A menudo, cuando hablamos de la creatividad, algunos se empeñan en asegurar que no existen las malas ideas. Sin embargo, están equivocados.
Hay ideas malas, terribles capaces de hacer saltar los aires cualquier proyecto que tengamos entre manos si no somos rápidos “matándolas”.
Si se ha topado con mala idea, teme que ésta vaya a arruinar un proyecto o una reunión y quiere “matarla” de la manera más diplomática posible, le recomendamos que siga los pasos que enumera a continuación Design Taxi:
1. Exponga de manera inmediata los méritos potenciales de la idea
No sea el primero en criticar una mala idea, especialmente si esa idea hace su puesta de largo ante un grupo de gente. Intente contemplar la idea, por mala que ésta sea, desde un punto de vista positivo identificado su lado más productivo.
2. Redirija la idea hacia una dirección más productiva
Una vez enumerados los méritos potenciales de la mala idea, intente redirigirla hacia una dirección más productiva. Formule frases como la siguiente: “¿Y si en lugar de utilizar la idea de esta manera, lo hiciéramos de esta otra?”. De esta manera, la persona que ha engendrado la mala idea tendrá la sensación de que estamos haciendo una contribución valiosa y que hemos dado nueva forma a su idea sin aniquilarla por completo.
3. No permita que nadie dispare a bocajarro contra una mala idea sin ofrecer alternativas
Si enfrentado ante una mala idea, el grupo se limita a criticarla sin proponer alternativas, será más difícil dar con una buena idea que la reemplace. No se trata de destruir sino de reconstruir las malas ideas.
4. Ponga el foco en los objetivos
Si una idea no puede ser recuperada o reestructurada de ninguna manera, quizás no estemos ante una idea verdaderamente mala. El problema podría ser simplemente que ésta no se ajusta a los objetivos que tenemos en mente, no que no pueda ser valiosa en otro contexto.