No nos bastaba con el fin del calendario maya, que nos tuvo ansiosos en espera del 21 de diciembre de 2012.
Tampoco era suficiente con el pánico provocado por el Y2K o Error del Milenio, que habría desactivado el sistema informático global y provocado desastres nucleares y ecológicos por todas partes con la llegada del año 2000. Y para qué hablar sobre los tantos asteroides que han pasado, acechantes, encima de nuestros tejados…
Ahora resulta que el mundo acabará este 22 de febrero de 2014. Claro que esto solo lo piensan los nuevos vikingos, quienes se aprestan a celebrar el acontecimiento con un enorme jubileo.
Ya a mediados de noviembre del pasado año, la prensa se refería al comienzo de los 100 días con que, tras el sonido del cuerno de Gjallarhorn en muchas localidades del norte de Europa, daba inicio el Apocalipsis Vikingo. Quedaba entonces claro que, al agotarse el conteo regresivo, exactamente un día 22 de febrero, el dios Odín sería asesinado por el lobo Fenrir y sus hijos se entregarían a una épica batalla. Thor, Loki, Freyr, Hermóðr, los pesos pesados del panteón, estarán presentes; un Grand Slam de dioses de todos los calibres…
Según la mitología nórdica, el día señalado el lobo Skoll se comería al Sol y su hermano Hati haría lo mismo con la Luna, lo que provocaría la desaparición de las estrellas, la llegada de la oscuridad perpetua y el imperio de las temperaturas más bajas que la historia de la humanidad haya padecido: el invierno total, el principio del fin del mundo, Ragnarok, el Apocalipsis vikingo, del cual nacerá un nuevo ser humano que repoblará países y continentes.
¿Podrían ser estas nuestras últimas horas en el planeta? ¿Se apoderarán de nosotros la destrucción y el caos? Mientras esas dudas acechan a algunos, los vikingos de hoy la pasan en grande. Ataviados con las vestimentas propias de la época, blandiendo enormes espadas de madera, cientos de seguidores de la tradición nórdica del continente europeo se han dado cita en York, Gran Bretaña, en el festival Vikingo Jorvik, para esperar la fecha con cánticos y cerveza.
Según Danielle Daglan, directora del festival, «Ragnarok es el último hito en la mitología vikinga, cuando los dioses caen y mueren”. De ahí la importancia de esta festividad que pretende propiciarle a los visitantes “las herramientas para sobrevivir al Apocalipsis, favorecer la caza a los guerreros más poderosos y hacer más fuertes a los niños con su capacitación en habilidades de combate «, concluye Daglan.
(Por Benito Kozman)