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Lo que está pasando en China es preocupante. Pero muchos economistas dicen que no hay razón para entrar en pánico.

CHINA-NO-CRISI-PROBLEMAS
Seguro, los mercados bursátiles son muy alarmantes. El Shanghai Composite se ha desplomado más de un 40% desde su máximo a mediados de junio. A su hermano pequeño, el Shenzhen Composite, le ha ido aun peor. Aunque Beijing se ha esforzado mucho por detener el sangrado, nada parece estar funcionando, dice Charles Riley en CNNMoney.

Pero aquí tenemos algo de contexto: las agudas pérdidas recientes siguieron a un largo período de crecimiento. El Shanghai Composite todavía está un 35% arriba comparado con el mismo tiempo el año pasado, mientras que el de Shenzhen está esperando conseguir una ganancia del 45%. Los extranjeros poseen solo el 1,5% del mercado, y la mayoría de los vastos ahorros de China se mantienen en propiedades y dinero en efectivo.

Aquí podrás ver la parte realmente importante: los mercados bursátiles de China tienen poca influencia en la economía de dicho país.
“Los inversionistas están reaccionando de forma exagerada en cuanto a los riesgos económicos en China”, dijo Mark Williams, economista en jefe de Asia para Capital Economics. “El colapso de la burbuja de activos no nos dice casi nada sobre el estado de la economía de China”.

 

La economía real
Casi cada una de las historias escritas acerca de la liquidación de acciones globales ha citado las preocupaciones sobre China como un importante propulsor del pánico del mercado. En los últimos días, la atención se ha desplazado de las turbulencias en los mercados de valores del país a las preocupaciones sobre la salud de su economía masiva.

Dos piezas de datos se citan como evidencia de un crecimiento más lento: las exportaciones de China han decepcionado en los últimos meses y, la semana pasada, un indicador temprano de la actividad de manufactura en agosto entró en una baja de 77 meses.

Pero a otros indicadores les va mucho mejor. El crecimiento de los salarios es fuerte, y también el de consumo. “Los datos recientes han sido más positivos que lo que los titulares podrían sugerir, con grandes partes de la economía que todavía se ven fuertes”, dijo Williams.

Los economistas de UBS tienen un mensaje similar. Aparte del débil informe de fabricación, “no ha habido mucha información nueva” que pudiera ameritar el pánico. Ellos esperan un crecimiento del 6,8% en el PIB del 2015, y observan que la reciente recuperación de las ventas de propiedades ha reducido este año el riesgo de un así llamado aterrizaje forzoso.

Vale la pena dar un paso atrás: los expertos han sabido durante mucho tiempo que el crecimiento de China se desaceleraría. Tenía que debilitarse, de hecho, considerando que Beijing hizo reformas diseñadas para apartar al país de depender de la construcción de carreteras, vías férreas y viviendas a fin de generar el crecimiento de una economía impulsada por el gasto de los consumidores.

Eso está sucediendo ahora. El objetivo de crecimiento de Beijing para el año es del 7%… una meta que se cumplió en los primeros seis meses. Siete por ciento está muy lejos de los días vertiginosos cuando China estaba bombeando un crecimiento del PBI del 10% de forma regular. Pero también es lo suficientemente fuerte para mantener los niveles de empleo.