Según informa WWF, actualmente, la demanda de la humanidad excede en cerca de un 50% la capacidad regeneradora del planeta, por lo que estamos destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan sólo los intereses, que sería lo sostenible.
La organización ambientalista WWF acaba de publicar el informe Planeta Vivo, un análisis científico de referencia que evalúa la salud del Planeta y el impacto de la actividad humana sobre la Tierra. La ONG propone adoptar hábitos que se traduzcan en un beneficio para el medio ambiente, la sociedad y la economía, tanto ahora como a largo plazo.
Un asunto clave que salta a la vista es que el Índice Planeta Vivo (IPV), que analiza más de 10.000 poblaciones representativas de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Éste ha disminuido un 52 por ciento desde 1970. Dicho de otra manera, en menos de 2 generaciones humanas, el tamaño de las poblaciones de animales vertebrados se ha reducido a la mitad. Según indican, estos son los seres vivos que constituyen el tejido de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra, y son el barómetro indicador de lo que le estamos haciendo al planeta, nuestro único hogar. Si seguimos ignorando esta disminución, estamos comprometiendo nuestro futuro.
Según informa WWF, actualmente, la demanda de la humanidad excede en cerca de un 50% la capacidad regeneradora del planeta, por lo que estamos destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan sólo los intereses, que sería lo sostenible. Entre algunas de las conclusiones del estudio realizado por la organización, destacan que la producción de alimentos es responsable de casi el 70% del agua y el 30% de la energía utilizada mundialmente. Asimismo, el 45% del agua dulce usada en los países industrializado es para la generación de energía.
Las conclusiones de WWF
– Si seguimos a este ritmo, en 2030 necesitaremos 2 planetas para satisfacer nuestra demanda de recursos naturales. En 2050, necesitaremos 3.
– Sólo un 2,5% de la masa de agua del paneta es dulce, y sólo un tercio de ella es accesible para el hombre.
– Desde 1970, las poblaciones de especies de vertebrados han disminuido un 52% a escala mundial.
– Desde 1970, las poblaciones de especies de agua dulce han disminuido un 76%.
– Más del 60% de los stocks de pescado marino han sido plenamente explotados, sin posibilidad de expansión en el futuro.
– Al ritmo actual de consumo, necesitamos casi 3 Españas para satisfacer nuestra demanda de recursos naturales
– La producción agrícola es causante del 92% de la huella hídrica global.
– 2.670 millones de personas en el mundo viven en cuencas que experimentan una escasez grave de agua durante al menos un mes al año.
– La huella de carbono representa más de un 50% de la huella ecológica global.
– Ya hemos sobrepasado 3 de los 9 limites planetarios: pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación de suelos y ríos por exceso de nitrógeno.
Un cambio es necesario
WWF es contundente: sólo tenemos un planeta. Y denuncian que usamos los recursos y servicios de la naturaleza como si tuviéramos más de un planeta a nuestra disposición. Y añaden que, al tomar de los ecosistemas y procesos naturales más de lo que ellos pueden reponer, estamos poniendo en riesgo nuestro futuro. En su portal, explican que estos procesos no solo tienen que ver con conservar la vida y los espacios naturales, sino además y con la misma importancia, con salvaguardar el futuro de la humanidad: nuestro bienestar, nuestra economía, nuestra seguridad alimentaria, nuestra estabilidad social y nuestra propia supervivencia. “En un mundo donde tanta gente vive en umbrales de pobreza, la conservación de la naturaleza podría parecer un lujo. Pero es precisamente lo contrario. Para gran parte de las poblaciones más pobres del planeta, se trata de una cuestión de vida o muerte. Pero lo cierto es que nos afecta a todos. Todos necesitamos comida nutritiva, agua fresca y aire limpio, allá donde vivamos”, añaden.
A su vez, declaran que “somos los causantes del problema y los responsables de solucionarlo”. Por ello, apuestan por que nos esforcemos para asegurarnos que la próxima generación aproveche lo que nosotros aún tenemos.