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El hundimiento de Lehman Brothers, uno de los mayores bancos estadounidenses de la época, marcó el inicio de la mayor crisis financiera mundial desde el crac del 29.
Por Ignacio de la Vega, analista de INCompany.

 Lehman Brothers, el banco algodonero creado en 1850, declaró oficialmente su quiebra a primera hora del lunes 15 de septiembre. Fue el comienzo de la debacle. Ese día los mercados sucumbieron y la crisis financiera en gestación se transformó en la peor desde la Gran Depresión.

“Lehman fue meramente un síntoma de una burbuja más grande e insostenible en el sector inmobiliario. Incluso sin el colapso de Lehman Brothers aún estaríamos sufriendo las consecuencias de haber empujado los precios de las casas a niveles que eran inconsistentes con cualquier medidas de valor”, afirmó el economista jefe para EEUU de JP Morgan, Michael Feroli.

La estrepitosa bancarrota de Lehman Brothers sumió en el pánico a los inversores en septiembre de 2008. El selectivo de la Bolsa estadounidense se desplomó un 38% ese año, pero la rápida reacción de las autoridades, con una inyección de liquidez de 700.000 millones, sirvió para reanimar la primera economía del mundo, que salió de la gran recesión en 2009. El principal índice de WallStreet recuperó en abril de 2010 el nivel anterior al inicio de la crisis, recuerdan Alberto Roa y Miguel Moreno Mendieta en el periódico español cincodias.com

Como destaca José Luis Martínez Campuzano: “Seis años más tarde la economía norteamericana ha recuperado el terreno perdido, incluido el empleo, y los beneficios empresariales han alcanzado nuevos máximos, al igual que el nivel del mercado”. La fortaleza de la economía de EEUU tras un débil primer trimestre es un gran estímulo para la Bolsa de aquel país, que según los expertos puede seguir subiendo.

En Europa, la crisis financiera mutó a partir de 2010 en una crisis de deuda que obligó a Irlanda, Grecia y Portugal a pedir el rescate a la UniónEuropea, lo que frenó en seco la recuperación experimentada por los índices en 2009.Del día de Reyes de 2010 data el nivel más alto alcanzado por el Ibex después de la bancarrota de Lehman Borthers: los 12.222,5 puntos. Aquel año y los siguientes, los mercados tuvieron carbón como presente. Una situación que empezó a revertirse el año pasado y continúa cambiando, con el regreso de los inversores a la Bolsa.

A seis años del estallido de la crisis hipotecaria en Estados Unidos, que desató una gran recesión mundial y provocó un aumento en el número de suicidios –se estiman en unos 5.000 durante 2009– las heridas siguen abiertas. La gente se pregunta cuántos banqueros están tras las rejas por su papel en la caída de Wall Street y la respuesta es francamente decepcionante.

¿Justo castigo?
Los castigos aplicados a los ejecutivos culpables de la crisis han decepcionado a la gran mayoría Aunque solo un banquero ha ido a la cárcel por los acontecimientos del 2008, sí han habido multas gigantescas contra los bancos responsables. Pero, ¿esto es suficiente para los afectados y las autoridades?

The New York Times recuerda en un artículo reciente que solo un banquero ha ido a la cárcel. Se trata de Kareem Serageldin, exempleado de Credit Suisse, condenado a 30 meses de prisión por su responsabilidad en el negocio de las hipotecas, el detonante de la crisis financiera. Serageldin ha aceptado que cometió un error y está dispuesto a pagar la deuda con la sociedad, según le dijo al diario norteamericano. Sin embargo, este no era el presidente de un banco, ni un alto directivo. Era un ejecutivo importante pero de segundo nivel. Las verdaderas figuras de la banca que tuvieron que ver con la crisis se han mantenido a salvo.

En los últimos tres años, las principales entidades financieras de Estados Unidos se han enfrentado a grandes litigios penales por las llamadas hipotecas subprime y los títulos respaldados con estas, originados durante la crisis de 2008.
Las querellas se basan en el hecho de que los bancos vendieron estos títulos a sus clientes, bajo engaño, pues no les dijeron que estaban respaldados por créditos de altísimo riesgo que se otorgaban a personas que en muchos casos, ni siquiera tenían trabajo. Cuando el mercado inmobiliario colapsó porque la gente que recibió los préstamos de vivienda no pudo pagarlos, los títulos perdieron su valor y los inversionistas se quedaron con papeles basura en sus manos.

De igual forma, los inversionistas –fondos de pensiones y otras instituciones– que compraron los títulos, basados en las hipotecas tóxicas, también se llevaron una terrible sorpresa que en este caso les hizo perder miles de millones de dólares.

Altas multas
Aunque muchos querían que rodaran las cabezas de los banqueros que permitieron que esto sucediera, la verdad es que se tendrán que conformar con multas muy altas impuestas a las grandes instituciones. Se estima que una docena de entidades financieras ha pagado más de 100.000 millones de dólares en compensación, en la mayoría de los casos para evitar los pleitos, según estimaciones del Financial Times.

Sin duda, no es un mal castigo. Es algo que le duele a la banca y ayudará a los consumidores afectados por las hipotecas de mala calidad. Sin embargo, no está exento de polémicas pues muchos piensan que los accionistas terminarán pagando por los errores y acciones de los directivos.

Las multas aplicadas reflejan un sustancial cambio en la actitud política hacia los bancos en un momento en que los reguladores y la administración de Obama buscan contrarrestar la percepción de que los banqueros la sacaron barata por el rol que tuvieron en la crisis financiera.
El hito se produce en medio de señales de que los costos legales de los bancos podrían seguir subiendo, y muchas entidades grandes todavía están siendo investigadas por un equipo especial formado por el presidente norteamericano Barack Obama en 2012.

Algo más de 52.000 millones de dólares del total se pagó en 2013. Los seis bancos más grandes de Estados Unidos – JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, Morgan Stanley y Goldman Sachs– juntos registraron ganancias por 76.000 millones de dólares en 2013, menos de su pico colectivo de 2006.

Los arreglos individuales van desde los 11.800 millones de dólares, acordados por Bank of America, hasta multas de sólo 1 millón. Abarcan penalidades impuestas por agencias como la Comisión de Comercio de Futuros sobre Commodities hasta las aseguradoras hipotecarias quasigubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac.

El Bank of America, el segundo, más grande de Estados Unidos, acordó en agosto un pago récord de casi 17.000 millones de dólares con las autoridades de justicia de Estados Unidos para acabar con acusaciones sobre valores hipotecarios dudosos que emitió antes de la crisis financiera de 2008.

De esta suma, el banco deberá cancelar en efectivo cerca de 10.000 millones de dólares para el Departamento de Justicia y agencias gubernamentales y unos 7.000 millones se destinarán a un fondo para compensar a sus clientes afectados en el sector inmobiliario.

Aunque otras instituciones también vienen pagando altas multas, desde que el presidente Barack Obama ordenó formar un grupo para investigar la venta de préstamos hipotecarios tóxicos, el Bank of America es de lejos la entidad que más ha abonado a las autoridades. Desde 2009 a la fecha ha pagado entre multas e indemnizaciones alrededor de 50.000 millones de dólares.
Las multas han sido un duro golpe para Bank of America. Según la agencia Reuters, las ganancias del banco en el segundo trimestre de este año cayeron un 43 por ciento debido a los costos de los litigios.

Este año, JP Morgan aceptó pagar 13.000 millones de dólares, y el Citigroup otros 7.000 millones para tratar de resolver demandas presentadas por el Departamento de Justicia.

Por ahora, otras instituciones han salido mejor libradas a pesar de ser responsables. Analistas creen que las autoridades tendrán que centrarse en Goldman Sachs, uno de los más grandes bancos de inversión en Estados Unidos y el que, según el Senado de ese país, apostó deliberadamente por la caída de los créditos hipotecarios al mismo tiempo que vendía estos títulos a sus propios clientes. En Wall Street estiman que las transacciones le hicieron ganar a Goldman cerca de 13.000 millones de dólares. La SEC ya lo había multado con 550 millones de dólares, por no haber brindado información suficiente a sus clientes sobre las inversiones realizadas.

En síntesis, ¿con estas astronómicas multas quedará saldada la deuda con la sociedad y esto servirá para persuadir a los banqueros de repetir estas malas conductas?, se preguntan los analistas de la revista Dinero. Frente a la primera parte de la pregunta, muchos creen que es un buen castigo, pero que lo más justo sería que las cabezas hubieran dejado sus puestos y que los verdaderamente responsables terminaran en la cárcel. En cuanto a la segunda parte, los analistas señalan que Wall Street no repite los mismos errores, sino que crea unos nuevos.

Un largo fin de semana
A las 6 de la tarde del viernes 12 de septiembre de 2008 comenzaba otra reunión de emergencia en las oficinas de la Fed. La cita incluía a Ben Bernanke y al entonces secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, y tenía un solo fin: definir cómo rescatar a Lehman Brothers. Bank of América había considerado quedarse con Lehman e incluso contactó a un probable socio para el trato: el multimillonario Christopher Flowers. Sin embargo, éste se negó. Las miradas se dirigieron al gobierno de EEUU, pero Paulson no quería fondos públicos en la operación, lo que volvió inviable el trato.

A las 8 horas del sábado los ejecutivos retomaron las reuniones. A esas alturas, el presidente ejecutivo de Lehman, Richard Fuld, estaba resignado y pidió asesoría a un experto en quiebras. “El gobierno no te va a dejar caer”, recibió como respuesta.
El domingo, el gobierno y los CEO asumieron que Lehman estaba quebrada. Fuld sentenció entonces: “Creo que esto es el adiós”. A las 12.30 del 15 de septiembre, Lehman se declaró en bancarrota.

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