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La economía estadounidense no logró generar el impulso que se esperaba en el primer trimestre, lo que posiblemente derive en un año más de débil crecimiento con señales ya aparentes de desaceleración en la contratación y las inversiones. El producto interno bruto creció a una tasa anual de 2,5% entre enero y marzo, informó el viernes el Departamento de Comercio.

Por Eric Morath y Sarah Portlock para The Wall Street Journal

La economía estadounidense no logró generar el impulso que se esperaba en el primer trimestre, lo que posiblemente derive en un año más de débil crecimiento con señales ya aparentes de desaceleración en la contratación y las inversiones.
El producto interno bruto, que mide todos los bienes y servicios producidos en la economía, creció a una tasa anual de 2,5% entre enero y marzo, informó el viernes el Departamento de Comercio, destacan Eric Morath y Sarah Portlock para The Wall Street Journal

Los economistas encuestados por Dow Jones Newswires proyectaban una expansión anualizada de 3,2% en el primer trimestre. No obstante, el avance del PIB representa un repunte en relación al débil crecimiento de 0,4% registrado en el trimestre previo.
La economía ha crecido durante 15 trimestres consecutivos, pero el ritmo promedio -levemente sobre el 2% anual- es débil según los estándares históricos.
El principal impulsor del mayor crecimiento fue un repunte en el gasto del consumidor. El gasto personal creció 3,2%, la mejor tasa que se registra desde fines de 2010.
El gasto de las empresas disminuyó a comienzos de año. La inversión fija no residencial creció 2,1%, frente a un aumento de 13,2% en el trimestre previo. Esto podría sugerir que las empresas están más escépticas sobre la fortaleza de la economía debido a la austeridad fiscal en Washington.
La economía recibió un impulso por una menor contracción en la producción de gobierno el trimestre pasado, pero eso podría resultar en un efecto temporal. El gasto en todos los niveles de gobierno disminuyó 4,1%, comparado con el descenso de 7,0% en el período previo.
Un mayor contracción del gobierno está probablemente en carpeta. Los recortes automáticos del gasto público, o “sequestration” por su término en inglés, comenzaron en marzo, aunque el impacto podría ser más pronunciado a medida que avanza el año cuando comiencen los permisos de ausencia del personal y reducciones de contratos en las agencias estatales.
La inversión fija residencial -que incluye construcción y mejoras de viviendas- creció 12,6% en el primer trimestre, acumulando sólidos avances durante los últimos dos años.
El cambio en los inventarios privados sumó más de un punto porcentual a la expansión general del PIB. Casi tres cuartos de ese aumento se debió a una recuperación en los inventarios agrícolas que disminuyeron tras la sequía del año pasado.
Las ventas reales finales, el PIB menos el cambio en inventarios privados, crecieron 1,5% durante el período, comparado con 1,9% en los últimos tres meses de 2012.
El comercio, que había sido un motor para la economía en los cuatro trimestres previos, arrastró a la baja al crecimiento en el primer trimestre debido a que las importaciones, que se restan del PIB, aumentaron 5,4%.

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