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GREEN-CLERIGO-CAIDO

Casado, padre de dos hijas, Stephen Green, tenía todo para ser visto con buenos ojos. Pero el caso de evasión de impuestos le puso entredicho a nivel global.

Fue director general (2003-2006) y presidente (2006-2010) del HSBC, cuando el banco hacía transitar 180.600 millones de euros de clientes ricos por cuentas en Suiza para evadir impuestos.

El antiguo patrón de HSBC, el inglés Stephen Green, clérigo de la Iglesia de Inglaterra y apóstol de un capitalismo bueno, está viviendo un descenso a los infiernos con el caso ‘SwissLeaks’.

Green fue director general (2003-2006) y presidente (2006-2010) del gigante bancario, cuando HSBC hacía transitar 180.600 millones de euros de clientes ricos por cuentas en Suiza para evitarles tener que pagar impuestos, de acuerdo con la investigación internacional que sacude el mundo de las finanzas desde la semana pasada.

Por eso está en el corazón de la tormenta del primer banco europeo, fundado en el Lejano Oriente en 1865, y con sede hoy en el distrito financiero londinense de Canary Wharf.

“Es una cuestión de principios, no voy a comentar nada sobre las actividades pasadas o presentes de HSBC”, respondió Lord Green, de 66 años, al periodista de la BBC que le persiguió por las calles de Londres unas horas después de la publicación de la investigación en cincuenta medios de comunicación internacionales. Pero la presión de los medios de comunicación, judicial y política podría obligarle a cambiar de opinión.
En los últimos días la prensa repite insistentemente que este banquero muy influyente, que luego se convirtió en ministro de Comercio del gobierno de David Cameron (2011-2013), tenía que estar al corriente de esas prácticas. Incluso que quizás las alentó.

REDEFINIR EL CAPITALISMO
Casado, padre de dos hijas, Stephen Green, tenía todo para ser visto con buenos ojos. Analista en la empresa McKinsey, se unió a HSBC en 1982, ascendiendo hasta llegar a la junta directiva 16 años después. Se convirtió a partir del 2003, y durante siete años, en el número uno del ejecutivo (director general), y luego en el gran jefe (presidente) del banco, conduciéndolo por una crisis financiera que estuvo a punto de acabar con los otros dos principales bancos británicos, Lloyds y RBS.

A diferencia de sus competidores, HSBC no necesitó la ayuda del contribuyente de Su Majestad para mantenerse a flote. A finales del 2010, David Cameron llamó a Stephen Green a su gobierno y lo convirtió en miembro de la Cámara de los Lores (alta), con el título de Lord Green de Hurstpierpoint. Stephen Green ofreció entonces un discurso de adiós al mundo de las finanzas titulado “Reconsiderar los negocios en un mundo cambiante”, en la prestigiosa Chatham House en Londres.

La oportunidad soñada para este devoto anglicano, ya ordenado sacerdote por la Iglesia de Inglaterra, de compartir su fe en una economía guiada por la moral. Stephen Green tendrá ahora que afrontar el alud de revelaciones impías, dos años después de que HSBC tuviera que pagar una multa récord de 1.900 millones de dólares en Estados Unidos por ser cómplice del lavado de dinero.

‘EL BANCO NO ESTUVO A LA ALTURA DE LAS NORMAS’
El jefe de HSBC dijo que el banco a veces había fracasado en cumplir las normas que se esperaban de la institución, en sus primeras respuestas a las acusaciones de que la entidad ayudó a cientos de personas a evadir impuestos.

HSBC admitió fallas en el control de su banca privada suiza tras acusaciones en los medios de que habría permitido que personas acaudaladas evadieran impuestos, pero el presidente ejecutivo, Stuart Gulliver, dijo que muchas personas nombradas como clientes habían abandonado el banco hacía tiempo y que algunos nunca fueron usuarios. “Debemos reconocer que a veces no conseguimos estar a la altura de los estándares que las sociedades a las que ofrecimos servicios esperaban de nosotros con toda razón”, dijo Gulliver.

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que coordinó el lanzamiento de los detalles de la filtración de diarios sobre clientes del HSBC hasta el 2007, dijo que la lista de personas que tenía cuentas en la unidad suiza incluía miembros de la realeza, estrellas del deporte y el rock, actores de Hollywood, políticos y traficantes de armas. Poseer una cuenta en un banco suizo no es ilegal y muchas fueron abiertas con propósitos legítimos. Gulliver dijo que el banco suizo del HSBC había sido completamente reorganizado desde el 2008.

(Fuente: Portafolio.co y AFP)

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