El gobierno del presidente Nicolás Maduro, que enfrenta condiciones económicas cada vez más lúgubres en su país, está discretamente reduciendo las importaciones para cubrir los pagos de deuda extranjera en medio de una severa escasez de moneda dura, señala el Wall Street Journal.
Los economistas indican que la decisión representa una medida de ajuste no convencional para un país golpeado por la escasez crónica de bienes básicos, una industria que colapsa y la mayor inflación del mundo.
A pesar del panorama inquietante, el gobierno del presidente socialista ha, por ahora, descartado otros mecanismos de ajuste para contrarrestar las crecientes distorsiones económicas, como una devaluación de la moneda o reducciones en el gasto público. También ha eliminado planes de elevar el precio de la gasolina subsidiada, que es prácticamente gratuita y le cuesta al Estado US$12.000 millones al año.
Estas medidas aliviarían la escasez de dólares, dicen los economistas. Pero también elevarían la inflación en un momento en que la popularidad de Maduro ha caído. Su partido Socialista se está preparando para elecciones parlamentarias en diciembre de 2015, lo que le da a Maduro un margen limitado para hacer maniobras políticamente costosas.
Sin embargo, la peor parte del ajuste impacta sobre las importaciones. Ya que el gobierno controla todos los dólares del país mediante una serie de regulaciones monetarias bizantinas, también puede restringir las importaciones al recortar la cantidad de dólares que libera a empresas del sector privado que abastecen al mercado local.
Según las últimas estadísticas del gobierno, el valor de las importaciones durante el primer semestre de 2014 cayeron en un tercio a US$17.400 millones frente al mismo periodo en 2012, un año en el que el predecesor de Maduro, Hugo Chávez, gastó en abundancia para ganar la reelección.
“Es un ajuste extraño para una economía extraña”, dijo Dimitris Pantoulas, un consultor político con sede en Caracas.
La reducción se asemeja en rasgos generales a la disminución de las importaciones que Grecia experimentó durante su crisis de deuda entre 2008 y 2010, dijo Francisco Rodríguez, un economista de Bank of America que estudia los datos de comercio venezolano.
Pero hay una diferencia importante: el país con abundancia de recursos genera más de US$100.000 millones al año en petrodólares para una población de 30 millones de habitantes. Pero, incluso en un momento de precios relativamente altos para su principal commodity, Venezuela a menudo parece estar corta de dinero.
“Lo que está sucediendo es muy malo para los venezolanos”, señaló Rodríguez. “Implica estándares de vida en deterioro y esto es incluso malo en el largo plazo para cualquiera que le preste al país”.
La semana pasada, Venezuela indicó que pagó US$1.500 millones en bonos en vencimiento. Pero los analistas dicen que aún con esto es improbable que tranquilice los nervios de los inversionistas sobre los futuros pagos de su deuda, dadas las severas distorsiones económicas. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional estiman que la economía se contraerá en casi 3% este año, más que ningún otro país en América Latina.
Naturalmente, el consumo y las exportaciones normalmente caen durante una contracción económica, pero la demanda interna se mantiene fuerte en Venezuela ante una fuerte impresión de dinero y un gasto público voluminoso.
Las llamadas al banco central no fueron devueltas. Una vocera del Instituto Nacional de Estadística declinó hacer comentarios.
Restringir las importaciones no es poca cosa en Venezuela, que obtiene del exterior 75% de lo que consume, desde autopartes hasta pollo. Aunque los escasos dólares están reservados para pagar a los acreedores de Wall Street, la reducción en importaciones está golpeando a los venezolanos de la clase obrera, que llevó al partido Socialista al poder en 1999, dicen los analistas.
“Con las acciones de Maduro, es la gente normal que paga”, expresó Nicmer Evans, un prominente analista y escritor político de izquierda. “Si estamos en una crisis, ¿dónde van a cortar? ¿Será los pañales de bebé, el detergente que ahora no se consiguen en las tiendas?”
Evans destaca que Maduro no ha hablado abiertamente sobre una reducción en las importaciones, lo que, dijo, demuestra que el gobierno lo está haciendo de manera discreta. Un vocero de la presidencia no respondió a pedidos de comentarios.
Analizar el tamaño exacta de la reducción en las compras extranjeras es difícil porque no hay datos suficientes. El banco central dejó de publicar cifras de comercio hace un año.
Aun así, utilizando los datos disponibles, Rodríguez, de Bank of America, dijo que el ajuste de Maduro sería el cuarto más grande de Venezuela desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Solo dos crisis económicas, en los años 80 y luego en 2002, cuando una huelga de la industria petrolera intentó derrocar a Chávez, produjo contracciones de las importaciones más grandes.
– Ezequiel Minaya y Emilia Díaz-Struck contribuyeron a este artículo