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Los políticos populistas a menudo dependen de la retórica y la emoción para ganar apoyo en lugar de presentar planes detallados y realistas, con promesas vagas e imprecisas, lo que les permite cambiar su postura según convenga una vez que están en el poder.

 

Por Julio Ignacio Rodriguez Morano, Director & Publisher de Managementsociety.

 

Los políticos populistas a menudo hacen promesas que parecen demasiado buenas para ser verdad, y esto se debe a que a menudo prometen soluciones rápidas y fáciles a problemas complejos y difíciles. En general, la experiencia demuestra que estas soluciones rápidas y fáciles a menudo son simplistas y no tienen en cuenta la complejidad y la realidad de la situación.

Además, los políticos populistas a menudo dependen de la retórica y la emoción para ganar apoyo en lugar de presentar planes detallados y realistas. Esto puede llevar a que las promesas sean vagas e imprecisas, lo que permite a los políticos cambiar su postura según convenga, una vez que están en el poder.

 

Las características de un político populista pueden variar según el contexto y la cultura política de cada país, pero algunas de las más  comunes son:

  1. Discurso simplista: Un político populista suele utilizar un lenguaje sencillo y directo que apela a los sentimientos de la gente común y corriente.
  2. Apelación a las emociones: En lugar de presentar propuestas concretas y viables, un político populista tiende a apelar a las emociones y sentimientos de la gente, como la rabia, el miedo o la indignación.
  3. Identificación con las masas: El político populista se presenta como alguien cercano al pueblo y capaz de entender sus problemas y necesidades.
  4. Ataque a las élites: Para ganar el apoyo del pueblo, el político populista suele denunciar a las élites, los partidos políticos tradicionales, los medios de comunicación y otras instituciones que supuestamente no representan los intereses de la mayoría.
  5. Uso de chivos expiatorios: El político populista puede culpar a ciertos grupos o individuos, como los inmigrantes, los empresarios, los banqueros, el imperialismo, etc., de los problemas que enfrenta el país, para generar la sensación de que está defendiendo al pueblo de los enemigos externos.
  6. Promesas grandiosas: Un político populista puede hacer promesas exageradas o imposibles de cumplir para generar esperanza y entusiasmo entre sus seguidores.
  7. Rechazo a la crítica: El político populista suele rechazar cualquier crítica que se le haga y presentarse como víctima de una conspiración de las élites en su contra.

 

El populismo no es necesariamente negativo por sí mismo, pero las experiencias recientes demuestran que cuando se basa en mentiras y falsas promesas, tienen consecuencias negativas para la democracia y el bienestar de la sociedad.

 

Las experiencias recientes demuestran que cuando el populismo se basa en mentiras y falsas promesas, tienen consecuencias negativas para la democracia y el bienestar de la sociedad.

 

 

Populismo y postverdad

Como ya escribiéramos en un artículo anterior, los políticos populistas a menudo utilizan la postverdad para manipular la opinión pública y obtener apoyo político. La postverdad se refiere a la idea de que las emociones y las creencias personales son más influyentes que los hechos objetivos a la hora de moldear la opinión pública. Los políticos populistas a menudo utilizan discursos emotivos y simplistas para ganar la atención y el apoyo de sus seguidores, en lugar de presentar hechos y argumentos racionales.

Además, los políticos populistas suelen usar el discurso polarizante para dividir a la sociedad en dos grupos opuestos: “nosotros” y “ellos”. Esto crea una sensación de identidad y comunidad entre los seguidores del político, lo que les hace sentir que pertenecen a un grupo especial que lucha contra un enemigo común. Al mismo tiempo, los políticos populistas tienden a desacreditar a los medios de comunicación independientes y a los expertos, acusándolos de estar “en contra del pueblo” o de ser parte de una conspiración.

 

El uso de las redes sociales

Utilizan mucho las redes sociales para llegar a su base de seguidores y difundir su mensaje. Las redes sociales les permiten comunicarse directamente con su audiencia y evitar la intermediación de los medios de comunicación tradicionales ya que la prensa seria corrobora y contrasta la información y tiende a desmentirlos o cuestionar sus promesas.

A menudo utilizan un lenguaje simple y directo para comunicarse con su audiencia y hacer que sus mensajes sean fáciles de entender. También pueden utilizar técnicas de marketing en línea para aumentar su visibilidad y atraer a nuevos seguidores.

Sin embargo, el uso de las redes sociales por parte de los políticos populistas puede tener efectos negativos. La mayoría de populistas utilizan las redes sociales para difundir información falsa o engañosa, o para demonizar a grupos específicos de personas o fomentar la polarización y la división entre diferentes grupos de la sociedad.

 

Los políticos populistas pueden prometer cosas que saben que no pueden cumplir, simplemente para ganar votos y mantenerse en el poder. Una vez en el poder, pueden encontrar que es difícil o imposible cumplir sus promesas debido a la falta de recursos o a la resistencia de otros poderes.

 

Promesas incumplidas

La mayoría, por no decir todos, de los políticos populistas incumplen   las promesas realizadas por la falta de recursos. Los políticos populistas pueden prometer cosas que saben que no pueden cumplir, simplemente para ganar votos y mantenerse en el poder. Una vez en el poder, pueden encontrar que es difícil o imposible cumplir sus promesas debido a la falta de recursos o a la resistencia de otros poderes. A menudo incumplen sus promesas debido a la falta de realismo y detalle en sus planes, la dependencia de la retórica y la emoción en lugar de la realidad, y la falta de recursos o el deseo de mantener el poder.

 

La democracia en riesgo

Los políticos populistas pueden afectar negativamente a la democracia de varias maneras. En primer lugar, como buscan apelar a las emociones y los prejuicios de los votantes en lugar de presentar políticas basadas en hechos y evidencia puede llevar a que los ciudadanos tomen decisiones basadas en la emoción en lugar de la razón, lo que puede erosionar la calidad de la toma de decisiones democráticas.

Los políticos populistas a menudo demonizan a las minorías y otros grupos vulnerables, lo que puede llevar a la discriminación y el odio hacia estos grupos. Esto puede amenazar la igualdad y los derechos humanos, que son valores fundamentales de la democracia.

Pueden erosionar la confianza en las instituciones democráticas, como el Poder Judicial,  los medios de comunicación o los partidos políticos, al retratarlos como parte de una élite corrupta. Esto puede debilitar la capacidad de la democracia para funcionar de manera efectiva y socavar la capacidad de los ciudadanos para participar activamente en la política.

Ejemplos hay muchos de cómo los políticos populistas pueden tener un impacto negativo en la calidad y la integridad de la democracia al apelar a las emociones en lugar de la razón, demonizar a las minorías y erosionar la confianza en las instituciones democráticas. Es importante que los ciudadanos estén informados y críticos ante estos discursos y defiendan los valores democráticos como la igualdad, la libertad y los derechos humanos.

 

 

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