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Si las proyecciones oficiales se confirman, en pocos años el impuesto a la venta de la marihuana legal en ese estado de EE. UU. superará a los impuestos recaudados por el turismo, que ahora son de unos 750 millones de dólares al año.

Las altas y blancas cumbres de las Montañas Rocosas, uno de los principales atractivos de Colorado, podrían perder pronto su lugar de privilegio y ser reemplazadas por los nuevos dispensarios de marihuana legal que, según se anticipa, supondrán más ingresos para el fisco que el turismo.

La legislación aprobada dejó en manos del Departamento de Impuestos de Colorado regular las actividades de los nuevos dispensarios de marihuana, a los que se impuso un impuesto del 10% sobre la venta para fondos públicos y otro adicional del 15% destinado para la construcción de escuelas.

Según la oficina del gobernador de Colorado, John Hickenlooper, esas recaudaciones tributarias podrían llegar a los 250 millones de dólares este año y cuadruplicarse a partir del 2016, cuando la ley permitirá la apertura de nuevos dispensarios.

De momento, la marihuana recreativa sólo puede ser vendida en 650 dispensarios que ya existían y que anteriormente se dedicaban a vender marihuana medicinal, legal en el estado desde el 2002.

Si las proyecciones oficiales se confirman, en pocos años el impuesto a la venta de la marihuana legal en Colorado superará a los impuestos recaudados por el turismo, que ahora son de unos 750 millones de dólares al año.

Por eso, Aaron Smith, director ejecutivo de la Asociación Nacional de la Industria de la Marihuana (NCIA) opinó que los votantes de Colorado, al aprobar la legalización de esta sustancia, «ya están cosechando los beneficios de una nueva y próspera industria».

Y Michael Elliott, director ejecutivo del Grupo Industrial de Marihuana Médica (MMIG), aseveró que «las leyes de Colorado con respecto a la marihuana han tenido un impacto positivo en la economía local y estatal, en el mercado inmobiliario residencial y en el mercado inmobiliarios comercial e industrial».

El Departamento de Impuestos de Colorado calcula que la industria de la marihuana ya ha comprado casi 280.000 metros cuadrados de espacios comerciales y alquilado otros 185.000 metros cuadrados, y eso sólo en la zona metropolitana de Denver.

Tanto es el entusiasmo por los fondos generados por la nueva industria que el Hickenlooper anunció el 19 de febrero que Colorado destinará en el 2014 más de 45 millones de dólares a programas de prevención de adicciones entre jóvenes, una cifra diez veces superior al presupuesto del 2013 para esos mismos programas.

Además, habrá 40 millones de dólares adicionales para tratamiento de adictos, otros 40 millones de dólares para construcción de escuelas y otros 12 millones de dólares para salud pública. Pero aún persisten preocupaciones, según Elliott, pues las leyes federales consideran la marihuana como droga ilegal y los bancos no pueden ofrecer servicios ni a los dispensarios de marihuana ni a negocios relacionados.

Esos dispensarios tampoco cuentan con las deducciones habituales del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS) que tienen otros negocios, por lo que Elliot afirmó: «Somos quizá la industria que más impuestos paga en el país».

Además, agentes federales investigan posibles conexiones entre los dispensarios de Colorado y los carteles de la droga de Colombia y México, que según Tom Gorman, jefe de ese servicio, podrían usarlos para lavar dinero o para transportar marihuana a otros estados.

Los estados de Colorado y Washington son los únicos del país donde el uso recreativo de la marihuana es legal, mientras que en otros 20 sólo se permite el consumo con fines medicinales.

(Fuente: Portafolio.co y EFE)

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