washington Post y Financial Times.

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