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Ver cómo se construyen las esclusas de los canales con los que hemos cortado un par de yugulares continentales puede proporcionar un excelente episodio en un programa sobre construcción de grandes estructuras.

Y el tira y afloja entre un grupo empresarial y un estado a causa de la ampliación de uno de esos canales puede dar semanas de titulares periodísticos. Pero desde el punto de vista tecnológico, el transporte marítimo tiene un inconfundible aroma decimonónico.

A menos, claro, que una compañía como Rolls-Royce, que se mueve con comodidad entre los coches opulentos y los motores de avión, meta cartas cartas en el asunto y decida que quizá sería interesante desplegar una flota de ‘buques-dron’. El concepto lanzado por la compañía sería bueno para la imagen de la industria marítima y también para los propios drones, asociados sobre todo sistemas bélicos.

La propuesta de Rolls-Royce permitiría manejar los buques de forma individual o conjunta. Un solo capitán podría dirigir decenas de buques de carga al mismo tiempo. Aunque lo haría sin necesidad de acercarse al mar, desde una sala de control. Más como un controlador aéreo que como un capitán. Y, si acaban incorporando armas antipiratería (lo que no sería descabellado), más como protagonista de Hundir la flota que como controlador aéreo.

Una industria que se mueve hacia la automatización

El hecho de que Rolls-Royce se meta en estas harinas no es, desde luego, gratuito. Aunque sea una actividad desconocida para el común de los mortales, la compañía logra un 16% de su facturación gracias al negocio marítimo. Es de esperar que sepan lo que se hacen cuando presentan un proyecto semejante. Y además no son los únicos: la Unión Europea ha puesto sobre la mesa 3,6 millones de euros para el proyecto Maritime Unmanned Navigation, que pondrá el primer prototipo en las aguas el año que viene.

La idea de Rolls-Royce, además, va más allá del simple concepto. El equipo Blue Ocean de la compañía ha desarrollado ya un prototipo de realidad virtual, instalado en sus oficinas noruegas de Alesund, mostrando una visión de 360º desde el puente de mando.

Oskar Levander, vicepresidente de innovación en ingeniería marina y tecnología de la compañía citado por Bloomberg, considera que “ahora la tecnología está en un nivel en que podemos hacer que esto suceda, y la sociedad se está moviendo en esa dirección. Si queremos que la marina haga esto, es el momento de avanzar”.

El directivo espera que en menos de una década sea posible implantar un sistema semejante al menos en regiones como la del mar Báltico. Pese a este optimismo, Levander que las normas reguladoras y el escepticismo acerca de los costes y la seguridad podrán ralentizar la adopción global.

(Fuente TICbeat)

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