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Los jóvenes esquivan a los bancos y reclaman cambios en el sector financiero. Los millennials y el avance de Internet amenazan negocios tradicionales con nuevos hábitos, producto de las tecnologías fintech.

1-NEWSLETTER-MS-17-03-2016

El sector financiero está cambiando. ¿El motivo? Hace un tiempo, la revista estadounidense Fast Company lo sintetizó en un título: Sorry Banks, millennials hate you (“Perdón bancos, los millennials los odian”). La nota describía un estudio realizado durante tres años, según el cual el 70% de los jóvenes prefería ir al dentista en lugar de escuchar a los bancos. Cuatro de estas entidades quedaron ubicadas entre las 10 marcas menos queridas por los representantes de esa generación, destaca Luján Scarpinelli en un informe en el diario LA NACION.

El sector financiero no puede más que cambiar. Más que cualquier otro negocio, los bancos, que hasta el momento cumplen con el mandato de la era digital al adaptar sus servicios al medio online, están expuestos a un riesgo mayor: el de las disrupciones tecnológicas.

Mientras los grandes intentan avanzar en esa área, aquí (Argentina) y afuera, cientos de start ups emergentes dedicadas a fintech
(tecnologías financieras) desarticulan el negocio de las entidades establecidas. Inversiones, préstamos, seguros o pagos…, cada una de las unidades de negocios antes englobadas por una misma compañía cuentan hoy con una alternativa digital. La amenaza por parte de los pequeños es creciente, y en ese ejército, por ahora, hay vacantes para todo el que quiera sumarse.

Reaccionar a tiempo
La reacción de la banca es insuficiente. Un estudio de KPMG advierte que “una oferta de una mejor banca móvil no es suficiente para retener a los usuarios de entre 20 y 30 años, que son los más propensos a cambiar de banco”.

Las luces de alerta están encendidas. Goldman Sachs, a quien su propio CEO definió como una compañía tecnológica, cuenta con más de 9000 ingenieros y programadores, en una planta de 33.000. La cifra nominal es superior a los que posee Facebook, relevó Business Insider en una de sus publicaciones. Otro caso es el de BBVA, que está cambiando en pos de la transformación digital. En su caso, por la rapidez que demanda el proceso, el banco español emprendió el camino de las adquisiciones: un estudio de diseño online, una firma de procesamiento de datos, y, por US$ 117 millones, la estadounidense Simple, especializada en banca digital. Lo dice el refrán: si no puedes combatirlos, úneteles.

El movimiento en la industria de servicios financieros favorece a los emprendedores. Tanto a los que busquen encabezar la revolución como a los que planeen integrarse a los que ya controlan el mercado. Casos como el de DineroMail, creada en 2003 por Alejandro Estrada y Alec Oxenford, y vendida al grupo Naspers (también dueño de OLX), sientan un buen precedente a nivel local y demuestran el apetito de las compañías globales que hacen pie en distintos mercados con jugadores locales. A diferencia de los pioneros, quienes lancen por estos días sus iniciativas de fintech formarán parte de una nueva ola de start ups, en un contexto más que favorable.

Por caso, la incubadora NXTP Labs presentó un programa específico para este tipo de nuevas empresas, al cabo del cual algunas elegidas tendrán la posibilidad de ser invertidas. Las áreas favoritas son crowdfunding, préstamos colaborativos, seguridad bancaria, modelos financieros innovadores, pagos móviles y bitcoins, entre otras.

Javier Buitrago, country manager de PayU en la Argentina, precisa que “ya hay unas 1500 empresas relacionadas con la industria financiera y medios de pago, invertidas en la región por fondos de capital de riesgo”. Desde su punto de vista, la oportunidad en este campo está en brindar soluciones para la pobreza a través de la conexión con el sistema financiero, ya que sin acceso, las personas de bajos recursos no pueden, por ejemplo, comprar herramientas para incrementar su productividad. Nuevas ideas de fintech, dice, pueden facilitar el acceso. “Ni siquiera es necesaria una tecnología de punta; en África, M-Pesa solucionó a través de transferencias por SMS el problema de transacciones en zonas rurales. En América latina, un 80% de los pagos son en efectivo. La oportunidad es enorme”, dice Buitrago.

“La población bancarizada en América latina está entre el 15% y 20%”, observa como oportunidad Federico Nano, CEO de CodaMation, otra de las compañías que impulsa start ups en la Argentina. La empresa desarrolladora de Monedero (vendida a Visa), cuyo principal inversor es el Grupo Roggio, abrió una ventanilla permanente para seleccionar y acuñar por un semestre proyectos montados sobre su plataforma de transacciones digitales. Desde un formato de company builder, explica Nano, busca potenciar su negocio a través de la asociación con emprendedores, a los que inyectará capital y ofrecerá mentoreo. Las dos primeras aceleradas son CodaBox, un servicio para fidelizar que identifica clientes a través de Wi-Fi en el móvil cuando están cerca, y WeeGo, una plataforma de venta de entradas para espectáculos.