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Un artículo de Damián Kantor en el diario Clarin de Argentina nos muestra como las grandes consultoras tejen redes con startups y universidades globales para generar nuevas tecnologías, miran hacia el futuro e investigan nuevos desarrollos para usos corporativos.

CONSULTORAS-INVESTIGAN
Ubicado sobre la Seaport Boulevard, en un amplio y luminoso piso está uno de los tres Liquid Studios que acaba de instalar la consultora Accenture. Del que estamos hablando está ubicado en la localidad de Redwood, pleno Silicon Valley, muy cercana a Palo Alto, Mountain View, Cupertino y San José. Y también de Stanford, la célebre universidad tecnológica de la que surgen gran parte de las innovaciones y tendencias tecnológicas. Esto es, precisamente, el objetivo de Accenture: captar ideas, conectarse con startups, investigar desarrollos y los últimos conceptos digitales para ofrecerlos a empresas y sus clientes.

Con matices, casi todas las grandes consultoras apuestan a este formato de investigación basados en la alta tecnología, cuyos resultados permiten adaptar, reconvertir y agilizar los procesos de negocios. Estas agencias digitales cubren todas las áreas: big data, inteligencia artificial, cloud computing, realidad aumentada, seguridad informática y robotización, entre muchas otras. El objetivo es doble: “En los Liquid Studios se buscan soluciones para transformar las operaciones de las empresas y las experiencias de los clientes, como Internet de las cosas o los wereables”, explicaron.

Accenture ya inauguró 3 Liquid Studios: el del Silicon Valley, Francia y París. El concepto “líquido” proviene del esquema que funciona bajo reglas de trabajo flexible y complementario entre varios centros de investigación y en alianzas con universidades, emprendedores, consultores e ingenieros.

“Es un cambio de paradigma, porque se trabaja en forma conjunta entre la consultora y el cliente, a prueba y error y con metas de corto plazo”, señala Matías Arturo, director del área Digital de Accenture. Todo incide en la transformación de las empresas que intentan aprovechar el impulso de la revolución digital. Accenture tiene 360.000 empleados a nivel global y 8.200 en la Argentina. Arturo cuenta que uno de los proyectos en el que trabaja es en el armado de un centro de desarrollo en el país, que centralizaría toda la oferta de desarrollo e implementación de tecnología.

Lo novedoso en esta tendencia es el entramado de redes que se arman a nivel global para obtener tecnologías de avanzada. Además de contar con expertos propios, las consultoras disponen de todo el universo de startups para resolver problemas o avanzar en nuevas soluciones. En definitiva, para innovar. “Lo único que tratamos es de identificar los problemas en los procesos de nuestros clientes. Si no contamos con la tecnología adecuada, sabemos que alguna startup en el mundo la tiene, seguro”, explicó al Económico Jitendra Kavathekar, director global de Open Innovation de Accenture.

Vinculación difícil Kavathekar es el principal encargado del área digital de la consultora y está a cargo de monitorear los avances de todos los tipos de centros de desarrollo, entre ellos, los Liquid Studios. La vinculación con las startups –”una relación que no siempre resulta fácil”, se lamenta– se hace a través de un mecanismo de inversión para garantizar la exclusividad del conocimiento. “En los últimos tres años hemos hablado con unas 3.000 tecnológicas, de las cuales seleccionamos 200 para invertir”, señaló el ejecutivo.

De larga trayectoria en la industria de la alta tecnología, Kavathekar aclara que “nuestro negocio no es comprar startups, sino que compramos una pequeña parte del paquete accionario. Y una vez que identificamos un modelo a implementar en un cliente, vamos asociados, con equipos conjuntos que formamos para ese objetivo”, dice. El plan de inversiones lo lleva adelante una oficina experta en finanzas: Accenture Venture.

Casi un calco de lo que tiene KPMG, que tiene también su propia Venture Capital, cuya misión es comprar “una participación de startups con prácticas estratégicas, como por ejemplo en temas de seguridad y análisis de datos”, explica Walter Risi, socio de IT de la consultora. “No es importante si la inversión es mayor o menor. Con las empresas candidatas tenemos un acuerdo atado al nivel de inversión. Asociado a esto hacemos un acuerdo especial, para obtener la exclusividad del modelo”, agrega.

Al igual que las otras Big Four, KPMG reingresó al negocio de la consultoría hace 5 años. “Es algo paralelo a las auditorías, lo que ocurre es que la consultoría viene creciendo en forma sostenida y ya representa el 50% de nuestros negocios”, detalla el ejecutivo.

Kavathekar, de Accenture, no duda en afirmar que el Silicon Valley es el principal polo de innovación mundial. “Es irrepetible. Por historia, por las universidades de Stanford y Berkeley, la infraestructura y los fondos de inversión de riesgo, generó un ecosistema de emprendedorismo muy fuerte”, dice. Conocedor de otros polos de alta tecnología, como el de Tel Aviv y Bangalore, el ejecutivo sostiene que la principal diferencia es la capacidad de crear colosos. “En Israel, el potencial de las startups es enorme, pero cuando crecen hasta cierto punto, finalmente las venden”.