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El gigante alemán Volkswagen reconoció haber equipado modelos diésel en Estados Unidos con un software que falseaba datos de emisiones contaminantes, un escándalo que le costará caro en el plano financiero y en términos de imagen.

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La empresa anunció la suspensión de la comercialización en Estados Unidos de sus diésel de cuatro cilindros de las marcas VW y Audi, que representaban el 23 % de sus ventas en ese mercado. Unos 20.000 millones de euros de la capitalización bursátil del grupo se habían esfumado este lunes pocas horas después de la apertura de los mercados, señala un informe de Portafolio.co

A media tarde, la acción de Volkswagen en la Bolsa de Fráncfort caía más de un 20 %. “Desastre”, “Hecatombe”… la prensa alemana buscaba las palabras para describir el golpe asestado, para colmo de males durante el Salón del Automóvil de Fráncfort, a una empresa que es un orgullo nacional, líder mundial de ventas en el primer semestre del año.

El caso, sacado a la luz por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), “tendrá consecuencias financieras considerables para el grupo, que aún no se pueden calcular”, sin contar el perjuicio para “la imagen y la credibilidad de Volkswagen en todo el mundo”, dijo el analista del sector automovilístico Ferdinand Dudenhöffer. Según las autoridades estadounidenses, 482.000 vehículos de las marcas
Volkswagen y Audi fabricados entre 2009 y 2015 y vendidos en Estados Unidos fueron equipados con un sofisticado software que permitía reducir sus emisiones contaminantes al ser sometidos a un test de polución. Gracias a ese fraude, los vehículos obtenían una certificación ecológica. –

DUDAS SOBRE OTROS MERCADOS

La artimaña informática podría costarle al grupo 18.000 millones de dólares en multas y miles de millones más vinculados al retiro del mercado de los vehículos afectados, sin contar las indemnizaciones a clientes defraudados.

Las sospechas, además, podrían extenderse en el sector. El gobierno alemán pidió a las automotrices que demuestren la veracidad de sus datos de emisiones contaminantes, a fin de “investigar si hubo manipulaciones similares en Alemania o en Europa”.

Volkswagen ya enfrentaba “un momento difícil” en el mercado estadounidense, apunta Frank Schwope, analista del banco Nord/LB. La marca alemana esperaba compensar con sus motores diésel sus carencias en ese mercado, muy adicto a los todoterrenos.

¿WINTERKORN SALVARÁ SU SILLA?

Ahora, Volkswagen corre el riesgo de convertirse en “un paria para el gobierno y quizás también para los consumidores norteamericanos”, afirma Max Waburton, analista de Bernstein, citado por Bloomberg.

El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, de 68 años, pidió disculpas el domingo. “Personalmente lamento mucho que hayamos roto la confianza de nuestros clientes y del público”, declaró, prometiendo cooperar con las autoridades en la investigación.

El mandato de Winterkorn debería ser prolongado hasta fines de 2018 en la reunión que el Consejo de Vigilancia de la firma se apresta a celebrar el 25 de septiembre.

Esa decisión debería confirmar la victoria del ejecutivo en el duelo duelo entre bastidores que libró con su ex mentor y hombre fuerte de la empresa, Ferdinand Piëch. Pero ahora esos planes podrían peligrar.

Winterkorn “es el jefe de la división de desarrollo de la marca Volkswagen”, señala Dudenhöffer. “El Consejo de Vigilancia no puede hacerse el desentendido del asunto. Volkswagen necesita un nuevo despegue, y desde mi punto de vista, ese despegue no puede hacerse con Winterkorn”, al frente del gigante automovilístico desde 2007″, añade.

INVESTIGAN A OTROS FABRICANTES

Estados Unidos extendió a otros fabricantes de autos diésel la investigación a Volkswagen sobre vehículos dotados de sistemas capaces de eludir las normas sobre emisiones de gases contaminantes.

La agencia federal de control ambiental EPA dijo que realizará tests para detectar “sistemas tramposos” en autos fabricados por otras compañías. EPA rehusó identificar qué empresas serán investigadas.

El anuncio fue realizado luego que el viernes Volkswagen admitiera que 482.000 vehículos estaban equipados en Estados Unidos con un sistema que les permite falsear la cantidad de gases contaminantes que emiten.

El sistema permite que durante los tests a que son sometidos por las autoridades, los vehículos emitan pocos gases, pero cuando funcionan normalmente las emisiones son mayores.

Volkswagen quedó expuesta a multas que en teoría podrían llegar a 18.000 millones de dólares. Los vehículos afectados son VW y Audi diésel de cuatro cilindros construidos desde 2008.