Un nutrido grupo de gurús, analistas y empresarios predicen constantemente su pronta desaparición.
Por Juan Camilo Cano, Content Manager & Mind Controller en MarketiNet.
El invento de un par de estudiantes de Harvard, que decidieron crear una página para los universitarios de la zona, se ha convertido en apenas una década en la red social más grande del mundo. Facebook ha superado los 1,100 millones de usuarios en todo el globo, y lo increíble es que a pesar de estas impresionantes cifras, un nutrido grupo de gurús, analistas y empresarios predicen constantemente su pronta desaparición.
No son los únicos: desde la percepción de que Facebook cada vez se usa menos tras la aparición de múltiples redes sociales, hasta los escándalos por la entrega de información confidencial a agencias de seguridad estatales, son muchas las noticias negativas que tiene que afrontar la empresa de Zuckerberg recientemente. Y es pan de cada día la comparación con el triste destino de quien fuera otrora el líder en estos ámbitos, el moribundo MySpace.
Sin embargo, esta constante analogía entre las dos redes sociales, muy socorrida por los medios tradicionales y los analistas del tres al cuarto es, como poco, ingenua y simplista por varias razones:
• El público principal de MySpace estaba compuesto por adolescentes y jóvenes adultos. Al crecer, estos usuarios se pasaron a redes sociales más adultas como el propio Facebook. MySpace nunca consiguió enganchar a la siguiente generación de internautas.
• El modelo de negocio de MySpace nunca estuvo claro. La millonaria compra de la plataforma por el millonario Rupert Murdoch no hizo más que evidenciar los pies de barro de la red social.
• En sus mejores momentos, MySpace llegó a tener unos cien millones de usuarios, once veces menos que Facebook en el presente.
• La libertad de personalización de las páginas en MySpace lo convirtieron en la representación de lo zafio y horripilante en internet. Un perfil típico de MySpace tenía poco o nada que envidiarle a una página de Geocities.
• MySpace se tradujo apenas a 14 idiomas, mientras que Facebook llega ya a 70 lenguas diferentes. Aunque el inglés sigue siendo el idioma más utilizado, dos de cada tres usuarios de Facebook se comunican en otro lenguaje.
Si bien Facebook tendrá que desaparecer algún día como las lágrimas en la lluvia, todavía nos queda mucho por ver en la evolución de esta red social. Varios son los retos a los que se enfrenta en el futuro más próximo, y de la forma como consiga sortearlos dependerá lo acertadas que estén las profecías sobre su muerte.
El primer reto es económico: Facebook debe conseguir una estabilidad financiera tras las pérdidas en su salida a bolsa en 2012. Este año ha llegado a tener unos importantes beneficios gracias al incremento del uso de smartphones en todo el mundo, y está enfocando sus esfuerzos en fortalecer lo que le ha dado más resultado hasta ahora: los anuncios. Se sabe que están desarrollando una estrategia de publicidad en video con clips de 15 segundos, al estilo de los que se ven en YouTube. Esto bien puede ser una mina de oro… o una bomba de tiempo.
El segundo reto es social: mientras en muchos países del mundo el crecimiento de Facebook continúa, en otros se ha estancado o incluso está decreciendo con la desaparición de perfiles. A esto se le suma la reticencia de nuevas generaciones a entrar en una red social que ven aburrida y poco llamativa. La compra de Instagram, que a primera vista parece poco rentable, ha sido un gran éxito para atraer a los más jóvenes y dinamizar la red con imágenes y videos.
El tercer reto es moral: las decisiones de Facebook de entregar información privada a las autoridades de varios países, incluyendo los servicios secretos de los Estados Unidos, han dejado muy mal sabor de boca entre los usuarios. Los constantes cambios en las políticas de privacidad y los términos de uso son un constante dolor de cabeza para el equipo de Zuckerberg, quien ha tenido que echar para atrás algunas decisiones como las relacionadas con la propiedad de las fotos en Instagram. Ahora han comenzado también ataques contra fotos de desnudos, llegando incluso a eliminar perfiles relacionados con la lactancia materna. Son todas decisiones llenas de polémica que no se adaptan a la realidad de una red libre y abierta, donde la moral es neutra y depende de cada usuario.
Sea cual sea el futuro de Facebook, su penetración en los hábitos de vida actuales, y su presencia cada vez más constante en tabletas y teléfonos hacen pensar que cualquier certificado de defunción que se le piense dar a la red social es bastante prematuro. Las tendencias de cientos de millones de usuarios de todo el mundo no van a cambiar en unos pocos años, por más que lo digan unos gurús de internet con menos puntería que los malos de las películas.