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Cuando Carolina del Norte promulgó en marzo una ley que restringe los derechos de los gays, el presidente ejecutivo de Salesforce.com Inc., Marc Benioff, la criticó duramente a través de tuits, hizo un llamado a otros líderes empresariales para que alzaran su voz y despachó a empleados para que trabajaran con funcionarios del estado y grupos de defensa.

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Bajo presión de muchos sectores, el gobernador Pat McCrory buscó rápidamente limitar el alcance de la legislación.

Fue el tipo de demostración de influencia que ha hecho de Benioff un maestro a la hora de promover el activismo social entre los presidentes ejecutivos de Estados Unidos, ganando influencia pese a la resistencia de los blancos de sus críticas y algo de intranquilidad por parte de los inversionistas y miembros de la junta de Salesforce, destaca Monica Langley en un informe en The Wall Street Journal.
“Marc congrega a los presidentes ejecutivos cuando los grupos sectoriales y empresariales son mucho más lentos en actuar, particularmente en temas no económicos”, dice Andrew Liveris, presidente de Dow Chemical Co. , quien se opuso a la ley de Carolina del Norte y dice que la influencia de Benioff lo llevó a involucrarse personalmente en el activismo social.

Benioff, de 51 años, ayudó este año a presionar al gobernador de Georgia para que vetara un proyecto de ley que habría permitido a organizaciones religiosas rechazar servicios o despedir a empleados por sus creencias, después de un fallo de la Corte Suprema de EE.UU. que respaldó el matrimonio entre personas del mismo sexo. El año pasado, él y otros presidentes ejecutivos fueron cruciales a la hora de persuadir al gobernador de Indiana para que modificara una ley similar. Ahora, está reuniendo a sus tropas para apoyar medidas para cerrar la brecha salarial de género.

Benioff está entre los presidentes ejecutivos de empresas que incluyen a Apple Inc., Bank of America Corp. , Walt Disney Co. , Intel Corp. e International Business Machines Corp. que han empezado a presionar a los legisladores en torno a cuestiones sociales, a menudo con una advertencia: cambien las leyes o arriésguense a perder negocios.

Esto contrasta con lo que sucedía en el pasado, cuando los presidentes ejecutivos evitaban dar su opinión sobre temas sociales para no enojar a accionistas, clientes y otros. Ahora, el riesgo está en no expresarse. “Nuestros trabajos como presidentes ejecutivos ahora incluyen dar un impulso a lo que creemos justo”, afirma el líder de Bank of América, Brian Moynihan. “No es exactamente activismo político, pero es actuar en asuntos más allá de los negocios”.

Algunos ejecutivos le han dicho a Benioff que no pueden unirse a la causa, uno de ellos diciéndole, por ejemplo, que pondría “un blanco en su espalda”.

En la asamblea anual de accionistas de Salesforce del año pasado, un inversionista criticó la postura pública de Benioff como polarizante. El general retirado y ex secretario de Estado Colin Powell, quien es miembro de la junta directiva, le dijo a Benioff que su activismo podría atraer escrutinio no deseado. “Ten cuidado de cuán alto trepas el árbol; expondrá tu trasero”, dice que le aconsejó.

Los presidentes ejecutivos desde hace mucho han buscado influenciar las políticas a través de contribuciones a campañas. Sin embargo, lo que distingue a su nuevo activismo es que usan sus nombres y poder empresarial para hacer campaña de forma directa contra leyes específicas sobre cuestiones sociales. Hoy en día, una causa principal son los derechos de los homosexuales y transexuales.

El movimiento comenzó en Silicon Valley. Los empleados de la Generación del Milenio “no quieren enfocarse solamente en hacer tecnologías estupendas, sino también en hacer del mundo un lugar mejor”, explica Susan Wojcicki, presidenta ejecutiva de YouTube, de Alphabet Inc., y miembro de la junta de Salesforce.

Para atraer a empleados jóvenes prometedores y clientes, las empresas deben proyectar un ethos corporativo que vaya más allá de las ganancias. “La próxima generación de presidentes ejecutivos debe defender a todos aquellos que tienen parte: empleados, clientes, la comunidad, el medio ambiente, todos, no sólo los accionistas”, asevera Benioff.

El activismo de Benioff es posibilitado por el buen desempeño de Salesforce, lo que evita que la mayoría de los inversionistas cuestione sus actividades extracurriculares. El precio de la acción de la empresa de aplicaciones empresariales de computación en la nube de San Francisco se ha multiplicado por nueve en la última década.