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El fin de una era: el último Blockbuster del mundo y no quiere cerrar

Blockbuster  – Los turistas se toman selfies frente a un local de Bend, Oregon. El negocio es toda una novedad. Es el último local de la ya extinguida empresa Blockbuster que sigue en pie, y parece que no tiene planes de cerrar sus puertas.

El ocaso de Blokbuster ha sido más que analizado por los analistas y se ha convertido en un caso de estudio sobre aquellas organizaciones que no supieron adaptarse a la ola de innovación que viven los mercados desde ya hace muchos años. Su modelo de negocios quedó desfasado y Netflix terminó de matar a la famosa cadena de alquiler de películas.

Su modelo de negocios quedó desfasado y Netflix terminó de matar a la famosa cadena de alquiler de películas.

Seguramente muchos ya no lo recuerdan pero hace apenas quince años, un cinéfilo podía ir a cualquiera de los 9,000 locales de Blockbuster en todo el mundo y alquilar alguna de sus películas favoritas.

Blockbuster LLC, conocida como Blockbuster Video, fue una franquicia estadounidense de videoclubes, especializada en alquiler de cine y videojuegos a través de tiendas físicas, servicios por correo y vídeo bajo demanda. Fue fundada en 1985 por David Cook y tuvo un gran crecimiento en los años 90. Tras ser adquirida por Viacom llegó a controlar el 25% de la cuota de mercado mundial de videoclubes con más de 9,000 establecimientos a nivel mundial.

Blockbuster quedó desfasada a principios del nuevo siglo por nuevas formas de consumo digital, la guerra de precios en el DVD, la piratería y las infracciones de derechos de autor y finalmente los servicios de vídeo bajo demanda en internet. El modelo de negocios de Netflix terminó de darle la estocada final.

En 2010 llegó su ocaso y se declaró la bancarrota con una deuda superior a los 1,000 millones de dólares.

Aunque Dish Network se hizo con la empresa para convertirla en un servicio de streaming, los planes no prosperaron y las 300 tiendas propias que aún operaba la compañía fueron cerradas en enero de 2014.

Tifanny Hsu publicó un artículo en The New York Times sobre esta última tienda. Señala que el mismo “no es una elegía para Blockbuster ni una queja de cómo Netflix mató a la empresa estrella del alquiler de vídeos” sino que busca explicaciones a como este local ha podido subsistir.

Una posible explicación para la larga vida de la tienda: Bend se encuentra en una región que la alcaldesa de la ciudad, Sally Russell, describe como “grandes extensiones con comunidades realmente pequeñas” que a menudo no tienen acceso fácil a Internet de alta velocidad necesaria para la transmisión de contenido.

Además, muchos residentes de áreas periféricas se detienen en el Blockbuster durante sus viajes semanales a la ciudad para hacer recados, en parte por la política de siete días de alquiler de la tienda, dijo Russell, y agregó que el hecho de ser el último local de la cadena podría ahora incluso darle un empuje.

“Sucede como con el viejo disco de vinilo. Todos quieren tener tocadiscos nuevamente”, dijo la alcaldesa. “Llegamos a un lugar donde algo con fecha vencida vuelve a entrar en circulación. Definitivamente hay interés en mantener viva esta forma casi extinta de disfrutar de las películas”.

 

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