¿Estudiar una carrera profesional es una opción para alcanzar el éxito laboral?
Vivimos en el siglo de los emprendedores tecnológicos, los negocios en línea son tendencia y podemos encontrar startups de e-commerce en cada esquina del internet. Bill Gates, Michael Dell, Mark Zuckerberg y Steve Jobs son algunos ejemplos de empresarios exitosos que triunfaron a pesar de no concluir sus estudios universitarios, destaca un artículo de Enrique Horcasitas en Forbes Magazine.
¿Estudiar o no estudiar? Ésa es la cuestión. Según un reporte producido por la American Community Survey en 2011 y publicado por el U.S. Census Bureau, aquellos con un título profesional tenían un estimado de sueldo a 40 años de 2.4 millones de dólares, mientras que quienes cursaron hasta preparatoria podían esperar, por el mismo periodo, 1.4 millones de dólares, es decir, un millón de dólares menos.
¿Maestría o doctorado? El aproximado aumenta a 2.8 millones para los primeros y 4 millones para los segundos.
Además del valor monetario y profesional que la educación superior representa, la universidad siempre es un nuevo comienzo: te permite desarrollar madurez y simboliza la entrada a la edad adulta. Al mismo tiempo, te brinda diversas oportunidades como networking, internships, grupos y asociaciones especializadas en temas que te apasionan, sin mencionar, claro, la posibilidad de dedicar unas 6 horas al día a aprender aquello que amas.
Sin embargo, cabe cuestionarse: ¿está el sistema de educación matando nuestra creatividad y, por ende, nuestro potencial para innovar? Peter Thiel, presidente de Clarium Capital, lanzó durante el 2011 una iniciativa que desde entonces ofrece becas de hasta 100,000 dólares para estudiantes universitarios con menos de 20 años que decidan dejar la escuela y comenzar su propio negocio. Su objetivo: encontrar las mejores mentes que estén pensando en grandes proyectos en etapas tempranas de la vida. De aquí es de donde viene la verdadera disrupción, piensa Thiel. Esta iniciativa también elimina, de paso, otro problema que muchos jóvenes enfrentan: la deuda pendiente del crédito educativo. Las nuevas generaciones salen de la universidad preocupándose más por pagar su deuda que por lograr grandes cosas, y esto es lo que Thiel espera cambiar.
Al respecto, Bill Gates, uno de los college dropouts más famosos del mundo, comentó recientemente que si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo y terminar su carrera universitaria, lo haría: “Aunque dejé la universidad y tuve suerte al perseguir una carrera en software, obtener un grado académico es un camino mucho más seguro al éxito”, comentó. De hecho, la Fundación Gates invierte una buena parte de su presupuesto en becas para que los jóvenes terminen la universidad. Gates señaló también que la educación profesional facilita el obtener trabajos mucho más satisfactorios y mejor pagados.
Una carrera universitaria es más que un papel: es un periodo de vida que te permite divertirte, conocerte, explorar las diferentes áreas de tu campo de interés, estimular tu curiosidad al ser siempre cuestionado por profesores y compañeros, sin mencionar que con un título universitario se está mejor equipado para fomentar el desarrollo social.
Por otro lado, si del temor a la deuda se trata, tenemos la suerte de que en México la educación está subsidiada y existen excelentes instituciones públicas con altos niveles de calidad y al alcance del bolsillo de la mayor parte de la población.
¿Es el diploma universitario una mala inversión? Al contrario. La formación profesional es un paso más para alcanzar nuestros objetivos laborales y personales, y una decisión que continuará redituándonos –saber emplear nuestros conocimientos, talentos y conexiones– hasta el fin de nuestros días.