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AUTO-SIN-CONDUCTOR

Emocionados por el prototipo sin conductor de Google, los fabricantes automotrices como Mercedes-Benz y Volvo están probando ya vehículos autónomos en carreteras públicas.

Sin embargo, los avanzados sensores que forman los componentes de los vehículos de autoconducción son fabricados muchas veces por proveedores, no por el fabricante del automóvil.

Algunos temen que a la larga, los fabricantes de automóviles que se queden atrás en la tecnología de vehículos autónomos se enfrentarán a un futuro similar a los ensambladores de las PC – las grandes utilidades se irán a las compañías de software y contenido electrónico, señalan Chris Bryant y Andy Sharman en The Financial Times.

“Son los proveedores de la industria quienes, al final, tendrán el poder”, dice un analista sénior de la industria, que trabaja de cerca con los líderes en la fabricación de automóviles.

Los fabricantes automotrices han ido gradualmente añadiendo elementos autónomos a sus vehículos desde que Jaguar introdujo el control de crucero adaptable en su auto deportivo XK en 1996.

Estos llamados “advanced driver assistance systems (ADAS)” – sistemas de asistencia avanzada al conductor – ayudan a aliviar el tedio de conducir y reducen los accidentes.

La semana pasada Tesla Motors, recién llegado a este mercado, develó una característica que puede ajustar la velocidad del vehículo automáticamente después de leer el límite mostrado en las señales de tránsito.

Una combinación de evaluaciones más estrictas de seguridad y el deseo de los fabricantes de automóviles por diferenciar sus productos hace posible que más ADAS se añadan a los vehículos en los siguientes años, también en el mercado masivo – preparando los cimientos de una mayor autonomía vehicular en un futuro no tan lejano.

Los analistas esperan que los proveedores de radar, cámaras, tecnología de mapas y software estén entre los grandes ganadores de la creciente autonomía vehicular conforme incluyan una mayor proporción del valor de los vehículos del en mercado general.

Los proveedores que puedan ofrecer una gama amplia de tecnologías para vehículos autónomos son los que más se beneficiarán – una noción que ha impulsado una oleada de consolidación en la industria.

La compañía privada ZF Friedrischhafen acordó el mes pasado adquirir TRW Automotive, un fabricante estadounidense de cámaras de video y sistemas de radar, por u$s 12.400 millones de dólares. Stefan Sommer, director ejecutivo de ZF, dice que el proveedor alemán de transmisiones ve los sistemas de asistencia al conductor y a la conducción autónoma como el ímpetu clave de su futuro crecimiento.

Una semana más tarde, Panasonic acordó comprar 49% de las acciones de Ficosa, una compañía española familiar fabricante de partes para autos por un precio no revelado. Panasonic espera desarrollar tecnología para la autoconducción al combinar su experiencia de sensores automotrices con la tecnología de Ficosa para el reconocimiento de imágenes.

Autoliv, el proveedor sueco de cinturones de seguridad y bolsas de aire, ha hecho varias adquisiciones, incluyendo una compañía de radar automotriz y una licencia exclusiva de software de Hella de Alemania para sistemas de cámara de visión frontal.

Sistemas de asistencia al conductor basados en estos productos ya están entrando en la última generación de vehículos. Estas características incluyen aviso de cambio de carril, estacionamiento automático, frenado autónomo de emergencia y detección peatonal.

Los proveedores alemanes Continental y Bosch están entre los líderes ya que los dos se han beneficiado de la tendencia de los fabricantes líderes alemanes por instalar nuevos ADAS en sus vehículos para mercados de lujo.

El nuevo Mercedes-Benz Clase S incluye un “asistente para embotellamientos”, que permite que el auto siga al auto que va delante a velocidades bajas.
Las características de asistencia al conductor son un mercado pequeño comparado con los productos base de los proveedores, como sistemas de frenado, bolsas de aire y llantas. En Continental, los ADAS serán alrededor de 1% de las ventas proyectadas de u$s 34.500 millones en 2014.

Se espera que el sector crezca rápidamente. Los pronósticos de Exane BNP Paribas dicen que el mercado para tecnología automatizada y asistencia de conducir valdrá unos u$s 25.000 millones para el 2020 y u$s 57.000 millones para 2025, comparado con u$s 6.000 millones al día de hoy.

Elmar Degenhart, director ejecutivo de Continental, dice que las ventas de ADAS crecerán 30% anual en los años venideros para alcanzar cerca de u$s 1.000 millones para 2016. Su rival alemán Bosch tiene un objetivo similar para 2016.

Los vehículos autónomos requerirán también un gran número de sistemas de respaldo para garantizar la seguridad, que una vez más redunda ventaja para los proveedores electrónicos.

Sin embargo, mucho dependerá de que tan lejos quieren ir los fabricantes automotrices para subcontratar el trabajo de automatizar el vehículo.

La habilidad para integrar hardware y software separará a los ganadores de los perdedores, dicen los ejecutivos.
“Sólo los fabricantes y proveedores con amplia experiencia en sistemas tendrán éxito”, dijo Volkmar Denner, director ejecutivo de Bosch en marzo.

Los fabricantes de automóviles y los líderes de autopartes están por lo tanto invirtiendo fuertemente para aumentar su capacidad de software.
Sin embargo, las compañías individuales de software también jugarán un papel importante por la complejidad de escribir y poner al día millones de líneas codificadas.

Google no es el único competidor. Las acciones de Mobileye, una nueva empresa israelí que fabrica software basado en cámaras para vehículos autónomos, subieron después de que su oferta pública inicial en EE.UU. generó u$s 890 millones en agosto. Por otro lado Mercedes-Benz está trabajando con Electrobit, un desarrollador finlandés de software automotriz.

Jack Bergquist, consultor en el grupo de análisis IHS Automotive, dice que los fabricantes de autos buscarán tener el control del software por razones de responsabilidad.

“Si el código de software se equivoca, sería catastrófico … ningún fabricante quiere eso – cualquier fabricante de vehículos va a querer estar seguro de poder controlar esto”, añade.

Un controlador central que utiliza algoritmos para procesar los datos de los sensores y convertirlos en acciones del vehículo será probablemente el “cerebro” del vehículo auto conducente.

El resultado de la batalla entre fabricantes y proveedores para controlar el cerebro “determinará quién controla el valor del automóvil” concluye Morgan Stanley, en un informe a sus clientes.

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