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Las decisiones que propician el progreso de futuro se basan en la claridad sobre lo que uno quiere conseguir y en la motivación personal. Tenemos que atrevernos a “imaginar” y a “querer” un futuro mejor.
Por Luis Huete, Profesor del IESE Business School
El progreso personal necesita conciencia, inteligencia, motivación, inspiración, complicidad, voluntad, etc. No hay mayor fracaso en la vida que progresar en lo profesional y fracasar en lo personal. Tenemos que hacer compatible el progreso profesional con el progreso personal. Ambos se necesitan y se sustentan.

1. Lo macro (crisis, inestabilidad, turbulencias, etc.) y lo micro (tu estado de ánimo, tus proyectos, tu felicidad, tu efectividad) son cosas distintas. Lo micro puede ir bien aunque lo macro vaya mal. Y viceversa. Nuestra gente necesita que todos nosotros hagamos que nuestro micro funcione lo mejor posible. Si lo conseguimos seremos parte de la solución de los problemas macro.

2. El sentimiento en el que vivimos de forma habitual condiciona las creencias con las que operamos y las decisiones que tomamos. Con un estado anímico pobre no se puede conquistar un futuro brillante. ¡Hay que vivir en sentimientos que generen energía positiva! como son la ilusión, la inspiración, la curiosidad, el optimismo, el amor, la gratitud, y tantos otros. ¿Cómo instalarse en estos sentimientos? Manejando la fisiología que utilizamos, poniendo el foco de nuestra atención en el lado positivo de las cosas y controlando la interpretación que hacemos de las circunstancias. Esas son nuestras palancas para gestionar nuestro sentimiento y en gran parte nuestro destino. Los optimistas consiguen más cosas y viven una vida mejor.

3. El cambio es inevitable y va a ocurrir sí o sí. No todo cambio es progreso; aunque el progreso sea el mejor de los cambios posibles. El progreso personal necesita conciencia, inteligencia, motivación, inspiración, complicidad, voluntad, etc. No hay mayor fracaso en la vida que progresar en lo profesional y fracasar en lo personal. Tenemos que hacer compatible el progreso profesional con el progreso personal. Ambos se necesitan y se sustentan. Las personas progresamos cuando creamos nuevos hábitos y capacidades personales, cuando llenamos la cabeza y el corazón de ideas inspiradoras y cuando reaccionamos bien ante una crisis de grandes magnitudes. Es mucho mejor sustentar el progreso en las nuevas capacidades y en la inspiración, que reaccionando ante las crisis. Las crisis suelen tener daños colaterales y un alto riesgo.

4. Las decisiones que propician el progreso de futuro se basan en la claridad sobre lo que uno quiere conseguir y en la motivación personal. Tenemos que atrevernos a “imaginar” y a “querer” un futuro mejor. La fe en el futuro mueve montañas. Tenemos que trabajar para concretar cual es el propósito y misión personal, los objetivos personales, la hoja de ruta, la mejor manera de hacer seguimiento de los hitos, etc. La empresa más importante de nuestra vida somos cada uno de nosotros. Mientras más desarrollemos nuestro potencial, mejores contribuciones haremos a la empresa, a la familia, etc.

La empresa más importante de nuestra vida somos cada uno de nosotros. Mientras más desarrollemos nuestro potencial, mejores contribuciones haremos a la empresa y a la familia.

5. El progreso personal requiere “sabiduría” humana para alimentar los deseos que mueven la conducta. A las personas nos mueven cuatro deseos básicos (seguridad, diversión, singularidad y conexión) que pueden expresarse en conductas muy distintas. Las conductas son el alimento de los deseos. Todas las conductas “satisfacen” a corto plazo alguno de los deseos, pero algunas impiden el desarrollo del potencial humano, y crean problemas anímicos a medio y largo plazo. A esas conductas las vamos a llamar fast-food emocional. Hay otras conductas que satisfacen los deseos a corto plazo y además fomentan el crecimiento personal, haciendo más estable los estados emocionales satisfactorios. Nos jugamos por tanto la sostenibilidad de nuestro progreso profesional y personal en acertar en la dieta emocional con la que alimentar los deseos.

6. El subconsciente tiene 30.000 veces más neuronas que el consciente. Tenemos que hacer del subconsciente un gran aliado de nuestro futuro o no tendremos un buen futuro. Hay que llenar el subconsciente de creencias útiles, y de proyectos sanos. El subconsciente es poderoso pero también frágil. Cerca de un 30% de la población adulta tiene trastornos de conducta que no son sino desajustes o disfuncionalidades de la psique. Los desajustes tienden a ser más probables cuanto más “tenso o tóxico” sea el ambiente en el que trabajamos; cuanto peor “compensadas” sean nuestra capacidades personales y, sobre todo, cuanto peor sea la dieta emocional que utilizamos para alimentar los cuatro deseos básicos. El trastorno de conducta más probable es predecible en función de nuestra personalidad básica.

7. La incertidumbre y la complejidad ponen en marcha en las personas lo que se llaman mecanismos de defensa, que intentan disociar la “presión” exterior de la respuesta somática a los “problemas”. Todos los mecanismos de defensa cumplen su papel a corto plazo, ya que “amortiguan” el golpe ambiental, pero también con los mecanismos de defensa, hay que diferenciar aquellos que ayudan a desarrollar el potencial personal de aquellos otros que bloquean el potencial de las personas. Entre los primeros estarían el buen humor, la capacidad de diseccionar el problema en sus partes o el saber desconectar con un ocio sano. Entre los segundos estarían el echar la culpa a los demás, la agresividad o el negarse a ver la realidad tal y como es.

8. La gratitud es el sentimiento más valioso y útil en la vida profesional. La gratitud “limpia” la cabeza y el corazón de contenidos tóxicos. Una de las paradojas más sugerentes de la vida es que cuando hay algo que no te gusta hacer se incrementan las probabilidades de que acabes haciendo eso el resto de tus días. Si no se encuentra sentido a lo que se hace, es más probable hacer un trabajo mediocre, que además impide el progreso profesional. La mejor manera de optar a mejores trabajos es “disfrutar” con los trabajos que se hacen en la actualidad.

9. El concepto de prime time no es privativo de las televisiones. También se aplica a las personas y su futuro. El prime time de una persona se sitúa en aquellos momentos en los que mantiene un nivel alto de las variables de control y flexibilidad. Control es influencia, conocimiento, auto-dominio, saber hacer, etc. Flexibilidad por su lado es adaptabilidad, capacidad de aprender, predisposición al cambio, sentirse cómodo con la inestabilidad, etc. Las dos variables se suelen autoexcluir y no avanzan en la misma dirección. Cuando se logra que convivan armónicamente se vive en prime time.

10. Hay dos planteamientos habituales en los buenos profesionales. Utilizando una terminología comercial se puede hablar de un enfoque push o pull. El enfoque push consiste en sacrificar el presente (trabajando como un loco) por una eventual satisfacción futura (ganar mucho dinero por ejemplo). Básicamente se trata de posponer el anhelo de felicidad personal del presente a un hito futuro como pueda ser la jubilación, los bonus o un golpe de azar. El enfoque pull es mucho más inteligente. Consiste en crear un proyecto de futuro que haga de “imán”. El proyecto de futuro ha de articularse alrededor de cómo quiero ser y en qué quiero hacer contribuciones valiosas. Un buen imán permite dar sentido y obtener gratificación del presente. Es pasar de la falacia del “ya seré feliz cuando suceda esto o aquello” al “felizmente conseguiré esto o aquello”.