La implantación de las nuevas tecnologías, especialmente los móviles, ha posibilitado que los acosadores asedien a sus víctimas en cualquier lugar y momento.
La presencia de tantos menores de edad en las redes sociales preocupa a padres y tutores, que no saben cómo proteger a sus hijos de un peligro que está en la palma de su mano. Pero no solo abundan los adolescentes que reciben agresiones de este tipo, también son muchos quienes las practican. ¿Por qué lo hacen?
Conscientes de la ausencia de bibliografía sobre el tema, dos investigadores de la Universidad de Ohio, Rebecca Rafferty y Thomas Vander Ven, firman Deviant Behavior, un estudio cualitativo sobre las motivaciones que existen tras el ciberacoso.
Entretenimiento, castigo y luchas de poder
Después de que más de 200 estadounidenses rellenasen un complejo cuestionario sobre el tema con respuestas abiertas, Rafferty y Vander Ven llegaron a la conclusión de que tras el ciberacoso se esconden tres motivos principales. En primer lugar, el simple y puro entretenimiento (30% de los casos), la razón que mueve, por ejemplo, a los trolls. En segundo lugar, las luchas de poder; es decir, aquellas tensiones existentes entre dos personas que se conocen offline que llevan a una a agredir a la otra de forma virtual, en un 24% de los casos. Y, en tercero, el cibercastigo (13,6% de los casos) una forma de ciberacoso que se da, también, tras un problema en la vida “real” y que, curiosamente, víctima y verdugo suelen interpretar como legítimo.
Pura diversión
Respecto al ciberacoso por entretenimiento, los autores del estudio señalan que, para los trolls, en general, no existen motivaciones más allá de simplemente provocar o molestar a la víctima. Como sucede con los adolescentes que roban pequeños objetos en las tiendas, la meta no es el objeto en cuestión, sino la acción de robarlo. El anonimato suele estar ligado a este tipo de agresores, que encuentran en él su principal refugio y forma de poder sobre sus víctimas, que habitualmente son los propietarios de blogs o perfiles públicos.
Los peligros online de una pareja conflictiva
En cuanto a los casos de ciberacoso por una lucha de poder, Rafferty y Vander Ven indican que, en la inmensa mayoría de los casos, suelen estar ligadas a una relación de pareja problemática. En general, tiene que ver con relaciones en las que están presentes los malos tratos (ex novios que acosan a chicas después de que éstas los hayan dejado) o la infidelidad (chicas o chicos que acechan y recriminan a la actual relación de su ex pareja). Los autores del estudio indican que, en Estados Unidos, es habitual que las parejas adolescentes hagan pública su relación y exhiban sus progresos a través de Facebook, de forma que, en caso de que alguien quiera atacarlos, quedan más expuestos. 15 de los 25 casos de ciberacoso analizados en el estudio tenían que ver con ex parejas.
Por otra parte, el racismo también está bastante ligado a este tipo de ciberataques, en los que muchas veces un agresor acosa a un contacto online u offline por cuestiones étnicas.
La “legitimidad” del cibercastigo
El tercer motivo para el ciberacoso, el del cibercastigo, posee la particularidad de que este tipo de agresiones online suelen ser percibidas como legítimas tanto por atacantes como por atacados. Por desgracia, señalan los autores, el insulto es una forma habitual de restablecer el orden en Internet; por ejemplo, en un hilo de comentarios en el que alguien falta al respeto a los demás, es habitual que otros usuarios se lo recriminen a través de insultos.
De la misma forma, un tropezón, una equivocación o un fallo en la vida real puede traducirse en ataques online. Por ejemplo, alguien que ha jugado muy mal un partido de fútbol o que tiene problemas familiares puede verse envuelto en recriminaciones y humillaciones online por parte de sus familiares y conocidos, que tienen la finalidad, según los autores de la investigación, no solo de reprocharles, sino también de avergonzarles por su comportamiento.
No existen mecanismos de moderación
Los responsables del estudio señalan que no solo se trata de comprender la problemática del ciberacoso, sino también de resolverla, e indican que dos de las plataformas en las que más casos de cyberbullying se dan en Estados Unidos, Facebook y Tumblr, no cuentan con ningún tipo de mecanismo de moderación propio que sea capaz de detener estos ataques cuando se están produciendo. Ambas instan a sus usuarios, en su código de comportamiento, a que no incurran en estas acciones, pero, al mismo tiempo, les piden que las denuncien si son testigos de ellas, lo que da pistas sobre la impunidad de la que en realidad gozan.
(Fuente: TICbeat)