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Mucha gente de todas partes del mundo se está preguntando si debe cancelar sus planes de viaje para venir a Europa durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Algunos ya tienen tiquetes comprados y reservaciones hechas. Y en muchos casos no son reembolsables. ¿Qué hacer?, dice Cecilia Rodríguez, corresponsal de Portafolio en Luxemburgo.

EIFFEL-TOWER-VIAJAR-EUROPA
Las redes sociales están reverberando con consejos y comentarios sobre si es o no peligroso venir tan cerca a estas fechas nefastas de los ataques en París cuando los países están reforzando medidas de seguridad, lidiando todos los días con nuevas amenazas y buscando sospechosos en operativos que pueden terminar en tiroteos.

“Mi familia está enfrentando un gran dilema que seguramente afecta a muchas otras en Australia estos días”, escribe una comentarista en el Sydney Morning Herald. “La Navidad está a menos de cinco semanas y miles de nosotros estaremos pronto viajando al hemisferio norte para las vacaciones. Mis padres tienen tiquetes para ir a Paris y a Londres donde mi hermano se fue a vivir hace poco. Para ellos es un viaje que han deseado hacer toda la vida. Pero, ¿deben ir?”.

Aunque ningún gobierno ha recomendado a sus nacionales oficialmente no viajar, muchos han publicado advertencias aconsejando atención y cautela si deciden ir, o posponer planes que no sean esenciales. La oficina británica de asuntos extranjeros advierte a sus ciudadanos “las autoridades francesas han aumentado las medidas de seguridad debido a riesgos de nuevos ataques. Verificaciones de control sistemáticas se han implementado en los puntos de entrada a Francia. Demoras y colas son de esperar”.

EL MIEDO ES LA RESPUESTA EQUIVOCADA
Si bien el estado de ánimo general es la precaución, en Francia el mensaje general es que el miedo es la respuesta equivocada. La realidad práctica es que en este momento en Francia hay promociones para fomentar los viajes en avión, estadías en hoteles y entradas a entretenimientos. Las reservas para restaurantes y eventos son mucho más fáciles, las tiendas están descontando los precios y las colas para las atracciones turísticas más populares son más cortas.

La petición de fraternité internacional se ha convertido en el mantra de quienes están en el negocio de hotelería y turismo de París. En el resto de Europa, y en particular en los países limítrofes con Francia, el humor es de preocupación y solidaridad con los esfuerzos de París para recuperarse a pesar del recordatorio constante del estado de emergencia representado por soldados fuertemente armados patrullando el metro, las estaciones de tren, los aeropuertos y las calles, así como los puestos de entrada fronterizos.

Los parisinos han mostrado su desafío volviendo a sus vidas “normales”, de regreso a escuelas y oficinas, yendo a cafés y restaurantes y recuperando el estilo de vida francés a pesar de la incertidumbre. Aun así, hoteles, restaurantes, museos, centros de conferencias y exposiciones y almacenes están sintiendo el golpe. Los grandes almacenes, así como las tiendas más pequeñas dentro y fuera de París, han sufrido fuertes pérdidas de más del 50% esta semana, según la Asociación de Comerciantes CDF.

REACCIÓN EN CADENA
La industria hotelera ha visto decenas de visitantes acortar sus planes y volver a casa, una ola de cancelaciones durante esta semana y muy pocas nuevas reservas. De acuerdo con las cifras más recientes, la tasa de ocupación en los hoteles de París cayó un 40% durante el fin de semana después de los ataques.

Las aerolíneas también han sentido el dolor. Las acciones del grupo Air France-KLM se redujeron un 5,7%, Aeroports de París un 4,9%.

Los líderes estadounidenses y europeos han expresado su preocupación por las consecuencias económicas para el continente si el miedo sigue deteniendo a personas de viajar o participar en las celebraciones navideñas, ir de compras u otras actividades donde las multitudes se reúnen.

Aunque la mayoría de las atracciones turísticas de París han vuelto a abrir y todos los medios de transporte están funcionando normalmente, la ciudad estará en estado de emergencia declarado por el presidente François Hollande hasta febrero de 2016.

Muchos analistas temen que el estado prolongado de emergencia va a desalentar aún más viajeros internacionales y que muchas conferencias empresariales, exhibiciones y seminarios planeados para diciembre en París y que atraen miles de visitantes se desplazarán a otros sitios como Londres, Ámsterdam o Milán.

Las implicaciones para Francia son graves. París se encuentra al tope de la lista de destinos turísticos favoritos y la industria genera más de 4 mil millones de Euros en ingresos anuales. Francia, con 83,7 millones de visitantes el año pasado, es el destino turístico más importante del mundo, seguido por Estados Unidos con 74,8 millones.

Ya numerosos conciertos, giras de conocidos músicos, conferencias y otras celebraciones fueron canceladas o pospuestas. Una conferencia de tres días de los alcaldes franceses programadas para esta semana, que iba a atraer 30.000 personas, se pospuso hasta el 31 de mayo.

La muy anticipada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP21, prevista por dos semanas a partir del 30 de noviembre, que contará con más de 100 jefes de Estado y otros 40.000 visitantes, ha sido reducida a lo esencial.

Eso ha supuesto la cancelación de más de 200 eventos relacionados, al igual que la prohibición de todas las manifestaciones internacionales que estaban previstas para la sede de la reunión y otras ciudades francesas.

Lyon, tercera ciudad más grande de Francia, canceló su enormemente popular Festival anual de las luces, que atrae entre dos y tres millones de personas en diciembre.

El gobierno belga advirtió el sábado de una amenaza “grave e inminente” de ataque al estilo de París en Bruselas y declaró el estado de alerta, que aún se mantiene.