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ALQUILAR-ROPA

Alquilar ropa en vez de comprarla. Suena bastante raro, pero este el pilar sobre el que se asienta Mud Jeans, una start-up holandesa que pretende curar nuestro consumismo impenitente y de paso lograr que seamos más comprometidos social y medioambientalmente en nuestras compras.

Mediante el pago inicial de un depósito de 20 euros y el abono de 6 euros al mes, los clientes de Mud Jeans pueden alquilar unos jeans durante un año completo. Eso sí, los jeans que arriendan no son unos tejanos cualquiera. Son confeccionados con algodón ecológico y fabricados de acuerdo con condiciones laborales escrupulosamente éticas.

Mud Jeans, que vio la luz hace aproximadamente un año de la mano de Bert van Son, cuenta en la actualidad con 3,000 clientes que se han subido ya al carro de los tejanos alquilados.

Pese al peculiar modelo de negocio de la start-up de van Son, lo cierto es que en apenas doce meses Mud Jeans ha echado muchísimos brotes verdes.

Después de un año sólo el 10% de los clientes ha devuelto los vaqueros previamente alquilados a la compañía. Y no sólo eso. El 60% de los clientes no sólo continúa a la vera de Mud Jeans sino que ha optado por arrendar un nuevo modelo de tejanos a la compañía, mientras que el 30% ha renovado el alquiler de sus jeans por otros cuatro meses.

“No hacemos moda de consumo rápido”, explica van Son en declaraciones a Die Zeit. El fundador de Mud Jeans reconoce que su “criatura” no le da todavía beneficios y que se mantiene en pie gracias a sus ahorros, pero no duda en que tarde o temprano la empresa será rentable. Cuando su start-up acumule entre 2,000 y 3,000 viejos jeans devueltos por sus clientes, van Son los utilizará para fabricar nuevos tejanos y eso contribuirá a sanear las cuentas de la compañía, asegura el alma mater de Mud Jeans. Es el milagro de la economía circular, cuya regla de las tres “erres” (reducir, reusar y reciclar) es la que lleva precisamente por bandera esta prometedora start-up holandesa.

De la mano de Mud Jeans, van Son pretende conectar con dos tipos de consumidores con cada vez más poderío en el universo de las compras: los ecologistas sociales y los denominados intelectuales liberales.

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