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Por Ricard Agustin de Family Business Solutions

Cuando nuestros clientes nos hacen esta pregunta suelo responder: ¿y es que no cuesta trabajar entre directivos y con otros compañeros de trabajo? Evidentemente trabajar entre hermanos no es fácil.

Posiblemente es más complejo pero no es imposible y de hecho, en la empresa familiar tenemos muchísimos casos de éxito. Pero ¿qué es lo que lo hace más complejo? Vemos que en la mayoría de los casos que en la empresa familiar se suelen trasladar los roles y etiquetas que teníamos en la familia. Si ya teníamos dificultades en entendernos como hermanos a la hora de jugar y de comunicarnos, será poco probable que las cosas mejoren a la hora de compartir responsabilidades en la empresa. También observamos en algunas empresas que mientras los padres se mantienen en el negocio, existe un falso equilibrio propiciado por el “respeto a los mayores”, que desaparece cuando por motivos de edad, los padres ceden el testigo a la siguiente generación.

Entonces, ¿qué hace falta para construir un equipo de hermanos? En familias empresarias que lo han hecho satisfactoriamente, vemos ciertos elementos recurrentes que para mi son las claves del éxito: se han olvidado de las etiquetas, ha funcionado la comunicación y la toma de decisiones por consenso, han sabido dejar a los cónyuges al margen de las discusiones de hermanos y, sobretodo, los padres han sabido facilitar todos los puntos anteriores.

También será clave saber entender y aceptar el rol que a cada uno le toca en el triángulo familia-empresa-propiedad y sobre todo, tener la sensibilidad para saber escuchar que si ya es importante “practicarla” con todo colaborador, cuando se trata de un familiar y muy especialmente de un hermano, es lo que más nos puede ayudar. Dicen que el demonio sabe más por viejo que por demonio y esto también pasa en el oficio de asesor de familias empresarias. Cuando empezamos a trabajar con una familia empresaria, transcurridos pocos minutos de la primera reunión ya percibes, en buena parte por la comunicación no verbal, si aquellos hermanos disfrutan y trabajan como equipo o si por el contrario, se reparten áreas funcionales y punto.

Pero que que nadie se desanime. Si en nuestro caso tenemos este problema, lo reconocemos y queremos superarlo, trabajar en equipo se puede aprender en buena medida. Hay familias que son capaces de construir equipos de hermanos sin soporte externo. En otros casos, sólo con este tipo de ayuda es viable edificar la alquimia necesaria, para que los hermanos continúen con éxito el legado familiar.

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