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La empresa china se hace con el liderazgo del sector de las redes de telecomunicaciones. Un tercio de la población mundial usa productos Huawei a través de 45 de las 50 primeras operadoras del mundo, desde BT hasta Orange, pasando por Vodafone o Telefónica. Con 150,000 empleados en 140 países, se ha convertido además en una de las compañías más respetadas del mundo.
La empresa tecnológica que más crece en el mundo no es del Silicon Valley californiano, sino de la ciudad china de Schenzen, al lado de Hong Kong. Fundada en 1987 por Ren Zhengfei en un entonces villorrio perdido de Cantón para importar centralitas, cinco años después empezaba a fabricar sus propios productos. A finales de los noventa daba el salto al exterior, y el año pasado suplantaba a Ericsson como líder mundial de equipos para redes (fijas, inalámbricas, núcleos…).

Por Fernando Barciela, de EL PAIS de España

En 2012 facturó 35.400 millones de dólares (26.140 millones de euros), el 66% fuera de China, por delante de los 34.800 millones de dólares de la firma sueca. De modo que ahora mismo un tercio de la población mundial usa productos Huawei a través de 45 de las 50 primeras operadoras del mundo, desde BT hasta Orange, pasando por Vodafone o Telefónica. Con 150.000 empleados en 140 países, se ha convertido además en una de las compañías más respetadas del mundo, destaca Fernando Barciela, de EL PAIS de España.

Tal es su confianza en sí misma que no ha dudado en lanzarse a un mercado más difícil que el de los equipamientos, el de los smartphones de última generación, con marca propia. Después de seis años fabricando terminales de marca blanca para operadoras de medio mundo, se estrenaba hace dos años en un segmento reservado a la élite (Apple, Nokia, BlackBerry…), con tal empuje que el cuarto trimestre de 2012 se hacía con la tercera posición en móviles inteligentes, después de Samsung y Apple, con un 4,9% de cuota, equivalente a 10,8 millones de dispositivos. El objetivo de la empresa, que produce unos 100 millones de móviles de todo tipo, es, asegura su responsable en España, Walter Ji, “ser los quintos fabricantes del mundo (de todo tipo de móviles) en 2015”.

Objetivo que no piensa alcanzar solo por precio. Huawei es también tecnología. Su presentación en el CES de Las Vegas ha dejado huella. Sorprendió su nueva su línea de terminales Ascend con sistema operativo Android y su primer teléfono con Windows Phone 8. Esto después de haber presentado hace meses el Ascend P1, el móvil más delgado del mercado y con más batería que el iPhone 5.

Dar más por menos fue ya la estrategia que permitió a Huawei derrotar a sus rivales en el sector de redes. Le bastaron tres o cuatro años para convencer a las operadoras de Europa —donde aterrizó en 2001, después de triunfar en Asia o Latinoamérica— de que sus productos, un 30% más baratos, eran tan fiables como los demás. Según un artículo de Fortune de 2011, “su entrada en Europa provocó que los márgenes brutos de Ericsson o Alcatel-Lucent, del 50%, bajaran hacia el 30% o 35%”. Justo lo que ocurrió en España, donde los hombres de Schenzen empezaron a llegar en 2000. Cinco años les costó su primer contrato, con Jazztel, “para la infraestructura de banda ancha”, explican en la empresa. Luego llegarían otros con Telefónica, primero para alguna de sus filiales latinoamericanas. Ahora, siete años después de aquella pica en España, Huawei tiene una alianza mundial con Telefónica por la que suministra a todo el grupo, además de otra con Vodafone.