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(SUSTENTABLE – EMPRESAS – AMBIENTE) Esta letra se resignificó a partir del concepto de “empresas B”, aquellas que persiguen un triple impacto.

Por Marcelo Revich – Socio de S&A de Argentina

Usualmente, la letra B se asocia a una segunda alternativa, a un plan de emergencia o a algo malo. “Te fuiste a la B”, “Nos pusieron un equipo B”, pueden ser expresiones que se utilizan comúnmente para describir esta valoración. Sin embargo, en los últimos tiempos se resignificó a partir de un nuevo concepto: las empresas B.

¿Qué es una empresa B? Son las que persiguen un triple impacto, es decir, económico, social y ambiental. No son entidades sin fin de lucro, pero tampoco tienen como único objetivo el lucro. Su objetivo es el de ser agentes de cambio, contribuyendo a la solución de los grandes problemas sociales y ambientales. Pretenden ser las mejores PARA el mundo y no las mejores DEL mundo.

Aunque suene imposible, todos podríamos ser B. ¿Porqué no pensar en ser sustentables y colaborar activamente en la mejora de la problemática social o ambiental sin dejar de poner el foco en ser rentables?

 

Aunque suene imposible, todos podríamos ser B. ¿Porqué no pensar en ser sustentables y colaborar activamente en la mejora de la problemática social o ambiental sin dejar de poner el foco en ser rentables? De hecho, deberíamos ser rentables para poder ayudar.

No es lo mismo una donación, que por más causa noble que persiga, seguramente tendrá un alto porcentaje de “listo, ya contribuí con mi grano de arena”, que un involucramiento activo, pero sobre todo sostenible en el tiempo.

El ecosistema de empresas B está creciendo y seguramente lo seguirá haciendo en el futuro de manera sostenida. Veremos una retroalimentación y una potenciación tanto de los esfuerzos en pos de la solución a los problemas sociales y ambientales, como así también de las oportunidades de negocios entre empresas del mismo ecosistema. Lo que sin dudas es un WIN-WIN.

Pensemos en la gente

Detengámonos ahora a pensar un poco en uno de los principales activos de cualquier compañía, su gente. Y no nos referimos solamente a millennials, que por otra parte representarán el 50% de la fuerza laboral para el año 2020. Hoy la compensación económica no es suficiente. Los planes de carrera no logran retener el talento. Hoy hay una visión distinta, donde más allá de un adecuado balance entre “vida familiar” y “vida laboral”, ya no hay una meta “a donde llegar” sino se trata de “disfrutar del camino”. El lucro o el bienestar personal no lo es todo, hoy existe la necesidad de trascender, de saber que desde nuestro lugar, el que fuere, formamos parte de algo mayor y estamos contribuyendo activamente a ese bien común.

Hace poco más de un año se sancionó la Ley de emprendedores, que fue un muy buen paso adelante en un largo camino por recorrer. Argentina cuenta con muchísimo talento emprendedor y dentro de ellos, muchos emprendedores sociales. Para ellos sería muy bueno que se pudiera avanzar con la sanción de la Ley de Sociedades de Interés y Beneficio Colectivo (conocida como Ley BIC) a fin de darles cobertura, contribuyendo también con el desarrollo del ecosistema B.

Tenemos la inmensa suerte de vivir en esta época de cambios vertiginosos y de disrupción, donde muchas cosas ya nunca volverán a ser como antes. Aprovechémoslo. Hagamos que sean aún mejores. Podemos al mismo tiempo, ser rentables, retener talento y trascender. Solo es cuestión de empezar.

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