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La cantidad de peruanos que desea seguir una maestría, y dentro de este campo, un MBA, está en constante crecimiento, tanto en Lima como en el interior del país, y las escuelas de negocio están aprovechando esta demanda para profundizar y ampliar sus servicios.
Por Pedro Nava, analista de INCompany

Según datos del Estudio Nacional del Consumidor de Arellano Marketing, el número de alumnos podría multiplicarse por tres. En efecto, a junio del 2013, solo el 0,6% de los peruanos que viven en Lima o alguna de las doce principales ciudades del país estaba cursando una maestría. Sin embargo, el 2% quería empezar a estudiar alguna en los siguientes doce meses.

Las maestrías empresariales son las preferidas. Sin duda, es un mercado potencial bastante atractivo para las escuelas de negocios que ya desde hace varios años viven un auge permanente.
A la par con el mayor número de ejecutivos buscando ampliar sus conocimientos, también la oferta se ha diversificado, tanto por el crecimiento de las escuelas más antiguas como por el ingreso de nuevas universidades al mercado de MBA.

Para responder a la demanda y exigencias de este mercado, las escuelas de negocios buscan diferenciarse con acreditaciones internacionales de prestigio y diversificando su oferta con MBA especializados en marketing y dirección comercial, logística, recursos humanos, agronegocios o tributación y en diferentes formatos con programas de tiempo completo, programas de tiempo parcial con diferentes opciones, programas ejecutivos y programas online.

A pesar del auge que viven desde hace varios años las escuelas de negocios en el Perú y del futuro promisorio que aún tienen, estos centros de estudio de alta especialización deben superar algunos cuestionamientos que se les hace en todo el mundo. NI las líderes mundiales están exentas de ellos.
Tres de los principales cuestionamientos que se hacen a los ofertantes de educación para ejecutivos son: ¿Es rentable para un alumno invertir en un MBA? ¿Es la educación que otorgan lo que requiere el mundo empresarial? ¿Qué lugar ocupan en los rankings globales?
Empecemos por esta última pregunta.

Los disputados rankings
Las escuelas de negocios peruanas nunca han sido incluidas en un TOP 25 o incluso en un Top 100 realizado por Financial Times, The Economist, Forbes o el de QS Top MBA. Esos puestos parecen reservados para las business schools de Estados Unidos y en menor medida para las de Inglaterra, Europa en general, y en los últimos años, de Asia.
Hay que buscar en las secciones de MBA por región de algunos de estos rankings globales para encontrar alguna escuela peruana compitiendo con sus pares de México, Brasil, Argentina, Chile, Costa Rica y ahora Colombia.
Pero también es cierto que los rankings son sólo una referencia cuando se trata de medir la calidad educativa.
Guillermo Quiroga, director de Postgrado de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, no tiene dudas de que las cuatro o cinco principales escuelas peruanas son altamente competitivas a nivel internacional. “El nivel de exigencia incluso es mayor y cuentan con un claustro de alta formación académica y visión global”, apunta.
Para Quiroga, las nuevas tecnologías y la comunicación han reducido, tremendamente, las brechas de asimetría de información, haciendo que los conocimientos se vuelva muy accesibles.
“Por lo tanto, la calidad académica, la relevancia y pertinencia de los contenidos y los procesos formativos de las principales escuelas del país no tienen nada que envidiar a las de otros países y, en cierto sentido, tienen la ventaja de encarar los temas con un doble enfoque el global, como es lógico, pero además con los insights propios de conocer los mercados locales y su cultura”, resalta.

César Antúnez de Mayolo, profesor de la escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico, dice que el hecho de que no se figure en rankings internacionales debe ser observado sin alarmismo y tomando en cuenta qué es lo que se compara al momento de elaborarlos. “Los rankings incorporan más que nada criterios como la cantidad de profesores con doctorado a full time, las publicaciones de éstos en journals de excelencia y el nivel de mejora de los sueldos de los egresados de un MBA”, señala. ¿Cómo estamos en esos aspectos? Antúnez de Mayolo mismo responde: con respecto a la disponibilidad de profesores con doctorado, se trata de un proceso largo, pero ya hay algunas escuelas que están en franco camino para obtenerlos. En el caso de las publicaciones, en la medida de que no se disponga de gran cantidad de profesores con doctorado y a dedicación exclusiva, será difícil mejorar. Un profesor part-time, que se dedica principalmente a otras actividades profesionales y enseña por horas, difícilmente podrá dedicar tiempo a investigar y publicar. Y, al ser la mayor parte de los egresados de MBA de programas part-time en el Perú, no necesariamente mejoran sus ingresos al terminar sus estudios, a diferencia de los egresados de programas full-time, para los cuales necesariamente implica una reinserción laboral por haber estado ausente del mercado laboral por el tiempo dedicado a los estudios. “En la medida que se enfoquen más en programas full time, algunas escuelas podrían mejorar en los ránkings, si es que logran influir notoriamente en la empleabilidad de sus egresados”, señala.

Rubén Guevara, profesor principal de Centrum Graduate Business School de la Pontificia Universidad Católica del Perú, amplía la respuesta y destaca que existen otras tres consideraciones que hay que tener en cuenta para figurar en los rankings internacionales: “Relacionamiento dinámico y mutuamente beneficioso con las empresas y con el sector privado en general, en un proceso de mutuo “win-win” para las partes involucradas. Parte de este relacionamiento incluye el involucramiento de los líderes empresariales en el aula, la organización de foros nacionales en tema estratégicos y el avance de aspectos estratégicos sectoriales con involucramiento del gobierno, según la necesidad”, señala como cuarta tarea.

La quinta sería tener un comportamiento ético, socialmente y ambientalmente responsable, con pruebas objetivas de mejora continua de la calidad y de la prestancia de los programas ofrecidos, con involucramiento de los alumnos en programas de apoyo a la comunidad vinculada y las micro empresas, buscando potenciarlas y orientándolas a que su crecimiento se dé dentro en el marco de la ciudadanía global responsable. Finalmente, recomienda la internacionalización y trabajo en redes, buscado avanzar una agenda empresarial responsable en el marco del desarrollo sostenible.

Desde una perspectiva externa, Bruno Garro, director de IE Business School para Perú, Bolivia y Paraguay, señala que en el Perú existen muy buenas escuelas de negocios , “pero creo que hay algunas cosas por mejorar como la necesidad de tener claustro más internacional , y buscar mayor diversidad en sus alumnos”, recomienda.

La opción externa
Debido a la mejora de la calidad de los estudios en el país, tanto Quiroga, como Guevara y Antúnez de Mayolo consideran que ha disminuido la cantidad de peruanos que busca seguir un MBA en el exterior.
“La mayoría de los aspirantes a un MBA ya no piensa en el extranjero sobre todo si su intención es competir en el Perú y en América Latina. El valor agregado de estudiar fuera es cada vez menor, salvo que logre ser admitido por alguna de las 25 mejores escuelas de negocios del mundo”, indica Guevara.
“En todo caso, esa decisión no depende de la calidad intrínseca de las escuelas locales sino de lo que busca cada participante como desarrollo de carrera profesional. Una persona que realiza estudios de este nivel en las escuelas líderes del país no tiene nada que extrañar ni envidiar en contenidos, metodologías y rigurosidad a las universidades extranjeras, salvo la experiencia de vivir fuera”, puntualiza Quiroga.

¿Son buenos los MBA?
Pero estén o no rankeados, los MBA en el mundo han sido cuestionados en los países desarrollados por el tipo de ejecutivo que egresa de sus aulas. Las críticas al modelo MBA llovieron principalmente después de la crisis financiera del 2008. ¿Cómo la que se supone es la elite intelectual del mundo empresarial nos llevó a una de sus peores crisis financieras? ¿Qué clase de elite es la que se forma en las escuelas de negocios? Son las preguntas que comenzaron a hacerse después que quedara claro que la crisis pudo evitarse de no haber sido por la ambición desmedida de los egresados de las mejores escuelas del mundo. En la contestaría revista New Republican, Bradford Plumer publicó un artículo en el que más allá del provocador título “First, kill all the MBAs” resumía lo que se considera son las debilidades de la formación en negocios: la creación de generaciones de estudiantes con una “fe ingenua en el libre mercado, a quienes se les ha enseñado a sólo enfocarse en las ganancias de corto plazo para justificar extraordinarias compensaciones salariales”.
Las escuelas de negocios han reaccionado a estas críticas. Adam Palin, dio cuenta en el Financial Times, de que las escuelas de negocios ha incluido entre sus materias la enseñanza de la ética en los negocios y la de tener mayor Responsabilidad Social.

Esta preocupación también ha llegado al Perú y las escuelas se esfuerzan por dotar a los directivos de capacidad para saber qué hacer y cómo hacerlo, pero fundamentalmente para hacer el bien. Quiroga de la UPC, dice que se trata de formar líderes empresariales conscientes del impacto de sus decisiones en las personas y la sociedad, y consecuentes con los principios y valores de una persona íntegra. “Las escuelas líderes del país deben trabajar más en el desarrollo de habilidades directivas y los valores éticos”, reconoce.

En similar sentido, Patricia Lam, profesora del Área de Dirección Comercial del Programa de Alta Dirección de la Universidad de Piura, sostiene que las escuelas de negocios peruanas son comparables con las de otros países, sin embargo, más allá de la comparación, su rol debe estar en buscar mejorar el nivel educativo del país. “Los desafíos que plantea el Perú apuntan a desarrollar directivos más competentes, que cuestionen los modelos pre establecidos, donde la innovación, y el management con sentido global tengan un lugar prioritario en la formación y, fundamentalmente, desarrollar verdaderos líderes que se conecten con su entorno”, afirma.

¿Son rentables?
Según el Global MBA Ranking del Financial Times, durante los 90, los egresados de un MBA en Estados Unidos veían triplicar su salario una vez egresados de una escuela de negocios. Sin embargo, en 2012, para quienes egresaron el 2009, el aumento promedio fue de la mitad, lo que refleja que ha disminuido la rentabilidad de la inversión de estudiar en una escuela de negocios., aunque sigue siéndolo,
En el Perú, los costos de un MBA de prestigio fluctúan entre los US$ 20.000 y US$ 50.000. Rubén Guevara, de Centrum, destaca que a diferencia de lo que ha sucedido en otros mercados, en el Perú los precios de los MBA no han aumentado debido principalmente a la competencia que existe entre las escuelas nacionales y las extranjeras que se han instalado en nuestro país, sobre todo las de Chile, México y Costa Rica.
Guevara estima que el costo de un MBA se recupera entre 3 y 5 años.
Lam, del PAD de la Universidad de Piura, indica que el retorno de la inversión depende de una pluralidad de factores, pero que según el parecer de casi todos los alumnos egresados, se trata de una inversión rentable y a veces altamente rentable y en un plazo muy corto, dependiendo de la posición gerencial del alumno.

Pero así como en el exterior los retornos están disminuyendo (en parte debido a las restricciones a los salarios y compensaciones a los ejecutivos) en el Perú pasará lo mismo en la medida en que el número de profesionales con un MBA se incremente y dejen de escasear.
“Pero debemos tener en cuenta que el retorno de la inversión no se puede ver únicamente en términos de los ingresos incrementales que se produzcan, sino en el crecimiento personal, en el networking, etc.”.
En el mismo sentido, Quiroga, de la UPC, destaca las ganancias que recibe el egresado en el campo del desarrollo del capital humano. “De un lado, perfecciona sus conocimientos con metodologías, conceptos y modelos novedosos para una mejor toma de decisiones y, además, enriquece su experiencia por la interacción con el grupo de compañeros de estudio. De otro lado, genera una nueva red de contactos y relaciones, mejora la calidad de su trabajo en equipo y aprende a valorar la diversidad y, por último, se convierte en parte de una comunidad como ex alumno de su nueva alma mater. Crece su capital social”, destaca.
Finalmente, y no por ello menos importante, claramente fortalece su capital emocional al enfrentar con éxito un esfuerzo sostenido y de largo aliento, profundiza en su autoconocimiento al darse cuenta lo que es capaz de lograr con trabajo y estudio esforzado.

El futuro online
Mención aparte merecen los programas que combinan lo presencial con lo online. Bruno Garro, director del IE Business School para Perú, Bolivia y Paraguay, señala que la entidad que representa apuesta mucho por los formatos blended. “No creemos que los formatos blended generen una disminución en programas full time. Se trata de atender otro nicho de mercado de personas que por circunstancias personales o profesionales no pueden irse trece meses a Madrid a hacer un formato full time”, sentencia.

Y en esto tienen mucho que opinar ya que el International Executive MBA de IE Business School ha sido calificado como el mejor del mundo en el informe sobre formación online que publica la revista británica The Economist. Los responsables del informe destacan el perfil de los alumnos del International Executive MBA de IE Business School: altos directivos que el año pasado procedían de 33 países, que cuentan con más de 13 años de experiencia profesional y que, “pese a trabajar desde lugares tan lejanos como Nigeria y Turkmenistan, se sienten increíblemente conectados a la escuela de negocios”, señalan. The Economist destaca su alto nivel de motivación y disciplina, un dato que se traduce en más del 90% de alumnos del International Executive MBA finalmente graduados.

Los latinoamericanos, las escuelas españolas y el regreso.
Las escuelas de negocios de España están atrayendo cada vez más a los estudiantes de América Latina, a menudo con experiencia profesional internacional, que planean regresar a América Latina después de graduarse. Los latinoamericanos ven en las aulas españolas más diversidad que en las de Estados Unidos y una cultura empresarial más cercana a ellos, destacaba Christopher Schuetze en un informe del New York Times en diciembre pasado.
Las escuelas de negocios españolas, varias de ellas excelentemente ubicadas en los rankings mundiales, están respondiendo a la demanda mediante la construcción de lazos cada vez más estrechos con América Latina.
Por ejemplo, en Esade, cerca del 19 por ciento de la clase que se graduó en el 2013 era oriunda de la región, y acaba de iniciar un programa de estudio denominado Doing Business en América Latina. IESE, otra de las escuelas muy bien calificadas, con sede en Barcelona, tiene un 15 por ciento de los estudiantes que provienen de América Latina.
En el IE Business School – la más prestigiosa escuela de negocios española, con sede en Madrid – los latinoamericanos representan cerca del 22 por ciento de la población estudiantil actual. Con la excepción de los alumnos provenientes de Venezuela y Argentina, muchos de los cuales esperan permanecer en Europa, la mayoría dicen que esperan valerse de sus títulos para progresar en sus carreras profesionales en sus países de origen. Los números se elevan hasta un 95% entre los estudiantes brasileños y al 97% entre los peruanos, según las encuestas de los estudiantes del IE.
Las principales razones para el renovado interés en las escuelas españolas incluyen los vínculos económicos ya existentes, una cultura empresarial común y, para muchos latinoamericanos, un lenguaje compartido.
“A medida que el número de latinoamericanos estudiantes de MBA en España se eleva, también lo hace el número de los que dicen que van a volver a América Latina después de la graduación”, dijo Javier Muñoz, quien dirige los servicios de carrera de MBA en el IESE. Con los negocios en gran parte de América Latina en auge, «hay muchas más oportunidades en América Latina», señaló.