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Ecoalf, la empresa de ropa sostenible que fundó el madrileño Javier Goyeneche, inaugura su expansión internacional con su primera tienda en Berlín

“Una botella de plástico tarda 400 años en desaparecer. La verán tus tataranietos”, se queja Javier Goyeneche (Madrid, 1970), sentado en un sofá de su nueva tienda en el barrio berlinés de Mitte, reseña Daniel García López en un artículo en EL PAIS de España.

Un ordenado montón de esas botellas forra una columna, pero, si no fuera porque están retroiluminadas para formar las palabras act now (actúa ahora), el asunto parecería una instalación de arte contemporáneo y no una arenga prorreciclaje. Lo mismo pasa con el cemento del suelo (reciclado) y la madera (proveniente de vigas viejas): la nueva tienda Ecoalf en Berlín es tan silenciosamente ecológica como los plumíferos, las mochilas y la ropa que vende. Prácticos, bien hechos y bien diseñados. Nada que ver con el look feria de artesanía.

Goyeneche, que en el pasado fundó la empresa de accesorios Fun & Basics, abrió Ecoalf en 2008 como una respuesta al desperdicio sistemático de nuestro actual modelo de consumo. “El 25 por ciento de lo que se fabrica no se vende. El modelo de diseñar, comprar y tirar ya no se sostiene”. Por eso, Ecoalf recicla café, lana y algodón y recoge del mar botellas de plástico y redes de pesca que sus ingenieros convierten en materiales de alta tecnología. Después, se usan para fabricar como mínimo el 80 % de cada prenda (el porcentaje de materia prima reciclada en otras marcas suele ser mucho menor).

El camino de Goyeneche no ha estado libre de problemas. “Una vez me llamó una mujer del lobby del plástico. Estaba furibunda. Pero yo no critico el material, sino su uso. Es absurdo utilizar y tirar un vasito cada vez que bebes agua en el gimnasio”.

Aunque Ecoalf fue pionera en poner la responsabilidad social corporativa en el centro de su modelo de negocio y hoy se encuentra en el corazón de una tendencia global por lo sostenible, sus retos permanecen similares. Sigue siendo David en un escenario de fabricantes de ropa lleno de Goliats. Escenario donde el volumen lo es todo: “Un polo de algodón reciclado cuesta un 28 % menos si fabricas 2.000 unidades en vez de 200”, suspira Goyeneche.

Para financiar el desarrollo y la expansión de su firma, el año pasado dio entrada a su capital al fondo de inversión Manor Group. La integridad de la casa está garantizada. “Hay tres cláusulas que velan por el objetivo social. Ecoalf es innovación, sostenibilidad y diseño, y si no, no vale”, advierte. Manor Group se especializa en iniciativas que velan por el buen uso de los recursos naturales. “Pretende ser un referente en el sector”, dice Goyeneche. Así, él podrá seguir contribuyendo a lo único que está claro sobre la protección del Medio Ambiente: “Es cuestión de educación”.

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