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(AMAZON – BEZOS – EMPRESA) Su intención es clara, crecer y crecer hasta acapararlo todo, En este artículo, Miguel Ayuso, en la información.com, nos cuenta las estrategias del gigante.

La empresa de Jeff Bezos, el que es ya el hombre más rico del mundo, está en boca de todos. Y no es para menos. La compañía no deja de crecer y está provocando un terremoto en el comercio minorista de un impacto nunca visto.

La empresa es ya la cuarta con mayor valor del mercado y tiene en todo el mundo una clientela que supera los 30 millones de personas. En 2017 tuvo unos ingresos de casi 178.000 millones de dólares.

No cabe duda de que Bezos tuvo visión y supo verle futuro al comercio online, que cuando nació Amazon, en 1994, estaba en pañales. Pero su éxito no reside solo en haber sido pionero. Estas son las reglas de oro que han llevado a la compañía a su todopoderosa posición actual:

1. Si algo funciona lo copia
“Todo lo que Amazon tenía que hacer era elegir lo mejor y copiarlo”, asegura a The Guardian Rachel Greer, ex gerente de producto de Amazon, que ahora dirige una empresa de consultoría para proveedores de la compañía.

La táctica es bien conocida por muchas pequeñas empresas: la compañía pone facilidades a los pequeños fabricantes o proveedores para vender sus productos en la plataforma. Durante un tiempo esto va muy bien para esas empresas, pero Amazon empieza a recabar datos y sabe perfectamente qué se vende mejor.

Cuando tiene claro que un producto es exitoso no tiene más que venderlo por su cuenta, con mejores condiciones o precios que lo ofrecía la otra empresa o, llegado el caso, fabricarlo él mismo.

Cuando tiene claro que un producto es exitoso no tiene más que venderlo por su cuenta, con mejores condiciones o precios que lo ofrecía la otra empresa o, llegado el caso, fabricarlo él mismo.

 

2. Está metida en todos los negocios posibles
Amazon fábrica hardware y programa software. Produce películas, programas de televisión y videojuegos. Es el propietario inesperado de una gran cantidad de sitios web, desde el sitio de transmisión en vivo de juegos Twitch hasta la base de datos de películas IMDb. Dirige una agencia de intermediación laboral. Está metida en el negocio de la publicidad, y en el de las finanzas. Es, además, uno de los mayores proveedores de hosting y vende pañales, comida para bebés, refrescos, ropa, muebles, herramientas o instrumentos musicales. Hace (casi) de todo.

Como apuntan Olivia Solo y Julia Carrie Wong en The Guardian, de las 10 principales industrias de los Estados Unidos por PIB (información, fabricación de bienes perecederos, comercio minorista, comercio mayorista, fabricación de bienes no perecederos, atención médica, finanzas y seguros, gobierno estatal y local, servicios profesionales y comerciales, y bienes raíces), a Amazon solo le queda montar una inmobiliaria. Tiempo al tiempo.

Bezos instituyó la que se conoce como “regla de las dos pizzas”. Según esta norma, que sigue siendo bien conocida en la compañía, todos los equipos internos tienen que ser lo suficientemente pequeños como para poder comer pidiendo solo dos pizzas.

 

3. Tiene una organización extremadamente flexible
En los primeros días de Amazon, Bezos instituyó la que se conoce como “regla de las dos pizzas”. Según esta norma, que sigue siendo bien conocida en la compañía, todos los equipos internos tienen que ser lo suficientemente pequeños como para poder comer pidiendo solo dos pizzas.

El objetivo de esta norma es tener equipos más eficientes y escalables. Un equipo más pequeño pasa menos tiempo administrando los horarios y manteniendo a las personas al día, y más tiempo sacando el trabajo adelante. Pero, además, tener muchos equipos pequeños Bezos obliga a estos a trabajar juntos, de forma sistematizada, pero sin depender de la enorme burocracia que ralentiza el desempeño de todas las grandes compañías. Si un equipo de publicidad necesitaba algunos datos sobre ventas de raquetas de padel para decidir la mejor manera de gastar sus recursos, no puede enviar correos electrónicos para pedir los datos; tiene que ir a un panel de análisis y servirse él mismo. Si este panel no existe, hay que crearlo. Y este enfoque lo cubre todo.

“Puedes agregar nuevas líneas de productos sin agregar nuevas estructuras internas o realizar informes directos, y puedes agregarlos sin reuniones y proyectos y procesándolos directamente en las plataformas de logística y comercio electrónico”, apunta en The Guardian Benedict Evans, de la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz. “No es necesario que alguien vuele a Seattle y programe una serie de reuniones para que la gente implemente el apoyo para el lanzamiento de un maquillaje en Italia, o persuada a cualquiera para que agregue cosas a su hoja de ruta”.

4. Sabe qué vas a comprar (y qué no)
Otro de los campos en los que Amazon está apostando fuerte es el de la Inteligencia Artificial. No en vano, la compañía es consciente de que la información es poder, y quiere saber lo máximo posible de todos sus clientes.

Amazon ha desembolsado más de mil millones de dólares en la compra de Ring, una empresa fabricante de timbres inteligentes, que permiten a los usuarios controlar y operar las puertas de su vivienda. La tecnología facilitará a la empresa la obtención de todo tipo de información no solo de los propietarios de la vivienda, sino también de cualquiera que llame a la puerta.

Este nuevo producto, junto a sus altavoces Echo, será la punta de lanza para llevar a su sistema de IA, Alexa, a otro nivel. Cuanta más gente use estos dispositivos, más datos podrá recolectar y, más allá de esto, lo aprendido servirá a la compañía para desarrollar la tecnología de aprendizaje automático, que tendrá un papel primordial en el futuro cercano. Cada avance que haga Amazon en este sentido tendrá repercusiones en todos sus negocios, pus aumentará su eficiencia a todos los niveles.

Cuanta más gente use estos dispositivos, más datos podrá recolectar y, más allá de esto, lo aprendido servirá a la compañía para desarrollar la tecnología de aprendizaje automático, que tendrá un papel primordial en el futuro cercano.

 

5. Paga lo mínimo posible a todo el mundo
Dice el refrán que “cuanto más poderoso, más roñoso”, y Bezos desde luego no es alguien que destaque por su generosidad, ni para sus empleados ni para el Estado. No es nada nuevo: la compañía ha sido acusada repetidamente de tratar mal al personal y evitar los impuestos por todos los medios legales posibles, sin importar cuán artificiales sean sus estructuras extraterritoriales.

Su actitud hacia el pago de impuestos ha provocado la ira de Donald Trump, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero Bezos no parece tener ninguna intención doblegarse a las demandas de los políticos.

La empresa se enfrenta también a varias huelgas y su actitud con los sindicatos es del todo beligerante. El portavoz de CSIT Unión Profesional, Antonio Fernández, ha criticado el empeoramiento de las condiciones laborales del nuevo convenio que introdujo Amazon “unilateralmente” y, aunque se han celebrado reuniones con la empresa, asegura que “no quiere negociar nada”.

Las condiciones son tan duras que la rotación de empleados en la compañía es legendaria, y no solo en el personal de almacén. Cuentan que pasan tantos programadores por la compañía que cuando uno se marcha otro de los que se quedan tiene que reescribir todo su código para que las personas que están allí lo entiendan, pero para cuando la reescritura esté terminada, la persona que ha hecho la reescritura también se ha ido, lo que requiere que alguien más inicie todo el proceso nuevamente.
¿Le pasará factura a Amazon esta forma de tratar a los trabajadores? De momento, la compañía podría enfrentarse a una de las primeras huelgas a escala europea, pero está por ver su impacto. De momento, como apunta Alex Hern, Bezos está en lo alto de la cadena alimentaria, y no tiene ninguna intención de abandonar la cúspide.

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