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Las azules ya se volvieron parte del paisaje de la ciudad.

El sistema de bicicletas gratis se ha impuesto en Nueva York con más de 100.000 abonados anuales, pero en vísperas de su primer aniversario afronta una grave dificultad: encontrar inversionistas.

Las ‘bicis’ azules ya se volvieron parte del paisaje de la ciudad como los taxis amarillos y, a pesar de un invierno interminable que frenó hasta a los ciclistas más decididos, los neoyorquinos se han vueltos adictos y recurren a ellas apenas el sol se muestra.

Desde su lanzamiento a fines de mayo de 2013, las ‘Citi Bikes’ recorrieron 11,26 millones de kilómetros, con una media de 36.000 viajes diarios en verano (aunque menos de 8.000 en febrero).
La red abarca cerca de 6.000 bicicletas y 332 estaciones instaladas en el sur de Manhattan y algunos barrios de moda de Brooklyn sudeste.
Los malos augurios que predecían lo peor por el caótico tráfico de Nueva York deben rendirse ante la evidencia: ha habido pocos heridos y ningún muerto en esta convivencia peligrosa con las hordas de peatones, taxis, autos particulares y camiones de la ciudad que no duerme nunca.
Pero en momentos en que el sistema se apresta a festejar su primer aniversario, sus responsables admiten estar a la búsqueda de nuevos inversionistas y millones de dólares.

“Nuestra casa matriz, Alta Bicycle Share (ABS), busca inversiones para ampliar la red a 10.000 bicicletas.

Esto tendría un costo de 14 millones de dólares”, explicó a una portavoz de NYC Bike Share, Dani Simons.

SIN DINERO DE LA ALCALDÍA
En Nueva York, contrariamente a la mayoría de las otras ciudades donde se lanzó el sistema, el compromiso fue que no costaría ni un centavo a los contribuyentes.

Su principal auspiciante, Citigroup, pagó 41 millones de dólares por cinco años para poder exhibir su logo en las bicicletas y estaciones. Pero el objetivo previsto de 4.000 bicis más y una zona ampliada para la red ha chocado contra un problema: el mantenimiento del servicio costó más que lo previsto, con problemas tecnológicos que impidieron a veces el funcionamiento de las estaciones o los pagos con tarjetas bancarias.

El director general de Citi Bike, Justin Ginsburgh, renunció recientemente, mientras que en enero la empresa canadiense Bixi, responsable de la infraestructura, las bicis y la tecnología, se declaró en bancarrota.

Y aunque los abonados anuales (95 dólares) superaron las expectativas, los pases semanales (25 dólares) y diarios (9,95 dólares), que apuntaban especialmente a los turistas, han sido más decepcionantes. “No hemos tenido suficiente tiempo el primer año para ocuparnos de la publicidad. Vamos a hacer más este año”, explicó Dani Simons.

Mientras tanto, los proyectos de expansión corren el riesgo de quedar encajonados ya que no se ha establecido ninguna fecha para ellos, reconoció Simons.

Citi Bike ha analizado un aumento de tarifas, pero aún no tomó ninguna decisión al respecto.

Sus responsables afirmaron por otra parte no haber pedido ayuda financiera a la ciudad.

“Por ahora no se contempla que la ciudad ponga dinero”, ya dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

“Colaboramos con ellos para ayudarlos a encontrar el modo de ser más eficaces”, agregó.

La responsable adjunta del departamento de Transporte de la ciudad, Polly Trottenberg, indicó de su lado que esperan que el operador solucione los problemas y que la ciudad esté abierta a estudiar “todas” las alternativas.

Fuente: Portafolio.co y AFP

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