(TECNOLOGÍA – FINANCIERO – INNOVACIÓN) Actores innovadores como Robinhood, Coinbase, Betterment, y Revolut están empezando a aplicar las mismas tácticas que una vez usaron las actuales grandes compañías financieras en su época.
Por Ángel Bonet, Chief Sales & Marketing Officer en Minsait (An Indra Company)
El sector financiero tradicional ha visto cómo su futuro se cubría de nubes ante la aparición de nuevos competidores digitales. Desde sus humildes comienzos, hace 20 años, han crecido hasta convertirse en una potencia mundial: Robinhood, Coinbase, Betterment, y Revolut están empezando a aplicar las mismas tácticas que una vez usaron las actuales grandes compañías financieras en su época.
Una de las pocas opciones que tienen las actuales corporaciones financieras es la innovación, la creación de futuros productos, servicios y mejoras para el negocio de la compañía.
La innovación necesita reaprender
Una de las pocas opciones que tienen las actuales corporaciones financieras es la innovación, la creación de futuros productos, servicios y mejoras para el negocio de la compañía.
Las tecnologías nos están impulsando a un mundo conectado, lo que lleva unido una personalización clara de los servicios. Estos cambios no están ocurriendo al azar, claramente aquellas áreas donde tecnologías escalables dan una seguridad extra a sus clientes, son las primeras que se ha incorporado, pero es una clara tendencia a medio plazo y donde, aquellas que quieran sobrevivir, deberán innovar con las mejores ideas del ecosistema financiero.
Han de entender que es mejor auto-canibalizarse a que lo hagan otros nuevos players; es decir, la compañía ha de crear su propia red interna de participantes dispuestos a crear nuevas ideas, las que siempre han querido ejecutar, financiar y ejecutar con el apoyo y el patrocinio del equipo ejecutivo para acelerarlo.
Para ello han de empezar a pensar y actuar de manera diferente.
Para tener éxito en el futuro, el CEO y su equipo de liderazgo y los participantes han de desaprender de gran parte de sus pensamientos y comportamientos obsoletos. Tienen que dejar de lado muchos de los métodos que los habían hecho exitosos en el pasado, pero ahora limitan su éxito futuro.
Las antiguas compañías necesitan reaprender nuevos comportamientos, métodos y mentalidades para lograr los avances que buscaba para construir un mejor futuro para su negocio.
El problema de la transformación nunca es la falta de ideas, es la falta de un cambio en el comportamiento. Han de comportarse de manera diferente, no solo sus equipos y han de comprometerse con este nuevo comportamiento durante un periodo de tiempo.
Las mismas viejas estrategias entregan los mismos viejos resultados. Desaprender viejos hábitos y malas prácticas requiere mucho más que pensamientos y acciones marginales. Deben estar dispuestos a salir de su zona de confort y tener el coraje de trabajar en formas nuevas e inciertas para lograr avances y resultados extraordinarios. No hay que temer el futuro, hay que reinventarlo.
Desaprender las decisiones de inversión basadas en la opinión
La clave es que las mejores personas de la compañía realicen su mejor trabajo, mientras obtiene la información necesaria para saber si están aprovechando al máximo la inversión, se llama Ingeniería de valor. Estos tres principios básicos ilustran cómo administrar un portafolio de innovación de apuestas basadas en resultados usando Ingeniería de valor:
1. Realizar una hipótesis: cuantificar las creencias sobre qué valor tiene y cómo lo sabremos.
2. Apuesta: probar las hipótesis con experimentos para obtener conocimientos y tomar mejores decisiones de inversión.
3. Perseverar: aprender temprano y con frecuencia en todos los niveles de la organización sobre lo que proporciona valor y lo que no.
La ingeniería de valor es un enfoque basado en la evidencia para la innovación, la estrategia de producto y el desarrollo que favorece el aprendizaje a través de experimentos rápidos y frecuentes, y el uso de la información que recopila para informar las decisiones de inversión.
Es un sistema para desarrollar hipótesis, establecer y comprometerse con un conjunto disciplinado de criterios de éxito basados en resultados, y responsabilizarse de los resultados obtenidos para informar las apuestas futuras.
Pero, sobre todo, la moneda de la Ingeniería de Valor es el aprendizaje. Es un cambio de mentalidad en todos los niveles que favorece el descubrimiento de las duras realidades en lugar de apegarse a un plan que puede estar desactualizado desde el momento en que crees que está completo.
Para alentar una mentalidad basada en el resultado impulsada por un enfoque experimental y basado en la evidencia, los líderes deben diseñar un espacio seguro para que ocurra el fracaso. Esto se logra trabajando en apuestas pequeñas en lugar de proyectos grandes y multifacéticos. Las apuestas pequeñas crean experimentos seguros para fallar habilitados por bucles de retroalimentación más rápidos, inversiones de riesgo limitado y manteniendo las iniciativas en un estado recuperable, ya que nunca son demasiado grandes para fallar.
La moneda de la Ingeniería de Valor es el aprendizaje
Y mientras que los líderes y los equipos deben aprender a experimentar el fracaso, es imperativo que vuelvan a aprender cómo responder y aprovecharlos.
El CEO debe establecer la mentalidad y el estándar de comportamiento que la organización necesita para tener éxito en el futuro. Él debe modelar una mentalidad de aprendizaje, seguridad y experimentación, atributos que lo ayudarán a él y a la empresa a progresar.
Solo sobrevivirán aquellas compañías del siglo XX con líderes del siglo XXI.
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