Esta semana se develó que una dependencia del ejército estadounidense utiliza diskettes de 8″ y teléfonos analógicos para comunicarse con el exterior.
Los drones, el kevlar, los misiles autodirigidos: desde siempre el ejército de los Estados Unidos ha sido un motor en el desarrollo de nuevas tecnologías que, pasado un tiempo, se derraman al consumo popular. Sin embargo, por diversas cuestiones no todos estos logros tecnológicos logran permear los complejos sistemas de seguridad de las fuerzas armadas del norte.
La semana pasada, un grupo de periodistas del programa 60 minutes visitó una base de la Fuerza Aérea y descubrió que la tecnología que utilizan para controlar el arsenal nuclear es algo.anticuada, a la luz de cómo nos manejamos en la actualidad. En el informe se devela que la información concerniente a los misiles de defensa y su manejo todavía se opera en diskettes de “8, esos grandotes, flexibles y con forma cuadrada.
Por otro lado, las comunicaciones entre las áreas más sensibles de la base, las concernientes al arsenal atómico, y el resto del mundo todavía se hace sobre línea de telefónicas analógicas, las de pulso.
Las razones detrás de este “atraso tecnológico”, según refirieron los entrevistados por el grupo de periodistas, es precisamente la seguridad nacional. Estas tecnologías no sólo demostraron ser altamente efectivas a lo largo de los años (las instalaciones datan de los años de la Guerra Fría, alrededor de los ’60 y los ’70), sino que, además, su obsolescencia afuera de esa base asegura que sean imposibles de hackear.
Por otro lado, las instalaciones de esta base en Wyoming son “a prueba de Internet”, garantizando que no haya ninguna posibilidad de ser hackeada o de recibir algún tipo de malware.