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capitalismo

Las evidencias del deterioro de las democracias en el mundo son sorprendentes y preocupantes. Pero más sorprendente aun es la falta de respuestas y la inacción ante los embates de las fuerzas antidemocráticas.

Por Julio Rodriguez Morano, Director & Publisher de ManagementSociety

 

 

Steven Levitsky y Daniel Ziblatt afirman en su libro “Cómo mueren las democracias” que la extinción de las democracias actuales es un proceso casi imperceptible para los ciudadanos y que poco a poco va socavando las instituciones, destruyendo las libertades y pretendiendo dinamitar los contrapesos en un proceso aparentemente democrático.

Moises Naím ha escrito libros notables sobre las condiciones en las que se ejerce el poder en el siglo XXI y expone sus argumentos de como las tres “P” afectan los sistemas democráticos. Destaca que “el populismo ha existido siempre, pero no se había combinado con fuerzas tan potentes como la postverdad, las plataformas tecnológicas o el grado de fragmentación que tenemos debido a la polarización”. Polarización siempre ha habido, dice Naím, pero ahora la estamos encontrando a niveles paralizantes: en la actualidad, para fuerzas políticas que tienen visiones diferentes, es imposible siquiera colaborar, porque simplemente niegan la legitimidad del contrario y no le dan al rival el derecho de existir”. “La postverdad había existido como propaganda, pero ahora la posverdad y la propaganda no son monopolios de los gobiernos, sino que cada persona tiene acceso a divulgar información e ideas a través de las redes sociales.

Martin Wolf, economista y periodista británico que ha escrito sobre temas económicos y políticos en el Financial Times durante varias décadas intenta aproximaciones a algunas de las razones económicas de este deterioro de los sistemas  democráticos. En su libro «La Crisis de la Democracia y el Capitalismo» (Penguin Press, 2023), Wolf argumenta que el sistema capitalista democrático está en crisis y que se necesita un cambio fundamental para salvarlo.

Wolf diagnostica que la crisis de la democracia actual es “en gran parte debido a que la economía no está cumpliendo con entregar la seguridad y prosperidad ampliamente compartida”. La respuesta, advierte, no es acabar con el capitalismo, sino reformarlo, renovarlo.

 

El capitalismo, como sistema económico, ha permitido el crecimiento económico y la creación de riqueza, lo que ha llevado a una mejora en los estándares de vida de las personas.

 

La relación entre capitalismo y democracia ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Algunos argumentan que el capitalismo ha sido beneficioso para la democracia, mientras que otros sostienen que ha sido perjudicial.

Por un lado, se puede argumentar que el capitalismo ha favorecido a la democracia en varios aspectos. El capitalismo, como sistema económico, ha permitido el crecimiento económico y la creación de riqueza, lo que ha llevado a una mejora en los estándares de vida de las personas. A medida que las personas se vuelven más prósperas, también pueden exigir más derechos y libertades, lo que puede fomentar la democracia. Además, la competencia en el mercado puede fomentar la innovación y el progreso tecnológico, lo que a su vez puede mejorar la calidad de vida de las personas.

Por otro lado, se pueden señalar los aspectos negativos del capitalismo para la democracia. La desigualdad económica que a menudo resulta del capitalismo puede llevar a una concentración de poder y recursos en manos de una pequeña élite, lo que puede perjudicar a la democracia. Además, el capitalismo también puede fomentar la corrupción y la influencia indebida de los intereses económicos en la política, lo que puede debilitar la democracia.

En «La Crisis de la Democracia y el Capitalismo», Martin Wolf argumenta que el sistema capitalista democrático está en crisis debido a la desigualdad económica y la falta de respuesta política a las demandas populares, y propone una serie de reformas políticas y económicas para abordar estos problemas.

En su opinión, la globalización y la tecnología han beneficiado a los ricos y han dejado atrás a la clase media y los trabajadores menos cualificados. Además, la falta de regulación financiera y la influencia del dinero en la política han llevado a una concentración de poder económico y político en manos de unos pocos.

 

Wolf propone una serie de reformas políticas y económicas, como aumentar la transparencia y la rendición de cuentas de las empresas, reformar el sistema fiscal para reducir la desigualdad y aumentar la inversión pública en infraestructuras y educación.

 

Para abordar estos problemas, Wolf propone una serie de reformas políticas y económicas, como aumentar la transparencia y la rendición de cuentas de las empresas, reformar el sistema fiscal para reducir la desigualdad y aumentar la inversión pública en infraestructuras y educación. También sugiere un cambio en la filosofía económica, pasando de una obsesión por el crecimiento a una economía más centrada en el bienestar y la sostenibilidad.

El execonomista del Banco Mundial hace un desesperado llamado por salvar el capitalismo, al que considera, y lo argumenta con cifras, es el mejor sistema para generar bienestar.

La crisis del capitalismo democrático busca, en las palabras de Wolf, recordar que el capitalismo y democracia son opuestos complementarios. “Se necesitan el uno al otro para prosperar”, afirma.

 

¿Reformas para salvar al capitalismo?

Wolf también propone un cambio en la forma en que pensamos sobre la democracia. Él argumenta que necesitamos un nuevo contrato social que reconozca la importancia de la solidaridad y la cooperación entre las personas y las naciones. Esto significa una mayor participación ciudadana y un enfoque en los objetivos de bienestar colectivo en lugar de los intereses de unos pocos.

También  aboga por una reforma de las instituciones globales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para que sean más responsables y representativas de las necesidades de las personas de todo el mundo.

En resumen, Martin Wolf propone una serie de soluciones para abordar los desafíos fundamentales que enfrenta el capitalismo y la democracia en la actualidad. Esto incluye reformas económicas y políticas significativas, un nuevo enfoque en la solidaridad y la cooperación, y una mayor responsabilidad y representatividad en las instituciones globales.

 

 

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