Mientras que Bruselas aún está estudiando las medidas que van a tomar para luchar contra la política fiscal de las multinacionales que les permite eludir impuestos, el gobierno británico ha tomado la delantera y ha anunciado una nueva normativa que afectará a este tipo de empresas y que entrará en vigor el 1 de abril de 2015 (inicio del año fiscal en el país).
George Osborne, ministro de finanzas del país anglosajón, ha explicado que a partir de esa fecha las multinacionales que hasta ahora evitaban pagar impuestos en Gran Bretaña tendrán que desembolsar un 25% de los beneficios que obtengan en la región. Esta tasa, denominada Diverted Profit Tax, afectará a empresas como Amazon, Apple, Starbucks o Google, que operan en el mercado europeo sin abonar impuestos en cada uno de los países comunitarios debido a que tienen su sede en aquellos que le permiten pagar menos.
“Vamos a garantizar que las multinacionales paguen lo que les corresponde”, declaró Osborne durante la presentación de esta pionera iniciativa, lo que indica que podría servir como modelo para otras regiones de la Unión Europea, donde la lucha contra este tipo de ingeniería fiscal se ha convertido en una prioridad en una de las prioridades comunitarias.
El Gobierno de David Cameron espera recaudar más de 1.300 millones de libras desde la entrada en vigor de este impuesto hasta 2020. La tasa únicamente se exigirá cuando se detecte que una compañía obtiene grandes ingresos sin abonar los impuestos correspondientes por trasladar los beneficios a otro país.