Compartir
Por Julio Ignacio Rodriguez Morano, Director & Publisher de Managementsociety.

 

Un nuevo escándalo de corrupción remece la política argentina a pocos días de una nueva elección presidencial. La modelo y pareja de un conocido político no tuvo mejor idea que publicar en redes sociales fotos de un lujoso y opulento paseo en yate que navega por las aguas del Mediterráneo mientras brindan con champagne, con regalos de Rolex y Louis Vuitton de por medio, contrastando con la última y “humilde” declaración jurada que presentó el político Insaurralde, exjefe de los ministros de la provincia de Buenos Aires, quien dice que no tiene dólares ni euros y cuenta con poco más de 600.000 pesos depositados en el banco (algo así como 750 dólares).

En plena campaña, no le quedó otra opción al candidato oficialista del Kirchnerismo, Sergio Masa, que pedir la inmediata renuncia del ahora ex feje de gabinete, aunque después sólo calificara de un “grave error” el viajecito de su ex compañero político.

Se siguen así acumulando escándalos en un partido político dominado en las últimas décadas por la Familia Kirchner, esta última también salpicada por numerosos y cuantiosos escándalos, muchos de ellos judicializados.

Unos pocos días antes había estallado otro escándalo, aparentemente “menor”. La prensa lo denomina el “Caso Chocolate” y deja en evidencia el eslabón de una cadena de recaudación de dinero ilegal que, con acuerdos de la mayoría de los partidos políticos que integran la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires (Congreso), podría ascender a cifras de varios cientos, quizás miles de millones de pesos.

Javier Milei es el candidato presidencial que lidera las encuestas y quien podría convertirse en el próximo presidente de Argentina. Este economista, conocido por sus opiniones ultraliberales y un estilo muy provocador, ha basado su campaña política en atacar a la “casta”, término que utiliza para referirse a lo que él denomina una élite política y económica que controla el poder en Argentina y se beneficia de políticas intervencionistas, llenas de subsidios, y en muchos casos corruptas. Su crítica a esta “casta” se basa en la percepción o realidad de que estas élites mantienen el statu quo a expensas del pueblo argentino.

Milei sostiene que la “casta” está compuesta por políticos, empresarios y sindicalistas que se benefician mutuamente a través de prácticas corruptas y políticas económicas que perpetúan la intervención del Estado en la economía. Argumenta que esta élite se opone a las políticas de libre mercado y la reducción del tamaño del Estado porque amenazarían su posición de poder y privilegio.

Pero este nuevo escándalo de corrupción, donde se mezcla la política con la farándula, la opulencia, la huachafería (término que se utiliza en Perú para definir a una persona que presume de ser fino y elegante sin serlo).   el dinero ilícito proveniente de la corruptela y que se sabe maneja la política argentina, o por lo menos el kirchnerismo, destapa la inmoralidad existente desde hace décadas, pero de lo que poco se hablaba, seguramente por el silencio que guardan los propios políticos sobre los dineros ilegales que manejan con el pretexto de tener fondos para “hacer política”.

 

Especialmente en el “Caso Chocolate” más que silencio esto se parece a la “Omertà”, también conocida como la “Ley del Silencio”, una norma no escrita que rige el comportamiento de los miembros de la Mafia

 

Especialmente en el “Caso Chocolate” más que silencio esto se parece a la “Omertà”, también conocida como la “Ley del Silencio”, una norma no escrita que rige el comportamiento de los miembros de la Mafia ante las autoridades, ya sean jueces, políticos o policías, y que les obliga a no cooperar con ellas sea cual sea la situación.

“Hoy la política argentina presenta, como pocas veces antes, este tipo de compromiso, de pacto”, enfatiza el influyente periodista y analista argentino Carlos Pagni.

¿Qué llama la atención de todo este caso? “El silencio de la política respecto de la aparición en los medios de una práctica que todo el mundo conocía, pero sobre la cual había muy pocas pruebas, más allá de algunos antecedentes similares en la Legislatura Bonaerense durante los últimos años”, destaca Pagni.

Esta “Omertà”, una parte del accionar corrupto de la “casta”, la política de la provincia de Buenos Aires y de muchos de los estados de la Argentina se parecen al actuar de la Cosa Nostra, nombre en italiano que se utiliza comúnmente para referirse a la Mafia Siciliana, una organización criminal secreta y poderosa que se originó en la región de Sicilia, Italia, en el siglo XIX.

Pero no sólo la política se ha visto enlodada por casos oscuros de corrupción, la mayoría sin procesos o sentencias judiciales. También las corruptelas en el sindicalismo argentino ha sido un tema de preocupación durante décadas y ha generado controversias y debates en la sociedad. Se han reportado numerosos casos que involucran a líderes y funcionarios sindicales en actividades ilegales o poco éticas. En el sindicalismo argentino, nuevamente la “Omertà” se hace presente, pasmosamente evidente.

 

Se han reportado numerosos casos que involucran a líderes y funcionarios sindicales en actividades ilegales o poco éticas. En el sindicalismo argentino, nuevamente la “Omertà” se hace presente, pasmosamente evidente.

 

Algunos de los problemas más comunes relacionados con la inmoralidad en el sindicalismo argentino incluyen denuncias de casos en los que líderes sindicales han desviado fondos destinados a los trabajadores para su beneficio personal o para financiar actividades políticas. Algunos sindicatos han sido acusados de utilizar tácticas de extorsión y amenazas para mantener el control sobre los trabajadores y las empresas. Son bastante conocidos también los casos de nepotismo, donde familiares de líderes sindicales obtienen puestos de trabajo y beneficios sin mérito.

Los sindicatos argentinos a menudo tienen vínculos con partidos políticos, especialmente con el peronismo y esto ha llevado a acusaciones de corrupción política, donde los líderes sindicales pueden influir en decisiones gubernamentales a cambio de favores o recursos.

Hay explicaciones hipotéticas y resbaladizas sobre por qué sucede este silencio. Por supuesto, son muy difíciles de probar. Justamente, porque se debería quebrar la “Omertá”. Debería aparecer alguien que diga: “Sí, yo participo. Conozco y voy a contar cómo es”. Todavía no apareció ese arrepentido”, como bien señala el influyente periodista Carlos Pagni.

 

Tal vez, solo tal vez, cuando alguien quiebre la “Omertá” comience el declive de este corrupto entramado de la política argentina.

 

Tal vez, solo tal vez, cuando alguien quiebre la “Omertá” comience el declive de este corrupto entramado de la política argentina.

Como nos recuerda Víctor Rodrigo Barcelona en el diario La Vanguardia, Joe Valachi, miembro de la mafiosa Familia Genovese, fue señalado por los suyos como un soplón (sin serlo) y acabo convirtiéndose en uno. Su testimonio abrió los ojos al mundo de una vez por todas. Fue el primer miembro de la Cosa Nostra que rompió la sagrada “Omertà” y puso al descubierto casi medio siglo de crimen organizado. Ayudó a identificar a 317 miembros relevantes de la mafia y puso a todo el FBI a trabajar contra las familias. Y el lujo del secretismo y la opulencia del poder empezó a caer.

 

 

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: LA MUERTE LENTA DE NUESTRAS DEMOCRACIAS