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Elon Musk ha dado un paso de gigante para convertir a su empresa, Tesla Motors, en un actor global el mercado del automóvil.

La empresa de vehículos eléctricos encabezada por el fundador de PayPal ha anunciado el jueves pasado un acuerdo con la japonesa Panasonic para sacar adelante su proyecto de la mayor fábrica de baterías eléctricas del mundo, reseña Thiago Ferrer Morini en el País de España.

La gigafábrica, el nombre que Tesla ha dado a la factoría —que estará en un punto aún por determinar del oeste de EE UU— permitirá, si las previsiones se cumplen, que, para 2020, la empresa pueda montar medio millón de coches eléctricos al año en su fábrica de Fremont (California).

Esa cifra representa más de cinco veces el número de vehículos puramente eléctricos vendidos en EE UU en 2013, según la Asociación del Transporte con Motor Eléctrico (EDTA, en sus siglas en inglés), y más de un 10% de la producción estadounidense de turismos el año pasado. Aunque ninguna de las dos empresas ha dado la cifra exacta del acuerdo, Tesla preveía una inversión conjunta de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares (de 3.000 a 3.750 millones de euros) de los que Tesla pondrá aproximadamente la mitad.

Según el pacto, Panasonic se encargará de la puesta en marcha y operación de una cadena de montaje de células de ion-litio, que Tesla empaquetará en baterías, tanto para sus propios vehículos como para otras aplicaciones. La idea es reducir el coste de la tecnología. “Esta fábrica representa un cambio fundamental en como se fabrican baterías a gran escala”, ha señalado Jeffrey Straubel, director técnico y cofundador de Tesla, en la presentación del proyecto. “Abre el camino a una reducción drástica en el coste del almacenamiento de energía”.

“Es una decisión que demuestra que Tesla y Panasonic han estudiado el mercado y han visto que tiene potencial y es seguro”, afirma Angel Aghili, vicepresidente de la Asociación Europea de Vehículos Eléctricos (AVERE). “Además, la evolución de la tecnología en baterías no solo es importante para la industria del automóvil; impulsa todo el campo de la energía, especialmente el de las renovables. Es un espaldarazo a todo el sector”. Y concluye: “Es una señal para Europa: Estados Unidos se está comprometiendo con la tecnología del coche eléctrico”.

Con el acuerdo, Tesla podrá sacar adelante su plan de fabricar un modelo de gama media alta, el Modelo 3, destinado a competir con vehículos como el BMW Serie 3, la clase C de Mercedes-Benz o el Lexus IS. Solo con las economías de escala que permitirá la gigafábrica, Tesla prevé que podrá cuadrar el precio de venta al público previsto para este modelo, de 35.000 dólares (26.100 euros). El desarrollo del Modelo 3 representa igualmente la posibilidad de recuperar para la industria automovilística estadounidense un sector, el de las berlinas ejecutivas, que ya daba por perdido desde hacía décadas frente a la competencia europea y japonesa. La fábrica, según las previsiones de Tesla, dará trabajo a 6.500 personas.

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