El capital social de las personas, sus “relaciones en la red”, al igual que sus conocimientos o competencias, será un activo valioso que las empresas apreciarán y querrán “gestionar”.
Por Virginio Gallardo Yebra, socio fundador de Humannova de Barcelona, España.
SOBRE EL AUTOR
Virginio Gallardo Yebra. Socio fundador de Humannova, consultora dedicada a la Innovación empresarial a partir de las personas. Estudió Psicología Social en la Universidad Autónoma de Barcelona, posee un Master en Estadística Multivariable de la Universidad y un MBA.
Ha trabajado en Accenture (antes Andersen Consulting) en el área de Change Management, en HayGroup y en el grupo Agbar donde fue Director de Recursos Humanos.
El capital social de las empresas, que es el conjunto de relaciones que tienen sus empleados, es cada vez más valioso en organizaciones abiertas. La capacidad de conexión de una empresa con su entorno dependerá cada vez más de la marca, reputación, pero también de la capacidad de conexión de cada uno de sus trabajadores .Los profesionales más prudentes deberían detectar estas tendencias y comenzar a gestionar sus relaciones y huella digital de forma urgente, pues es un proceso largo y laborioso que no podrán llevar a cabo de forma rápida. Y estos es algo más gestionar la marca personal, es una forma de entender el aprendizaje en red y una nueva forma de entender el trabajo y la empresa.
Los socialnetworkers: los trabajadores del futuro de las empresas abiertas
La búsqueda de la innovación y la flexibilidad hará que se trabaje en comunidades internas, pero ganarán peso progresivamente las comunidades externas como mecanismo de innovación en las empresas abiertas, tal como indica Cheesbourg, el padre del concepto de empresa abierta.
Los profesionales entienden cada vez más que la necesidad de estar más presentes en las redes sociales es un requerimiento básico para ganar profesionalidad, algo de lo que se benefician las empresas, pues les proporciona colaboradores más innovadores y permeables al cambio. Ello provoca que las marcas personales ganen importancia.
Las empresas necesitarán cada vez más profesionales hiperconectados para obtener información, ideas, formación, recursos… en definitiva, para obtener innovación. Pero también para obtener ventas, mejores compras, los mejores proveedores o los mejores empleados.
De forma progresiva, cada vez para un mayor número de profesiones les será crítica su relación en la red y cada vez más las empresas potenciarán que se mantengan estas relaciones e intentarán “regular” el capital social de sus empleados en la medida que impacten en la marca, reputación, ingresos o costos de la empresa.
La marca personal será un activo que posean los profesionales, un activo que al igual que los conocimientos, a menudo pondrán al servicio de sus empresas. Las empresas darán relevancia a este activo que se denomina “capital social” y al conjunto de los “capitales sociales” de sus empleados.
El capital social exige gestionar relaciones
En la medida que las empresas requieran de más socialnetworkers, las relaciones y las marcas personales de los empleados serán cada vez más importantes en el mercado y deberán ser gestionadas y sistematizadas para ser utilizadas por las propias empresas.
Uno de los criterios básicos de la selección de los empleados será su capital social. Se tendrá mucho cuidado de que la huella digital de los empleados sea coherente con los valores y principios de las empresas y será muy importante el capital relacional de los empleados, su acceso a la información, a proveedores o a clientes.
El capital social y la marca profesional será parte de nuestro curriculum y por ello deberá ser seleccionada cuidadosamente, pues modificar una marca personal es complejo y difícil. Las marcas personales serán pues uno de los elementos principales de nuestra identidad profesional.
Por ello, cada vez más esta área hasta ahora desconocida en nuestras empresas adquiere mayor importancia. Por ello comienza a aparecer un fenómeno donde a algunos empleados “clave” -pues su capital social se considera especialmente importante para la empresa- se les da la oportunidad y asesoramiento para gestionar adecuadamente su marca. Es el inicio del fenómeno de la gestión de la marca personal por parte de las empresas que ya podemos empezar a intuir cómo será.
Algunos ejemplos de socialnetworkers
Entre los empleados “clave” donde con más frecuencia ya podemos comenzar a apreciar este fenómeno están los directores generales y directivos de recursos humanos, como uno de los máximos creadores de Employer Branding (básico para las generaciones Y y Z) y los comerciales y personal de marketing como herramienta básica para la venta, o a altos directivos como herramientas de reputación corporativa y relaciones públicas.
Así, en el caso de directores generales y directores de recursos humanos estos son los grandes creadores de la “marca del empleador”; pero a niveles más bajos podemos encontrarnos ejemplos de empresas, especialmente tecnológicas, que dan soporte a sus profesionales de RR.HH. para ser nethunters o utilizar la red como sistema de reclutamiento y selección o para detectar oportunidades de colaboración, o para generar una imagen adecuada…
En el caso de profesionales influenciadores como comerciales, marketing o gestores de producto se les comienza a dar formación como socialnetworkers, donde lo importante es desarrollar un marketing de contenidos muy disfrazado de marca personal y donde se considera que la creación de redes comerciales virtual-presenciales es necesaria para vender más…
Pero en general el fenómeno de crear socialnetworkers en la actualidad es muy reducido y las primeras aproximaciones son dar las primeras nociones, crear los primeros manuales de identidad digital, de forma muy superficial, cursos de sensibilización… Deberemos esperar algunos años, no demasiados, para que estas tendencias se expandan y formen parte de nuestro día a día. Y entonces cualquier profesional utilizará la red para aprender en red, para informarse, para crear, pensar e innovar y nuestra huella digital será uno de los pilares de nuestro activo profesional.
Pero como profesionales es poco prudente esperar a que la empresa tome decisiones sobre ello. Nuestro capital social y nuestra marca digital profesional, de la que cada vez más dependerá nuestra empleabilidad, tarda años en hacerse y las empresas son lentas en decidirse, pero muy rápidas en pedir resultados. Por eso el momento de comenzar es ahora, para que cuando las empresas comiencen a evaluar su capital social, tu capital social y tu marca personal sean relevantes.