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Facebook parece haber iniciado conversaciones destinadas a la adquisición de Titan Aerospace.
Por Enrique Dans

Un fabricante de drones o “satélites atmosféricos” pensados para volar en capas de alrededor de veinte kilómetros de altura alimentados por energía solar, y diseñados para poder mantenerse en el aire durante períodos de cinco años, más de cuatro millones de kilómetros, sin necesidad de mantenimiento.

Vale la pena pasar por la página de la compañía para ver exactamente de qué estamos hablando: artefactos muy grandes, con alas de unos cincuenta metros cubiertas de paneles solares, pero muy ligeros, de unos 160 kilos. Pueden llevar encima una carga de hasta treinta y dos kilos en equipo, y volar a una velocidad de hasta 104 Km/h. El despliegue comercial está planificado para el próximo año 2015, y se prevén utilidades que van desde la monitorización científica, agrícola, meteorológica o de otros tipo, hasta cuestiones como las telecomunicaciones de voz y datos, pasando por la cobertura de zonas tras desastres naturales o el establecimiento de sistemas de mapas o de geoposicionamiento. Ars Technica les dedicó un artículo en agosto del año pasado.

Parece claro que la posible adquisición de Facebook, cifrada en torno a los sesenta millones de dólares, tendría como objetivo en primera instancia dar cobertura al proyecto Internet.org destinado a poner internet al alcance de los dos tercios de personas del mundo que aún no están conectados. Sin embargo, a pocos se les escapan los paralelismos con el Project Loon de Google, tanto en la similaridad del planteamiento inicial, como en las posibilidades ulteriores de desarrollo: la idea de sustituir a las operadoras tradicionales en aquellas partes del mundo donde estas no han mostrado interés alguno en desplegarse, por considerarlas de escasa rentabilidad. El despliegue de constelaciones de este tipo, de globos o de drones, permitiría llevar un cierto ancho de banda a esas zonas, suficiente para permitir la transmisión de mensajes de texto, aunque todavía muy limitado para el envío de imágenes o vídeo. Sin embargo, sería un paso importantísimo de cara a la obtención de posicionamiento y expertise en el negocio de las telecomunicaciones, en el que Google ya está presente merced a la adquisición progresiva de una gran cartera de fibra oscura y al desarrollo del proyecto Google Fiber, que ofrece conexiones de alta velocidad en un todavía escaso pero creciente numero de zonas en ciudades norteamericanas.

Entre ofrecer alta velocidad en barrios de ingresos elevados de ciudades norteamericanas y hacerlo en algunos de los países más pobres del mundo va una enorme distancia. Pero indudablemente, la filosofía del proyecto es conectar a esos países precisamente para que sean capaces de integrarse en la economía digital y del conocimiento, y mirar a largo plazo de cara a su eventual desarrollo. Una parte altruista, pero otra muy importante de proyección de futuro, y otra, muy posiblemente, de adquisición de know-how. Las operadoras de toda la vida deberían replantearse su papel: de pretender convertirse en los aduaneros de la sociedad de la información, a terminar encontrándose con que sus preciadas infraestructuras son cada vez más sustituibles por otras… que podrían incluso venir desde el aire. No, seguramente no es algo que vaya a ocurrir mañana… pero mucho ojo con el tema.

INTERNET-CIELO