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(TRABAJO – PRODUCTIVO – SALUD) Agustín Velasco, en un informe de la revista GQ, destaca que depresión, estrés y malestar físico provocados por jornadas interminables de trabajo te pueden matar. Los japoneses lo saben desde hace tiempo y tienen una palabra para ello: Karoshi.

Los japoneses, que son como muy intensos para eso de trabajar, tienen un término que define la muerte que sobreviene súbitamente por exceso de trabajo: karoshi. También lo tiene los chinos, que lo llaman guolaosi, y los coreanos, que usan la palabra gwarosa.

En Japón, las estadísticas oficiales arrojan una cifra de muestras anuales relacionadas con el ‘karoshi‘ de entre 1000 y 2000 decesos, aunque la cifra podría ser ostensiblemente superior, porque tanto las empresas como los familiares tratan de maquillar ese tipo de muerte atribuyéndoles otras causas, ya que en su cultura no soportar la carga de trabajo puede considerarse un deshonor y un fracaso personal hacia la comunidad. En nuestro país, estar cerca de la muerte por exceso de papeleo sería un motivo clave para cambiar de trabajo.

Demasiadas horas de extras, demasiada tensión… todo conduce a un desenlace dramático cuando el corazón o la cabeza no aguanta: infartos, derrames cerebrales o suicidio son la cara visible del karoshi.

Muchos son los casos que han conmocionado la opinión pública, como el de Matsuri Takahashi, una joven de 24 años empleada de una agencia de publicidad, que se quitó la vida después de hacer jornadas de 20 horas para las que incluso dormía en su empresa. Técnicamente, para que se considere un caso de karoshi, el trabajador debe haber hecho más de 100 horas extra al mes u 80 en dos meses o más consecutivos sin descansos

Es posible que todos pensemos que trabajamos más de lo que debemos, pero hay signos inequívocos de que tus largas jornadas están afectando a tu vida y a tu salud.

 

Casos en otros países

Las muertes por sobrecarga de trabajo no son patrimonio asiático. Aún se recuerda el caso del joven alemán de 21 años, Moritz Erhardt, que a siete días de terminar sus prácticas como becario en la oficina de Londres de Merrill Lynch, filial de Bank of América, fue hallado muerto en su residencia después de tres días de trabajar sin parar.

Muchas fueron las voces que señalaron que a los becarios se les obligaba incluso a trabajar de noche y que lo habitual es que sus jornadas no bajen de las 14 horas diarias, que ellos no dudan en sobrepasar, no tanto por los alrededor de 3.150 euros que cobran los becarios de Bank of América, sino por despuntar y conseguir un puesto en la entidad tras sus prácticas.

En España hemos tenido casos como el del presidente de la Sala I de la Audiencia Provincial de Sevilla, Joaquín Sánchez Ugena, que fallecía la noche del 9 de mayo de 2014 por infarto tras cinco años trabajando jornadas de 12 horas que incluían con frecuencia fines de semana completos sin volver a casa, ni siquiera a la hora de comer.

El obituario de ABC Sevilla denunciaba que el juez había fallecido “en acto de servicio”, a causa del “estrés producido por la inmensa carga de trabajo que soportaba”.

¿Te sientes reflejado? Es posible que todos pensemos que trabajamos más de lo que debemos, pero hay signos inequívocos de que tus largas jornadas están afectando a tu vida y a tu salud. Si al responder con sinceridad a las siguientes siete preguntas das una mayoría de síes, quizás deberías replantearte la forma en que tu trabajo está afectándote:

¿Tu vida familiar y tus relaciones son un desastre?

Dedicar tiempo a quien no comparte contigo la oficina se convierte en fuente de estrés y te vuelve irascible. Cuando sientes que el trabajo no te deja hueco para cultivar tus relaciones familiares y afectivas sueles ponerte excusas tipo “es temporal”, “no estoy en posición de decir que no al jefe” o “tengo que encontrar alguien que se adapte a mi ritmo de vida”. Pero lo cierto es que el problema es que has dejado que el trabajo inunde hasta las horas en que deberías desconectar.

¿Te levantas cansado?

Cada mañana el despertador es una tortura. Tienes la sensación de que acabas de acostarte… y otra vez estás en la brecha. Estás agotado, te duele el cuerpo y te cuesta concentrarte. Posiblemente sea porque le estás robando horas al descanso para poder sentir que tienes vida fuera del trabajo.

¿Eres menos productivo?

En Economía enseñan un concepto que se llama ‘economías de desescala’, que viene a traducirse en este caso en que hay un punto en el que no por trabajar más eres más productivo, sino lo contrario. El agotamiento hace que te disperses y empieces a perder concentración y productividad, procrastinas, cometes errores que te lleva tiempo corregir… No olvides la famosa ‘Ley de Pareto’ que dice que el 20% del esfuerzo genera el 80% de los resultados. Siempre mejor calidad del tiempo laboral, que cantidad.

El agotamiento hace que te disperses y empieces a perder concentración y productividad, procrastinas, cometes errores que te lleva tiempo corregir…

 

¿Se te empieza a resentir la salud?

Dolores de espalda y articulaciones, perdida de agudeza visual, jaquecas y migrañas y problemas de próstata pueden ser reflejo de un estilo de vida excesivamente sedentario. Los dolores de cuello y de espalda son con frecuencia reflejo de tensión acumulada y pueden cronificarse si no se les pone remedio. Dedicar tiempo a hacer ejercicio o deporte, o a actividades lúdicas, son el primer paso para superar estos problemas.

¿Se te acelera el corazón con frecuencia sin causa justificada?
El estrés laboral repercute en la producción de cortisol, una hormona esteroidea que produce el cuerpo ante situaciones de estrés para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas. Una prolongada segregación de cortisol aumenta el riesgo de padecer afecciones cardiacas, diabetes o incluso cáncer.

¿Te sientes depre?

No solo la salud física, la salud mental también se resiente al trabajar demasiado. Puede empezar como una tristeza permanente y derivar en un cuadro clínico de depresión. Hay estudios que concluyen que los trabajadores con jornadas de 11 horas al día tienen más propensión a padecer depresiónque aquellos con jornadas de 7 u 8 horas diarias.

¿Necesitas una copa con demasiada frecuencia?

Sentir la impetuosa necesidad de tomar una copa para dar por finalizado el día es normal, lo preocupante es cuando quieres olvidar la jornada laboral. El National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (Estados Unidos) dice que sobrepasar el límite de hasta dos bebidas alcohólicas por día, y las 21 bebidas por semana, en los hombres, aumenta el riesgo de caer situaciones de dependencia del alcohol.

Si son mayoría los síes a estas preguntas deberías plantearte bajar el ritmo o cambiar de trabajo, para poder dedicarle más tiempo a otras facetas de tu vida que te hagan sentir realizado y mejore tu calidad de vida. ¡Qué no te engañen!

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