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¿Cruzate la línea y ya eres un workaholic?

Workaholic – ¿Te esfuerzas mucho más en tu vida laboral y dejas de lado o en segundo plano la personal? ¿Eres siempre el primero en llegar a la oficina y el último en salir? ¿Trabajas los fines de semana y nunca tienes tiempo de tomarte un descanso? ¿Te sientes bien cuando eres el mejor?

Si es así, es muy probable que hayas cruzado la línea y hayas pasado de ser una persona que trabaja duro, a una adicta al trabajo. Es momento de afrontar las cosas: eres adicto al trabajo o lo que es lo mismo “workaholic”.

¿Aún no estás convencido? Quizá esta frase del psicoterapeuta Bryan Robinson te ayuda a ver más claras las cosas: “Un workaholic es alguien que está en la pista de esquí soñando con volver al trabajo. Un trabajador sano es aquel que está en el trabajo pensando en ir a las pistas de esquí.” El trabajo también es importante para las personas que están en el segundo grupo y, es algo a lo que le ponen empeño, pero no basan su vida en ello. Ellos trabajan para vivir, y no viceversa.

La parte buena y la mala de la adicción al trabajo

Muchos de vosotros os estaréis preguntando el porqué de tanto revuelo. Obviamente queremos gente en nuestro equipo que esté involucrada y tenga ganas de conseguir objetivos, pero eso no implica que nuestros empleados tengan que pensar que el trabajo lo es todo.

A corto plazo, algunos pensarán que un poco de adicción al trabajo es algo bueno, después de todo, los trabajadores que se sienten comprometidos con el trabajo son productivos y consiguen sus objetivos. Pero a largo plazo, esta obsesión se puede volver destructiva, llevándonos a tener muchos objetivos y no cumplir ninguno aumentando el agotamiento.

Todos sabemos que la adicción al trabajo no es nada nuevo. Todo lo contrario, se está volviendo algo muy común, tanto que se está etiquetando como la adicción del siglo XXI.

¿Está el mundo del trabajo generando la adicción al trabajo?

Aunque te consideres una persona con un buen balance entre tu vida personal y laboral, lo más probable es que una parte de tu equipo no lo tenga. Y eso es un problema, tanto para ellos como para ti.

Todos sabemos que la adicción al trabajo no es nada nuevo. Todo lo contrario, se está volviendo algo muy común, tanto que se está etiquetando como la adicción del siglo XXI. Estudios recientes han revelado que uno de cada diez empleados en US y UK son adictos al trabajo. Estas estadísticas no son sorprendentes para nadie.

¿Qué nos está llevando a ser adictos al trabajo? Desde mi punto de vista, gran parte de la culpa la tiene el mundo en el que vivimos y en el que trabajamos, ya que facilita y aumenta nuestra adicción de diferentes maneras:

– Estar increíblemente ocupado es visto como algo positivo:
Me apuesto lo que sea a que la última vez que alguien te preguntó, cómo estabas, respondiste: “Bien gracias, con faena”. Actualmente, estar ocupado es signo de honor. Seguramente, si no estás ocupado, quiere decir que no eres tan bueno en tu trabajo.

– La tecnología nos ayuda a trabajar en cualquier momento desde cualquier punto:
De manera natural, esto hace que desarrollemos una relación poco sana con nuestro trabajo ya que este puede abarcar más tiempo libre. Tres de cada diez trabajadores, trabajan en vacaciones, un 26% del trabajo se realiza en horas no laborables y un 33% de los trabajadores trabajan en fin de semana. Esto, significa que la línea entre la vida laboral y la personal se está volviendo más fina, y el trabajo está acaparando más tiempo.

– Crece el miedo de ser reemplazado:
Actualmente el miedo a ser remplazado, ya sea por un robot o por una persona, es muy alto. Para minimizar está inseguridad, creemos que si trabajamos más que nadie, conseguiremos más méritos.

Si controlamos todo el volumen de trabajo que tenemos, seguramente el riesgo de ser remplazados disminuirá, pero la cuestión es que si estamos constantemente trabajando, la presión y el estrés también será constante.

– Vivimos nuestra vida a cien por hora:
Tal y como el periodista Carl Hornore dijo en su charla TED:

“vivimos en un mundo obsesionado con la velocidad.” Todo lo que hacemos en el trabajo se ve como una carrera contra el tiempo.

Cada vez que conseguimos algo, tenemos unos segundos para disfrutar de nuestro éxito y acto seguido nos metemos en un nuevo proyecto. Es como si estuviéramos en una rueda que nunca para. Para muchos la vida se ha convertido en una lista interminable de cosas que hacer y que debemos terminar a toda prisa.

¿Tienen las generaciones jóvenes más riesgo de sufrir adicción al trabajo?

Nadie es inmune del impacto de la adicción al trabajo, ya que afecta a todas las posiciones. Aun así, mucha gente piensa que pueden ser las generaciones más jóvenes, aquellas entre 23 y 38 años, las que más riesgo tienen de desarrollar adicción al trabajo.

Esto, puede ser debido a que están en contacto con factores que facilitan y aumentan está adicción. A parte de factores como la presión de los padres para lograr un alto rendimiento, la gran oferta de estudiantes, hay otros que influyen:

– Una impuesta mentalidad de #ThankGodItsMonday:

En un artículo en el New York Times, la periodista Erin Griffith, dijo que esta generación basaba su estilo de vida en lo que ella llama “performative workaholism” víctimas de la cultura ajetreada en la que vivimos. Los jóvenes sienten una presión innata por trabajar durante horas, y por amar lo que hacen, así que constantemente muestran este amor por su trabajo en redes sociales. Necesitan mostrar al mundo que quieren volver a empezar la semana, de ahí el hashtag de moda #ThankGodItsMonday (gracias a Dios es lunes). Griffith piensa que: “en esta nueva cultura, que te guste tu trabajo no es suficiente. Los trabajadores deben amar lo que hacen, y deben mostrarlo en las redes sociales.”

“en esta nueva cultura, que te guste tu trabajo no es suficiente. Los trabajadores deben amar lo que hacen, y deben mostrarlo en las redes sociales.”

– La necesidad de marcar la diferencia en el mundo:

Estudios han demostrado que esta generación quiere marcar un antes y un después en el mundo, y quieren trabajar en sitios que les ayuden a conseguirlo. De hecho, acorde con esto, un artículo del World Economic Forum afirmó:”el 40% de la gente joven piensa en el impacto que puede tener en la sociedad cuando se plantea su plan de carrera.”

Si bien esta generación se esfuerza por encontrar un propósito en su trabajo, esto puede conllevar a una presión innecesaria sobre ellos. Como resultado, trabajan más horas, reforzando los pensamientos obsesivos. De hecho, un artículo de London Evening Standard, apuntó que “los jóvenes de Londres cada vez más encuentran comunidad y propósito en sus trabajos en vez de en la religión.” ¿Está el trabajo convirtiéndose en la religión de las nuevas generaciones?

– La presión de las redes sociales:

Las redes sociales están facilitando la comparación entre tu vida y la de tus compañeros. Y si percibes que la vida de los demás no se puede comparar con la tuya, quizá piensas que necesitas trabajar más para llegar hasta donde quieres.

Si bien todos estos puntos son válidos, pienso que algunos de ellos tienen más fuerza para impactar negativamente en nosotros, independientemente de nuestra edad y, a medida que el mundo del trabajo evolucione, inevitablemente se crearán muchos más, lo que alimentará las adicciones laborales de las generaciones futuras.

Desde el punto de vista de los líderes necesitamos restaurar la balanza. Necesitamos hacer que nuestros trabajadores desarrollen una relación más sana y positiva con el trabajo, e intentar frenar estas tendencias negativas.

Seis maneras de ayudar a tus trabajadores a mantener las tendencias adictivas bajo control

Un estudio realizado por Deloitte, encontró que un 70% de los empresarios creían que no estaban haciendo lo suficiente para combatir el agotamiento. ¿Por qué? Creo que mucho de esto tiene que ver con la falta de conciencia que tenemos alrededor del impacto que nuestras acciones pueden tener para reforzar o frenar la adicción al trabajo.

No me considero, ni mucho menos un experto, pero creo que se pueden seguir unos pasos muy simples para ayudar a los trabajadores a mantener sus tendencias de adicción al trabajo bajo control:

1. Piensa en el impacto de tus acciones: esto me lleva de nuevo al punto de la importancia de la autoconciencia. Muchas veces es inevitable trabajar hasta tarde o en el fin de semana. Pero como líder, no deberías esperarlo de los demás. Si por ejemplo como jefe trabajas hasta tarde, evita enviar mails fuera del horario laboral, así los empleados no sentirán la necesidad de contestar cuando no están en la oficina.

2. Valora la calidad del trabajo, no la cantidad de horas trabajadas: ten en cuenta como valoras el éxito y la promoción de tus empleados. Si crees que no lo estás haciendo de manera correcta, es momento de replantearte las cosas. Intenta premiar y promover tendencias de poca adicción al trabajo en tu equipo.

3. Deja de ser crítico: deja que tu equipo establezca sus propios límites y no los juzgues por ellos. Por ejemplo, si un miembro de tu equipo no puede quedarse hasta tarde para acabar un proyecto por temas personales, no lo juzgues por ello. Cambia tu perspectiva e intenta entender que no son las horas que trabajas, sino la calidad del trabajo.

4. Anima a tu equipo a tomar tiempo libre: Habla con ellos de cómo lo van a pasar y la importancia que tiene. Sobre todo, remarca que no quieres recibir mails de ellos mientras estén fuera. A parte, procura que hagan descansos para comer o desayunar. Estas cosas, por mucho que parezcan simples, causan impacto.

5. No dejes que los hábitos de adicción al trabajo traspasen a todo el equipo: Mantén la cultura de tu equipo de manera firme, y ten controlados los signos de adicción al trabajo que puedas tener para detectarlos en otros miembros de tu equipo.

6. Sé un modelo a seguir: tal y como he dicho antes, ninguna generación es inmune a la adicción al trabajo. Todos estamos en peligro. Como líder, debes estar al frente de tu empresa y debes mantener una buena actitud y comunicarla. Estos pequeños cambios no pasarán desapercibidos en tu equipo. Obviamente, como líder te encontrarás con problemas con los que tendrás que lidiar horas, viajes de trabajo, mails desde la oficina. Después de todo, hay asuntos que no paran por mucho que sea fin de semana. Solo hay que encontrar el equilibrio.

Hay una fina línea entre trabajar duro y trabajar de manera obsesiva dañando tu productividad y lo que es peor, tu salud mental y tus relaciones personales.

Quería escribir este blog, porque creo que como líderes, tenemos un papel clave en frenar este círculo vicioso, antes de que se vuelva una epidemia. Estoy seguro de que muchos de vosotros, leyendo esto, habréis admitido que sois adictos al trabajo, o que lo habéis sido alguna vez. Algunos otros, dirán que aman tanto su trabajo que lo traspasan a todos los aspectos de su vida, otros, estarán tan sobre cargados que no verán la manera de poder hacerlo todo sin volverse locos.

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¿Es usted un workaholic o sólo le gusta trabajar?

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