Steve Jobs se ha convertido en una especie de semidios o gurú del mundo de la tecnología, el marketing, la innovación y el diseño.
El fundador de Apple, ya fallecido, ha conseguido convertirse en un auténtico mito, pero su imagen pública también consta de partes sombrías.
Steve Jobs era considerado un perfeccionista, un genio, pero también una persona con mucho temperamento e incluso un toque de maldad. Ahora, el presidente de Disney y Pixar, Ed Catmull ha hablado sobre su imagen del visionario, con el que trabajó en Pixar.
Durante el periodo en que trabajaron juntos, Catmull observó un gran cambió en Jobs, que aprendió a convertirse en un buen compañero, a escuchar y a ser empático. Gracias a su paso por Pixar, Jobs aprendió a dirigir a las personas con mayor empatía y efectividad, pero también ofreció a la compañía de animación su ayuda para crear películas amadas por el público y ganadoras de premios.
La ayuda de Steve Jobs en el proceso de creación de algunas de las películas de Pixar fue definitiva para conseguir un mejor resultado, ya que su perfeccionismo y visión objetiva del contenido ayudaron a mejorar y perfeccionar ciertos fallos, ofreciendo como resultado una gran película.