Pregonando sus éxitos en los 30 años desde el advenimiento de la computadora Macintosh, la semana pasada Apple instó a los clientes a «imaginarse lo que podemos lograr en los próximos 30 años», señala Tim Bradshaw en el Financial Times.
Wall Street parece estar más preocupado por lo que hará en los próximos meses. Las acciones de Apple cayeron más de un 8 por ciento posterior al cierre el lunes después de que la empresa, con resultados variados, advirtió que los ingresos podrían permanecer iguales o incluso podrían caer en el trimestre actual que termina en marzo.
Apple no ha tenido una caída en ingresos trimestrales desde 2003, cuando el iPod tenía sólo dos años de edad. Desde entonces, la compañía estadounidense se ha transformado en dos ocasiones – con el iPhone y el iPad.
Sin embargo, debido a que el crecimiento de los ingresos totales se ha desacelerado de un 73% hace dos años al 6% en el primer trimestre fiscal de 2014, se está estableciendo un sentido de urgencia.
Tim Cook ha prometido que este año la empresa lanzará una nueva categoría de productos. Cuando los analistas preguntaron si ese todavía era el plan, el presidente ejecutivo de Apple respondió: «Por supuesto.»
Tratar de predecir qué producto lanzará es un juego que muchos juegan pero que pocos ganan.
«Apple necesita algo grande para poder crecer más de un 10 por ciento», sostuvo Adnaan Ahmad, analista de Berenberg en una nota reciente. «Necesita encontrar $20 mil millones en ingresos en alguna parte.»
¿Dónde deberían estar buscando los inversionistas?
Un iPhone más grande
El cambio más probable, pero menos radical que Apple podría realizar sería alterar el tamaño de la pantalla del iPhone. Los rumores constantes que surgen de filtraciones en la cadena de suministro asiática de Apple sugieren que está probando estirar la pantalla de 4 pulgadas a 4.7 pulgadas – similar a la de Motorola Moto X, pero más pequeña que la de Galaxy S4 de Samsung.
Incluso en los mercados occidentales, los datos de Kantar Worldpanel ComTech sugieren que las pantallas pequeñas están empujando los consumidores de iPhone hacia los brazos de sus rivales.
En la segunda mitad de 2013, el 26 por ciento de los consumidores estadounidenses que actualizaron a un teléfono con una pantalla de 4.5 pulgadas o más cambiaron de Apple a Android. Aproximadamente el 23 por ciento de los clientes que actualizaron sus teléfonos inteligentes escogieron uno con al menos una pantalla de 5 pulgadas, dice Carolina Milanesi, analista de Kantar Worldpanel ComTech.
Un dispositivo de vestir
Si el iPhone se hace más grande, un complemento natural podría ser un dispositivo similar a un reloj que notifique al usuario de los mensajes y llamadas mientras el teléfono inteligente está en un bolso o bolsillo.
Las ventas de los relojes inteligentes similares de Sony, Samsung y Pebble todavía son escasas ya que las empresas luchan con los desafíos en el diseño y la duración de la batería, lo cual se parece a la industria de los teléfonos inteligentes previos al iPhone. Sin embargo, un estudio reciente realizado por Accenture encontró que más de la mitad de los consumidores están interesados en los dispositivos de vestir.
No obstante, los analistas están divididos sobre cuántos iWatches Apple podría vender y por cuánto. Si tienen el precio de un iPod, alrededor de $200 para el modelo con todas las funciones, un dispositivo de este tipo tendría que vender más de 50 millones de unidades en un trimestre para que coincida con la contribución de ingresos de otros dispositivos como el iPad.
La renovación de Apple TV
Mientras que todos los demás productos de Apple tuvieron una revisión de software el año pasado, Apple TV ha conservado su aspecto pre-iOS 7. Eso puede augurar una actualización más significativa al dispositivo de $99, dice Ben Bajarin, analista de Creative Strategies: «Cuando hay retrasos de este tipo, algo grande está por venir.»
Las esperanzas de un cambio radical al negocio de Apple TV se han visto frustradas por las dificultades de las licencias de contenido. Sin embargo, hay otras novedades que Apple podría conjurar para este dispositivo.
El «hogar inteligente» es otra posibilidad para la evolución de Apple TV – que podría estar potencialmente subrayado por la adquisición de $3.2 mil millones de Google de Nest Labs, el creador del «termostato inteligente».
Las tiendas de Apple ya dedican espacio en los estantes para «el Internet de los objetos» aparatos que incluyen las bombillas Hue de Philips, que pueden ser controladas por una aplicación para el iPhone. Pero cada aparato requiere su propia aplicación y opera en diferentes niveles, presentando una oportunidad para convertir el iPhone en un control remoto unificado.
En noviembre, Apple obtuvo una patente para controlar una variedad de dispositivos de «hogar inteligente» con lo que describió como un «servidor de retransmisión». Éste utilizaría los datos enviados desde un teléfono inteligente – tales como la ubicación – para encender luces o abrir puertas de garaje.
Comercio electrónico
Los directores de Apple pueden estar en desacuerdo con el accionista Carl Icahn sobre el manejo de los $142 mil millones netos en la caja de la compañía, pero parece que todos están de acuerdo con las oportunidades que existen en el mundo del comercio electrónico.
Desde junio, Apple ha estado promoviendo un sistema llamado iBeacons – utilizado por sus propias tiendas – que detecta cuando un iPhone está cerca y puede entonces desencadenar ofertas especiales desde sus aplicaciones. Combinado con el lector de huellas digitales Touch ID del iPhone 5s, iBeacons podría utilizarse para crear un nuevo tipo de sistema de pago.
Insinuando un inusualmente fuerte indicio sobre los planes de Apple, el Sr. Cook dijo a los analistas el lunes que «han estado intrigados con el área de los pagos móviles en general».
El Sr. Cook se negó a proporcionar detalles, pero insistió en que a Apple no le faltan oportunidades para la innovación.
«No tenemos problema alguno para encontrar las cosas que queremos hacer», sostuvo. «El reto es siempre enfocarnos en los pocos proyectos que merecen toda nuestra energía.»
(Fuente: El Cronista y Financial Times)