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La economía estadounidense se expandió a su ritmo más rápido en más de una década durante los últimos dos trimestres, demostrando que se ha fortalecido a pesar de la creciente incertidumbre global, destaca Eric Morath para The Wall Street Journal.

El Producto Interno Bruto, la medida más amplia de los bienes y servicios producidos en una economía, creció a una tasa anual desestacionalizada de 3,9% en el tercer trimestre, informó el martes el Departamento de Comercio de EE.UU.

La revisión al alza desde un primer cálculo de 3,5% colocó a la tasa de crecimiento combinada en el segundo y tercer trimestre en 4,25%, lo que constituye el mejor ritmo semestral desde la segunda mitad de 2003. Las cifras de producción están ajustadas por inflación.

“Las perspectivas económicas del país están mejorando”, dijo el economista de Moody’s Analytics Scott Hoyt. “La divergencia entre la economía de EE.UU. y la del resto del mundo es notable”.

Aunque los avances en EE.UU. han sido modestos en comparación a expansiones previas, el crecimiento está superando el ritmo de otras economías. Japón cayó en recesión en el tercer trimestre y el crecimiento de la zona euro apenas se mantuvo en terreno positivo. La tasa de crecimiento en mercados emergentes como China y Brasil también pierde impulso.

La revisión al alza del crecimiento general, impulsada por un mayor gasto tanto de las personas como de las empresas, sumado a una menor carga ocasionada por la inversión en inventarios, sorprendió a los economistas que habían previsto que el PIB trimestral sería revisado a la baja.

La economía creció a un ritmo de 3,5% o más en cuatro de los últimos cinco trimestres, con la excepción de la contracción de 2,1% del primer trimestre, que fue la peor caída registrada fuera de una recesión.

La producción económica se expandió 2,4% interanual en el tercer trimestre. La tasa está esencialmente en línea con el crecimiento apenas por encima de 2% registrado desde que la economía estadounidense salió de la recesión en la segunda mitad de 2009.
La revisión del crecimiento del tercer trimestre fue sostenida por varios factores.

El consumo, que creció a un ritmo de 2,2%, fue mejor que lo estimado inicialmente ya que las empresas no permitieron que las reservas menguaran tanto como se pensó en un principio. Esos factores, combinados con los menores precios de la gasolina, indican el potencial de un fuerte impulso para los compradores en el inicio de la temporada de compras de fin de año.
El gasto empresarial en edificios y maquinaria nuevos, así como en iniciativas de investigación y desarrollo, crecieron más de lo estimado inicialmente, y el gasto en edificios y mejoras residenciales avanzaron por segundo trimestre consecutivo luego de desacelerarse a fines del año pasado.

Las lecturas de crecimiento más recientes probablemente representen una aceleración modesta, más que un cambio importante.
La consultora Macroeconomic Advisers proyecta que los avances del PIB se desacelerarán a un ritmo de 2,2% en el cuatro trimestre, lo que dejaría el crecimiento del año completo apenas por encima de 2%.

Esos factores de riesgo podrían influir en la decisión de la Reserva Federal de cuándo subir las tasas de interés a corto plazo, a pesar de un mercado laboral que ha mejorado mucho. La tasa de desempleo cayó el mes pasado a su nivel más bajo desde 2008, aunque algunos valores subyacentes sugieren que el mercado laboral sigue por debajo de su potencial.

—Jeffrey Sparshott y Kris Hudson contribuyeron a este artículo.

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